VALÈNCIA. (VP/EP). El Centre del Carme de València ha presentado este jueves Totalidad e infinito, un proyecto "curatorial" que plantea la idea de exposición artística como un espacio en el que las personas, las cosas y los elementos se comprometen a intercambiar experiencias.
Así lo ha explicado la comisaria de la muestra, la alicantina Diana Guijarro, que se inspiró en el Ensayo sobre el don de Marcel Mauss. Esta obra estudia las dinámicas de intercambio de regalos entre las comunidades antiguas, donde entendía que al intercambiarse se creaba un vínculo entre almas.
Esta idea le llevó a pensar que el espacio artístico era una especie también de intercambio y de regalo, donde "también la otra parte, el espectador, tenía algo que aportar", expresa Guijarro.
El proyecto, ubicado en la sala Carlos Pérez, se divide en tres momentos expositivos diferentes. El primero de ellos es 'Cuestión de fe, cuestión de trozo', formado por obras de los artistas Felipe Talo, Lucía C. Pino, Martín Llavaneras y David Bestué, ha desgranado el director del Centre del Carme, José Luis Pérez Pont.
'Cuestión de fe, cuestión de trozo' plantea la idea de "trozo" llevado al campo de la investigación artística, "entendiendo que construimos todo un imaginario cultural y social propio a raíz de pequeños fragmentos", afirma Guijarro.
"Normalmente eliminamos cosas, pero, si las rescatamos, conseguiríamos crear otro tipo de narrativa", ha añadido la comisaria de la exposición, que también ha asegurado que, con esa "excusa", cuentan con los trabajos de unos artistas cuyos lenguajes son "diferentes, pero complementarios".
Las obras estarán expuestas hasta el 20 de enero y se encuentran distribuidas en diferentes espacios creados por una estructura que crea una especie de "laberinto" en el que no hay un circuito fijo. Su objetivo es "dejar ese espacio libre para que cada uno de nosotros pueda conjugar las ideas, las vivencias, y que sean igualmente válidas", ha explicado la comisaria.
El objetivo del ciclo es poner en tensión cómo funciona el rol habitual del visitante en la institución cultural y del trabajo de los artistas para generar un metalenguaje propio particular y que identifica este proyecto.
La visita arranca con los elementos creados por Lucía C. Pino, con materiales como metales, luces y escayolas. La artista, que ha indicado que la idea de curvatura le interesa en particular, ha tratado de recuperar la potencia del rabal musulmán que hay debajo del suelo de cristal de la sala para crear una especie de diálogo entre el arte contemporáneo y la arqueología.
Martín Llavaneras, que trabaja con los elementos orgánicos para transformar los elementos de la naturaleza en piezas expositivas, ha elaborado una serie de estructuras para sostener el elemento vegetal.
El pintor Felipe Talo, por su parte, presenta una serie de óleos con los que pretende "matar a la muerte" y que giran en torno al concepto de la transmutación de las almas, según ha expresado el artista.
La obra de David Bestué, Historia del metal en barra, crea una línea temporal a través de la unión de metales propios de cada época y que forman una "evolución de la pieza más actual a la más antigua".
Totalidad e infinito estará en el Centro del Carmen durante un año gracias a la convocatoria '365 dies VLC', que permite a los comisarios desarrollar un programa durante todo un año. El objetivo de esta convocatoria, según Pérez Pont, es "poner en marcha todo este sistema de apertura, de democratización en el acceso a las programaciones".
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