VALÈNCIA. Lo analizaba este diario allá por junio: si la cultura en general sufría este 2020 un gran golpe, el circo de calle parecía no tener salida, ante la negativa de los ayuntamientos entonces a programar nada cultural por miedo a un rebrote. Este año, por cuarta vez pero más que nunca, el sector se celebra a sí mismo a lo largo de un día, en la cuarta edición de la Nit del Circ Valencià, que se celebrará el próximo 21 de noviembre en València.
La jornada constará de un encuentro de profesionales del circo valenciano en el Octubre Centre Cultura Contemporània y en el que se debatirá la situación de estos a partir de la pandemia y futuras reivindicaciones; y dos espectáculos de calle gratuitos en la Plaza del Viriato de la ciudad de València: la pieza Célula, de la compañía Subcielo Danza Aérea (“la fachada del IVC es perfecta para ir y descolgarse de ella”, han puntualizado en la rueda de prensa”) y Crazy Safari Circus de la compañía Les Dessous de Barbara.
Ya a la noche, se concluirá con una gala de números de circo que muestra diferentes disciplinas, dirigida por Eleonora Gronchi en el Teatre Principal. La propuesta de Gronchi unirá teatro, música y en directo, y por supuesto, circo, en un hilo conductor que bailará entre lo intimista y la crítica política y social, tal y como ha señalado la artista en la rueda de prensa, sin desvelar muchos más detalles.
La Nit del Circ Valencià está coorganizada por el Institut Valencià de Cultura y el Ayuntamiento de València, y cuenta con la colaboración de la Diputación de València. Vuelve en esta edición a València, donde empezó el año 2017, después de haberse celebrado en años sucesivos en Castelló y Alicante.
Esta celebración es el mejor momento del año para hacer una mirada periférica y cuál es la situación del sector. Y la sensación no puede ser más agridulce: “estamos en un punto de inflexión”, tal vez sea el mejor resumen hecho por María Colomer, presidenta de la Associació de Professionals del Circ de la Comunitat Valenciana (APCCV), en la rueda de prensa de ayer.
Por un lado, el sector vivía, desde hacía varios años, una continua integración en los espacios culturales más allá de la calle y lograba una mayor sensibilidad y diferenciación por la disciplina por parte de las administraciones. Por otro, la pandemia expuso todo aquello que seguía padeciendo el sector; principalmente, la estacionalidad de la calle y los festivales organizados por ayuntamientos y otras instituciones, de los que aún dependen en una medida importante, y la propia precariedad, que en una red relativamente pequeña no puede hacer frente ante un embite como el vivido en 2020.
Celebran, pandemia aparte, el interés de las administraciones por hacer un hueco al circo “no es que fueramos el hermano pequeño de las artes escénicas, es que éramos el hijo bastardo, porque no nos programaban”, sentencia. Tanto Roberto García (Director Adjunto de Artes Escénicas del Institut Valencià de Cultura) como Maite Ibáñez (Regidora de Acción Cultural del Ayuntamiento de València), por su parte, quisieron recordar los avances que se han hecho para cuidar más al circo e intentar que haya una mayor diversidad en la programación escénica, tanto en los espacios públicos como en los privados. En este sentido, cabe destacar la entrada del circo contemporáneo en las salas de teatro privadas, uno de los cambios claves para el sector en la Comunitat, en palabras de la propia María Colomer.
Por otra parte, tal y como señalaba este diario, las pocas programaciones públicas que salen adelante este año han reforzado el carácter valenciano para proteger a las compañías locales, con Sagunt A Escena como máximo exponente, doblando su presencia en la calle.
Todo esto hacía que el circo tuviera el viento algo más a su favor o algo menos en contra, según se vea. “La asociación de profesionales somos ya 80 socios y socias, esto era impensable hace unos años”, comentó Colomer y puntualizó: “La situación sigue siendo de enorme temploralidad y fragilidad, así que nunca nos cansaremos de pedirle más ayuda a las instituciones y de ver qué puede mejorar”. La jornada del sábado será de reflexión, pero también de encuentro y celebración por seguir en pie, tan vivo como hace unos meses, solo que mascarilla mediante.