El nuevo Instituto Valenciano de Finanzas separará la política financiera de la actividad crediticia y potenciará los servicios de banca electrónica
VALENCIA. El banco público echa a andar. La prometida reconversión del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) en una entidad de crédito al servicio de empresas y familias, tal y como quedó plasmado en el Acuerdo del Botánico, se aprueba formalmente el próximo jueves con el visto bueno a los cambios en su estructura y el nuevo organigrama, al que se incorpora el personal del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace) que desempeña las funciones de financiación al sector privado.
La llegada de estos siete profesionales al instituto dependiente de la Conselleria de Hacienda cierra el círculo del reparto competencial entre esta conselleria y la de Economía, que el pasado verano mantuvieron un tira y afloja por las competencias para dar créditos a empresas, que volverá a estar bajo el paraguas del IVF después de que el exconseller de Economía Máximo Buch se las llevara a su departamento con la creación del Ivace Financiación.
Un decreto aprobado el pasado septiembre devolvía al IVF esas competencias para conceder créditos y contribuir a paliar "exclusión financiera" derivada de la desaparición de las cajas de ahorros y la concentración bancaria.
El director general del IVF, Manuel Illueca, ha estado trabajando en los últimos meses en la estructura que se aprueba pasado mañana y que supone formalmente el nacimiento del banco público. El objetivo último es que la actividad crediticia acabe siendo desarrollada por un instrumento profesionalizado con consejeros independientes, al margen de la administración.
Para ello, el consejo general del IVF aprobará este jueves una nueva estructura que separa entre la política financiera y la actividad crediticia. El propósito, según explican fuentes conocedoras del proyecto, es que las funciones de emisión de deuda, la gestión de avales o las labores de supervisión bancaria queden al margen de la actividad crediticia, para lo que el banco público necesita tener estados financieros individuales.
La actividad del banco público se sustentará en tres áreas funcionales: recuperaciones, financiación empresarial y control interno y reporting. Aunque el IVF aspira a recuperar la autonomía para emitir deuda, la situación en la que se encuentra la entidad, con la mayoría del riesgo concentrado en el sector público (70%) y la morosidad disparada por encima del 62%, obliga a fortalecer el área de recuperaciones.
La mayoría del riesgo del IVF está concentrado en el sector público y la tasa de morosidad supera el 62%
Una de las áreas que más se refuerza es la de análisis y la gestión de de riesgos. El diseño de banco público planteado por Illueca prevé contar con un grupo de analistas flotante. Esto es, que pueda desempeñar funciones tanto de financiación al sector privado como de recuperaciones.
En cuanto a la parte de control interno, la rama crediticia del nuevo IVF adaptará sus procesos de control bancario, para lo cual se designará un inspector, y centrará sus esfuerzos en desarrollar su proyecto de banca electrónica, ya que al carecer de sucursales la actividad se desarrollará a través de internet.
En una primera fase, el banco público tendrá un enfoque esencialmente interno. Actuará como herramienta transversal al servicio de las diferentes conselleries para financiar proyectos de política industrial o turística, con líneas de crédito específicas para cada una y un adecuado análisis de riesgos. En una fase posterior potenciará la acción comercial para enfocarse a la financiación del sector privado, y ahí es donde la web jugará un papel básico como puerta de entrada de empresas y familias al banco público.