VALÈNCIA. Bajo el lema El Cercle en moviment, el Círculo de Bellas Artes de València inicia su nueva etapa con una exposición itinerante que quiere dar a conocer parte de su colección, que suma aproximadamente 150 piezas, a distintas localidades y comarcas de la Comunitat Valenciana. Primera parada: Llosa de Ranes y Sumacàrcer. Aunque este es solo uno de los proyectos que forman parte del reinicio de la entidad, es un ejemplo claro del camino que queda por andar. Con una imagen dañada por los problemas económicos del pasado, que confiesan les ha impedido acceder a ayudas públicas y conseguir patrocinadores, y una influencia en horas bajas, el Círculo empieza a construir por los cimientos una casa que a punto estuvo de desaparecer. Primer paso: volverse a presentarse a la ciudadanía. Con una ambición local y un tono más bien realista, la entidad estrena sede en el número 48 de la calle Maldonado y se abre de nuevo al público este jueves con ABSTRAC3, una muestra de Vicent Carda, Luís Moscardó y Manuel Rey-Fueyo.
La nueva sede, situada en el entorno de Ciutat Vella, suma 300 metros cuadrados y dos salas expositivas, un espacio más modesto que el impotente inmueble que ocupaban el calle Cadirers y que lograron vender “in extremis” evitando así el embargo. “Estamos limpios, no debemos nada a nadie”. Así se expresaba el presidente de la entidad, Gerardo Stübing, durante la presentación de la nueva sede de la entidad, quien confesó la necesidad de empezar a ver los resultados de un proyecto que lleva desatascando desde que se puso al frente de una entidad herida de guerra. Aunque recién instalados, lo cierto es que desde el Círculo prefieren hablar de una ubicación “temporal” pues, según indican, están en negociaciones con la Conselleria de Cultura para encontrar un espacio definitivo para desarrollar su actividad, a pesar de que Stübing también confiesa su deseo de ser “independiente en todos los sentidos” de la administración.
Nueva sede... pero temporal
En cualquier caso, y a pesar del “dialogo fluido” con la institución, lo cierto es que este nuevo capítulo lo inician sin ningún tipo de apoyo público. “Esto se dará cuando se den cuenta de que la sociedad está con el Círculo” […] Los gestores son recelosos, tienen miedo”, afirmó Stübing, que confía en que lo apoyaran “cuando vean que esto funciona”, del mismo modo en el que espera ahora sí una respuesta positiva de público y posibles patrocinadores tras haber quedado “decepcionado” con la respuesta del último año. Con el fin de generar confianza y como declaración de intenciones, una de las medidas que tomará la actual dirección del Círculo de Bellas Artes de València –institución creada en 1893- es la de “blindar” la colección para evitar la “tentación de vender el Sorolla”, tras recibir más de una oferta en los últimos meses. “Esto no es una empresa”, aseveró. De esta forma buscan la fórmula jurídica para evitar que se disuelva la colección y garantizar así que se mantenga unida, unos fondos que próximamente se trasladarán a las nueva sede tras haber sido custodiados durante los últimos meses en los almacenes de un ayuntamiento.
La promoción de la entidad, que pasa también por novedosa vinculación a la bienal Ciutat Vellas Oberta, tiene un objetivo final: ganar socios para garantizar su supervivencia. Con aproximadamente 160 abonados al Círculo de Bellas Artes de València y una edad media que oscila entre los 75 y los 80 años, confesó Stübing, la intención a medio-largo plazo es reducir esa edad media hasta los 40 años y alcanzar la cifra mágica de 225 socios. “Necesitaremos un ligero incremento de socios par ano entrar en déficit”. Además, para atraer a la gente joven planean una tarifa "simbólica" y crear la figura de socio-asociación que permita a cualquier agrupación relacionada con el arte usar las instalaciones del Círculo sin perder su autonomía. "Necesitamos un impulso para arrancar , que nos den una oportunidad y si nos les convence dentro de un año que se borren".
La nueva sede del Circulo dispone de dos salas expositivas. La denominada DEPAS que es la parte privada de la sede, donde se expondrán los trabajos de los talleres y de los socios, un espacio coordinado por Lupe Tomas. Por otro lado, cuenta con el espacio ENBLANC, dedicado a exposiciones temporales y en la que por presentación de proyectos, serán seleccionados por un comité de expertos, coordinados por David Pons y Aureli Domènech dos profesionales del mundo de la gestión cultural. La sede también cuenta con una sala de dibujo multiuso y diversos espacios para actividades. “Vamos a buscar la calidad, vamos a ser rigurosos”, declaró Domènech durante la presentación. Con ABSTRAC3, la primera exposición de esta etapa, quieren además “romper”, apostando por un Círculo que “no está para entronizar a los socios”. Frente a la especialización, asumen que su apuesta será “ecléctica” por lo distinto de sus fondos y se ponen como objetivo no enfocarse solo a la pintura, incluyendo lenguajes como la videoproyección o la fotografía.
Con una colección compuesta por aproximadamente 150 obras de pintura, escultura, dibujo y grabado, fundamentalmente de artistas valencianos como Sorolla, Pinazo, Rusiñol, Benlliure o Ruano. Por otro lado, la entidad trabaja ya para albergar una nueva colección propia. Denominada 'Siglo XXI', se inicia con donaciones recientes de artistas que, de alguna manera, han estado vinculados o en relación con la entidad, como, por ejemplo, la familia Michavila, que ofreció una se las obras de su padre tras concederle al autor la Medalla de Oro de la entidad.