VALÈNCIA. La Mesa Interdepartamental sobre la covid-19 de la que forman partes distintos altos cargos del Gobierno valenciano se reunió este martes dos semanas después de su último encuentro. Una comisión en la que están representadas las tres fuerzas políticas que componen el Pacto del Botánico en el que se sustenta el Consell.
Si hace dos semanas, Compromís se destacó solicitando un endurecimiento de las medidas -pedir confinamiento al Gobierno y cierre de la hostelería entre otras-, en esta ocasión puede decirse que el grado de acuerdo fue mayor que hace 14 días, pese a que existieron puntos de fricción.
En este espacio de tiempo, la Comunitat Valenciana ha batido, casi a diario, algún récord -o varios- negativo en los principales indicadores de impacto del coronavirus. Contagios, fallecimientos, ingresos, ocupación en UCI, incidencia, residencias... todo un combo de malas noticias que obligaba al presidente de la Generalitat, el socialista Ximo Puig, a plegarse a la realidad y adoptar medidas a las que se ha venido resistiéndose en las últimas semanas.
Así, en esta ocasión el jefe del Consell puso sobre la mesa el cierre de la hostelería, que fue respaldado por sus socios. Más debate hubo respecto a los establecimientos comerciales. Desde Compromís, como ya se hiciera en la reunión del 5 de enero, se pidió la suspensión de la actividad de centros comerciales no esenciales de más de 800 metros cuadrados, es decir, las consideradas grandes superficies. Al ser rechazada esta posibilidad por el PSPV, desde la coalición valencianista se planteó el cierre los sábados, cuando se produce una mayor concentración de personas.
No obstante, el sector socialista del Consell decidió plantarse en una 'tabla rasa' para todo el comercio marcada a las seis de la tarde, una medida con la que la coalición valencianista no está de acuerdo dado que considera que en los establecimientos más pequeños es más sencillo el control de aforo y que en las grandes superficies.
Tampoco hubo acuerdo, al menos en la forma de comunicarlo, sobre las reuniones entre no convivientes. En la rueda de prensa ofrecida por Puig y Barceló, se mencionó que las restricción continuaba siendo de seis personas y así fue reflejado en el comunicado posterior.
Sin embargo, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, detalló en Twitter a última hora de la tarde que en la Interdepartamental también se había acordado que se solicitaría al Gobierno de España limitar estos encuentros solo a convivientes con excepciones relacionadas con la crianza o cuidados, personas solas o parejas no convivientes. Una medida que, según la dirigente Compromís, sería regulada mediante un decreto del presidente Puig a la vez que el adelanto del toque de queda a las 20 horas si es autorizado por el Gobierno de España. No obstante, desde Sanidad rehusaron dar por hecho este acuerdo y Puig, en una entrevista concedida a Levante TV por la noche, tampoco llegó a mencionar esta medida.
Sí hubo pacto de todos los socios en solicitar al Gobierno de España que permita el adelanto del toque de queda a las ocho de la tarde, dos horas más pronto que el establecido actualmente.
Por otro lado, en esta ocasión sí tomó la palabra el vicepresidente segundo del Consell, Rubén Martínez Dalmau, para detallar las propuestas recibidas tras las reunión el lunes de las dos máximas responsables de los partidos de la coalición, Pilar Lima (Podem) y Rosa Pérez (Esquerra Unida).
Un listado en el que figuraban el toque de queda a las ocho y el cierre de la hostelería y las casas de apuestas, entre otras que también estaban sobre la mesa de los socios. Sin embargo, no se incluyó en estas medidas el cierre de los colegios tal y como había propuesto Podem semanas atrás, dado que en la reunión del lunes la negativa de Esquerra Unida llevó a retirar esta propuesta de la batería de medidas.