A Abante, que recomienda sobreponderar renta variable, no le parece sostenible el entorno de baja volatilidad que disfrutan actualmente los activos financieros
MADRID (EP). El año está arrancando con mucho impulso. El crecimiento económico es elevado y sincronizado -probablemente la mejor lectura de los últimos diez años- y los resultados empresariales se ven beneficiados por este crecimiento, avanzando sólidamente en todas las zonas geográficas.
Por el lado político, conviene recordar que 2018 nos traerá elecciones en México, Brasil e Italia, por citar algunas de las más relevantes. Tampoco podemos descartar que aparezca o se reactive algún riesgo geopolítico. Sin embargo, los mayores riesgos al escenario benigno actual se encuentran probablemente en la fase de normalización de política monetaria en la que ya se encuentra la Fed y a la que también apunta el BCE -que dejará de comprar bonos en algún momento del cuarto trimestre- y, sobre todo, a cómo reaccionen los mercados ante lo que se empieza a anticipar como políticas monetarias menos expansivas.
Al hilo de esto último, el entorno de baja volatilidad de los activos financieros que disfrutamos en la actualidad no parece demasiado sostenible y, aunque los mercados puedan seguir tranquilos durante unos meses, esperamos cierto retorno de volatilidad conforme avance el ejercicio.
Mantenemos nuestras recomendaciones de inversión: sobreponderación en renta variable (60%), importante infraponderación en renta fija (30%) y la inversión en activos monetarios en el escenario neutral del 10%.