VALÈNCIA. Los próximos 22, 23 y 24 de marzo el PSPV-PSOE celebrará en Benicàssim el congreso extraordinario que servirá para que se haga el traspaso efectivo de poderes entre Ximo Puig -líder saliente- y Diana Morant, nueva secretaria general de los socialistas valencianos. No obstante, la ministra de Ciencia ya ejerce como primera espada del PSPV: el proceso de primarias de esta fuerza política finalizó sin ningún otro aspirante en liza, por lo que ya fue proclamada como máxima responsable del partido.
Es por ello que el Consell liderado por Carlos Mazón (PPCV) ha decidido no esperar más para comenzar a desarrollar una estrategia de la que ya informó este diario: aprovechar la doble condición de Morant como líder del PSPV y ministra del Gobierno de Pedro Sánchez para exigirle su implicación en las principales reivindicaciones valencianas que se encuentran pendientes.
La primera en abrir el fuego en esta línea fue este miércoles la portavoz del Gobierno valenciano, Ruth Merino, quien aprovechó la rueda de prensa del pleno del Consell celebrada este martes en Alicante para poner en mi primer plano a la nueva líder del PSPV. Es cierto que no fue una petición agria ni demasiado vehemente -ya habrá tiempo para eso- pero sí indicó por donde se va mover la estrategia de los populares valencianos en los próximos meses.
Así, preguntada por los posibles avances en las negociaciones entre la Generalitat y el Gobierno de España respecto al agua, Merino instó a que Morant, "como valenciana", sirviera "de enlace" con el Gobierno para avanzar en las negociaciones en materias que interesan a la Comunitat, como el agua, las infraestructuras o la financiación autonómica.
"Porque son temas de justicia para los valencianos", recalcó la portavoz del Ejecutivo, quien insistió en que la nueva líder del PSPV debe ayudar a que las negociaciones con el Gobierno "puedan dar sus frutos". "En todos estos temas no podemos avanzar solos: necesitamos ir de la mano del Gobierno y que dejemos de lado otras razones ideológicas y partidistas y pensemos en el bienestar de los ciudadanos", comentó.
En esta línea, Merino destacó en lo que se refiere al problema hídrico la reunión que mantuvieron el lunes el 'president', Carlos Mazón, y la ministra para la Transición Ecológica, la socialista Teresa Ribera. Un encuentro en el que se anunció que el Gobierno convocará a los ejecutivos de Castilla-La Mancha, Comunitat Valenciana, Andalucía y Murcia para abordar las reglas de explotación sobre el trasvase Tajo-Segura.
Una postura, la expuesta por Merino, que a priori podría presumirse lógica: Morant forma parte del Gobierno de España y, como nueva líder de los socialistas valencianos, se espera que pueda utilizar su influencia para resolver algunas de las reivindicaciones históricas de la Comunitat o la llegada de algunas infraestructuras largamente reclamadas. Ahora bien, cabe recordar que algunas de estas cuestiones, como la reforma del sistema de financiación, no fue conseguida por Ximo Puig (y era presidente de la Generalitat), ni tampoco por el anterior jefe del Consell, Alberto Fabra, del PP en ese caso.
Es en este sentido en el que la maniobra de los populares valencianos resulta interesante. Al haber ascendido Morant, una ministra del Gobierno de España, al liderazgo del PSPV, la táctica de ningunearla no sería probablemente exitosa puesto que la dirigente socialista dispone de otros canales mediáticos para darse a conocer y amplificar su mensaje.
Es por ello que el PPCV y el Consell van a redoblar la apuesta por introducir a su principal rival en las cuitas políticas diarias, dado que así la podrán hacer corresponsable de todas las exigencias valencianas que el Gobierno de España no alcance a cumplir. Una estrategia de identificación de Morant con Sánchez con la que Mazón y el actual Gobierno valenciano considera que podrá contrarrestar -e incluso beneficiarse- del 'efecto ministra' con el que el PSPV quiere impulsar a su nueva líder.