VALENCIA. El alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa (PSOE), conseguía este jueves que su localidad tenga un autobús directo hasta el Mercado Central de Valencia, lo que ponía fin a un conflicto candente desde 2012, año en el que la entonces alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, decidió que la EMT dejara de prestar servicio a cinco municipios de l'Horta.
El pasado 12 de abril, los alcaldes de los cinco municipios –Xirivella, Vinalesa, Alboraia, Paterna y Mislata, todos ellos gobernados por el PSOE– trataron de llegar a un acuerdo con el ahora alcalde, Joan Ribó (Compromís), y con el Consell para recuperar las líneas perdidas hace ya cuatro años. La Generalitat, "en un acto de conciliación", asumió hacerse cargo del coste que conllevaba que EMT se insertara en dichos municipios para acercar a sus vecinos a cualquier punto de Valencia. Sin embargo, Mislata rechazó el acuerdo.
Hasta tres alternativas se ofrecieron a esta localidad. La primera y mejor para el Ayuntamiento de Valencia, el paso de la línea 29 (que realiza su recorrido por Avenida del Cid, de manera que circula en paralelo al municipio de Mislata) y cuyo coste se estimaba en 199.839 euros. Bielsa la rechazó por, según fuentes del Ayuntamiento de Mislata, "ser una línea que no interesa porque no lleva al Mercado Central, sino a las universidades".
Cabe señalar que la intención del edil desde que comenzaran las negociaciones era recuperar el recorrido que realizaba la línea 7, que conectaba Mislata con el centro de Valencia, por lo que solicitó que EMT trazase otras opciones. Se presentaron dos, una valorada en 733.000 euros y otra en 1.036.000 euros. Ambas alternativas no fueron contempladas por la Generalitat por superar el presupuesto establecido para la recuperación de los servicios de EMT a los cinco municipios.
Bielsa acusó a Ribó de tratarle peor que Rita Barberá y la Generalitat acabó colmando las aspiraciones del alcalde de Mislata con una solución llena de inconvenientes: la utilización de la línea interurbana 150 (Metrobús), operada por la empresa Fernanbús.
De esta manera, ha sido finalmente la empresa operadora de la línea entre Aeropuerto-Manises-Quart de Poblet-Mislata-Valencia la que ha ampliado su itinerario con una nueva parada en la calle Barón de Cárcer 26, alargando así su recorrido que hasta ahora se detenía en Plaza de España.
Es decir, que a partir de ahora los vecinos de Mislata podrán ir directamente al Mercado Central de Valencia o a la Lonja, pero tendrán que pagar un billete adicional de la EMT si quieren desplazarse a otros lugares de Valencia fuera de la ruta del autobús metropolitano 150.
Por un lado, esta línea ahora subvencionada con 200.000 euros supone una duplicidad de costes para la Conselleria de Transportes, pues el recorrido que hace la línea 150 es casi paralelo a la línea 5 del metro, un servicio que también costea la Generalitat.
Si actualmente el metro, más rápido, cuenta con cuatro paradas para que los vecinos de Mislata lleguen al centro de Valencia (Mislata-Nou d’Octubre-Avenida del Cid-Ángel Guimera-Xàtiva), el actual autobús cuenta con similar recorrido pero con las paradas menos espaciadas.
Así, en Mislata el autobús hace cuatro pausas todas ellas ubicadas en la calle San Antonio, cuatro en Avenida del Cid tanto a la ida como a la vuelta, otra en Ángel Guimerá (que también tiene parada de metro) y finalmente la nueva parada en Barón de Cárcer.
Por otra parte, el nuevo servicio sólo cuenta con una nueva parada y un nuevo autobús con el fin de aumentar la frecuencia de paso. Una solución que se traduce en 200.000 euros para conseguir "un servicio lanzadera", como lo llegaron a calificar en su día fuentes del Ayuntamiento de Valencia, para llegar a la Lonja.
El coste se ha calculado por los técnicos de la Generalitat, pero del que se desconoce el incremento de pasajeros que puede llegar a tener. "Esperemos que poco a poco vaya habiendo más usuarios y sea una línea reivindicada", manifestó la consellera Salvador. La frecuencia de paso que actualmente se encontraba en 30-40 minutos aumentará a un bus cada 20 minutos.
Entre los inconvenientes con los que se encontrarán los usuarios se encuentra el de la inexistencia de unificación en los bonos de transporte. Mientras la solución que planteaba la EMT con la línea 29 permitía acceder a todos los vecinos de Mislata a cualquier rincón de la ciudad de Valencia, incluido el Mercado Central, con la compra de un solo billete intercambiable de la EMT, con el servicio de la línea 150 no será posible, pues al tratarse de una empresa privada no se podrán realizar transbordos con la EMT, con lo que el coste para desplazarse por autobús por la capital se duplicará si quiere ir a un sitio diferente del que recorre la línea 150.
El coste del billete único de la línea 150 es de 1,45 euros y a ello habría que sumarle 1,50 que actualmente cuesta el ticket de EMT, salvo que se disponga de bonobús.
Con esto, ir y volver a cualquier punto de Valencia empleando el servicio de autobús -si se quiere salir de la ruta- costará casi 3 euros, que sumados ida y vuelta supondría un coste de 5,90 euros. El coste podría haberse quedado en 1,50 euros -menos, si se cuenta con bonobús- de haber aceptado la primera opción del Ayuntamiento de Valencia, aunque, eso sí, los vecinos habrían necesitado transbordo para llegar al Mercado Central.
Un informe del año 2011 señalaba que el municipio de Mislata contaba con servicios solapados "con muy parecidos orígenes y destinos", lo que concurrió en que de manera "progresiva" se fuera disminuyendo la oferta que otorgaban los operadores que operaban en aquellas fechas (Metrobús, EMT y Metro-FGV).
Este informe detallaba que en dos años se había reducido casi el 60% del servicio, pasando de 8-10 minutos de frecuencia a 20-25 minutos. Fechas en las que se detectaba una media de 11-12 viajeros por trayecto. Así de 1991 a 2011 se pasó de tener 2.800 viajeros diarios a tener 550.
Preguntados por la ausencia de representantes del Ayuntamiento de Valencia este jueves en el acto de inauguración, tanto Salvador como Bielsa evitaron valorarlo. Desde el Consistorio del Cap i Casal aseguran no tener constancia de haber sido invitados al acto.