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Para 2016 hace "un Gesto" con algunas medidas progresistas

El Consell aplaza a 2017 el grueso de su prometida reforma fiscal

Incrementa el Impuesto de Patrimonio y elimina el copago sanitario como gesto para mostrar la voluntad del Consell

17/10/2015 - 

VALENCIA.- Los cambios en los impuestos suelen ser el blasón de los nuevos gobiernos. Con el cambio de color en el Consell, se esperaba un giro importante en política fiscal, que dada la coyuntura con la que se ha encontrado el nuevo Ejecutivo, tendrá que esperar a 2017 para hacerse visible.

El Gobierno valenciano presentó este viernes, en el anteproyecto de Ley de Acompañamiento a los Presupuestos de 2016, un anticipo de lo que será su gran reforma fiscal. Lo hizo con el incremento del Impuesto de Patrimonio como símbolo de la voluntad de cambio. Como anunció hace unas semanas la vicepresidenta, Mónica Oltra, el Gobierno valenciano incrementa el Impuesto de Patrimonio, tanto en el tipo como en el número de contribuyentes. Concretamente, 1.832 valencianos que hasta ahora no pagaban este impuesto pasarán por caja, con lo que la Generalitat prevé recaudar 730.000 euros más. Son los que tienen un patrimonio -excluida la vivienda habitual- de entre 600.000 y 700.000 euros, al haberse rebajado el mínimo exento a la primera de estas cantidades.

El titular de Hacienda y Modelo Económico, Vicent Soler, que presentó las medidas junto al vicepresidenta, Mónica Oltra, tras la rueda de prensa del pleno del Consell, confesó que el aumento recaudatorio que se conseguirá con el Impuesto de Patrimonio no es demasiado importante y lamentó no haber realizado todos los cambios que quisiera. De esta forma, los Presupuestos para 2016 serán un avance y no el cambio esperado. 

“Queremos hacer un sistema tributario más justo, pero no nos ha dado tiempo”, dijo el conseller. Poco a poco, Soler ya había avanzado que no esperaba hacer grandes cambios en  el corto plazo, pero deja así claro que el gran cambio en la estructura fiscal se realizará a partir de 2017. 

Dentro de ese cambio, el conseller habló días atrás de "devolver la dignidad a los valencianos", de "inyectar la cultura de la eficiencia" sin entenderla como recortes, adecuar la estructura a un modelo basado en las pymes y de que se refleje la línea progresista del Consell. En este último aspecto, por ejemplo, manifestó la secretaria autonómica de Hacienda, Clara Ferrando, la voluntad de "reeducar" a la sociedad por ejemplo, mediante un impuesto para las bolsas de plástico. 

Con la mirada puesta en el horizonte de 2017, Soler aseguró que trabajará por cambiar el modelo; “haremos la cuadratura del círculo”, sentenció. En su declaración de intenciones, el titular de Hacienda reveló que no tiene el propósito de aumentar los impuestos a las clases medias-altas en los presupuestos de 2017, ya que quiere “que pague quien tiene que pagar,que son los que tienen patrimonio familiar”.

"Recalcular" el Impuesto de Sucesiones

En poder del titular de Hacienda hay varios medios para llevar a cabo otra política fiscal. El 50% del IRPF, los Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, el de Sucesiones y Donaciones y todo tipo de tasas pueden modificarse por el Ejecutivo de Ximo Puig si quiere desmarcarse -en cuanto a captación de ingresos- de los gobiernos del PP. Puede hacerlo en cualquier momento, pero lo habitual es que se cambien al inicio de año, de acuerdo con los ingresos previstos en los Presupuestos de la Generalitat.

Soler anunció semanas atrás que la consellería estudia "recalcular de manera eficiente" el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, medida que también se pospone a 2017. Este tributo está exento hasta 156.000 euros según edad, si se trata de descendientes menores de 21 años, y hasta 100.000 euros si se trata del resto de descendientes, ascendientes y cónyuge.

Nuevas tasas

Respecto a las tasas, el Consell ha incluido en esta Ley de Acompañamiento la creación de tasas por expedición del título de buceador profesional y reducción de otras tasas para que queden exentas las víctimas de violencia de género, así como beneficios fiscales para las familias monoparentales. Además, como publicó Valencia Plaza, el gobierno valenciano busca nuevas formas de captar ingresos y testea las tasas de otras autonomías para estimar su impacto en la Comunitat

En una coyuntura complicada para la gestión económica, entre el incumplimiento del objetivo de déficit (que Soler adelantó que superará el 2'2%, frente al 0'7 fijado desde Moncloa) y la infrafinanciación, así como el FLA -que supone un alivio momentáneo-, lamentó el titular de Hacienda no poder haber realizado todas las reformas que considera necesarias para los presupuestos del próximo año. Sin embargo, consideró que es importante realizar este tipo de “gestos” -en referencia a Patrimonio- que dejen ver la dirección que pretende llevar el nuevo Consell. Durante la presentación, conseller y vicepresidenta aclararon que su prioridad es atender la emergencia social, por lo que en el anteproyecto de ley se elimina el copago sanitario en centros de día y se reduce en las residencias.

Cambios en el Impuesto de Patrimonio

La rebaja del exento en el Impuesto de Patrimonio, que pasa de los 700.000 a los 600.000 euros, afectará a 1.832 valencianos. Para estos 'nuevos ricos' supondrá un impacto de unos 400 euros por contribuyente, una cuantía irrisoria teniendo en cuenta la población de 5 millones de personas en la Comunitat, como admitió el conseller.

La siguiente novedad que presenta el anteproyecto de ley es que la Comunitat introducirá una tarifa propia autonómica -se aplicaba la estatal- que incrementará un 25% los tipos de gravamen, con lo que se prevé ingresar 28’3 millones de euros más al año para las arcas públicas. La suma de ambas medidas supondrá, según los cálculos de la Generalitat, un incremento de 29’11 millones de euros de recaudación. 

El año pasado algo más de 18.300 valencianos pagaron esta contribución y para el próximo serán 19.427. El tipo más alto, para los valencianos con un patrimonio superior a 10,7 millones de euros, será del 3,12%.

En estos presupuestos, algo apresurados y con la presión del déficit y de la falta de financiación que denuncia de manera reiterada el Gobierno valenciano, este ha tratado de hacer “una ley un poco más decente que la anterior”, según Soler, además de ligeramente más sencilla, reduciendo el número de artículos y de modificaciones.

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