Hacienda realiza simulaciones para estimar la recaudación que obtendría si aplicase tasas y tributos propios creados por otras regiones
VALENCIA. Se buscan ingresos desesperadamente. En paralelo a su exigencia de un sistema de financiación justo para la Comunitat, el Consell ha comenzado a explorar nuevas vías de ingresos con los que paliar las carencias de un sistema que no alcanza ni siquiera para financiar los recursos básicos en sanidad, educación y dependencia. Por ese motivo, el Ejecutivo valenciano está analizando los tributos propios a los que han recurrido otras comunidades autónomas para aplicarlos en la Comunitat en el caso de que se considere oportuno.
Según ha explicado esta misma semana el conseller de Hacienda, Vicent Soler, junto a la elaboración del presupuesto del próximo ejercicio su departamento está analizando las posibilidades para incrementar los ingresos tributarios mediante la revisión de los actuales o la introducción de otros nuevos. Aunque el análisis no afecta a los tributos que aportan la mayor parte de los recursos (IVA e IRPF), Hacienda considera que existen otros gravámenes, propios y de inferior potencial recaudatorio, que se deben contemplar por una cuestión de "autoridad" a la hora de reclamar más recursos del Estado.
El titular de Hacienda, que descarta grandes revoluciones a corto plazo, sí reconoce que el Consell tiene muchas cosas que hacer sobre su política tributaria a medio plazo. Serán cambios para homologarse con el Europa, esencialmente en impuestos medioambientales, y con otras comunidades autónomas. "Hay comunidades muy próximas a nosotros con gobiernos diferentes al nuestro con una estructura tributaria diferente a la que heredamos del gobierno anterior", indica Soler.
Por ello, según explican fuentes cercanas a su departamento, la Generalitat está realizando simulaciones para estimar el efecto que tendría sobre la recaudación de la hacienda valenciana la aplicación en la Comunitat de los tributos creados por otras comunidades. Se trataría de aprovechar la potestad normativa reservada para las comunidades autónomas de régimen común para establecer sus propios impuestos, al margen de los regulados por el Estado y de los cedidos.
El melón sobre el aumento de impuestos en la Comunitat lo abrió el pasado lunes la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, con el anuncio de una subida en el impuesto de Patrimonio como parte de la estrategia del Ejecutivo de luchar contra la desigualdad. La intención es subir las tarifas y el mínimo exento de este tributo que se aplica a quienes declaran un patrimonio superior a 700.000 euros, sin contar el valor de la vivienda habitual, exenta hasta 300.000 euros.
Oltra justificó el cambio con la necesidad de que quienes más tienen contribuyan en mayor medida a sostener los servicios públicos. "Este nuevo Gobierno promoverá modificaciones normativas para aumentar los ingresos propios de una manera más progresiva que haga que las rentas más altas, esas que pertenecen al 1% de la sociedad, ese minúsculo pero poderoso grupo que acumula el 25% de la riqueza, contribuya más a la garantía del cumplimiento de los derechos de las personas a través de las políticas públicas", aseguró.
Cataluña es la región con más impuestos inventados, un total de catorce
En la misma línea, la secretaria autonómica de Hacienda, Clara Ferrando, también incidió en que los cambios tributarios que estudia el Consell no supondrán "aumentar en absoluto la carga impositiva a las clases que peor lo están pasando" y dio algunas pistas sobre los impuestos que podrían aplicarse. En concreto, Ferrando se centró en los impuestos medioambientales y mencionó expresamente la posibilidad de introducir un nuevo gravamen sobre el consumo de bolsas de plástico de un solo uso. Además de aumentar la recaudación, se trata de "reeducar" a los ciudadanos, incidió.
El referente de la Comunitat en este caso es Andalucía, la única región que tiene un impuesto sobre el consumo de bolsas. El gobierno socialista de esa comunidad lo introdujo a finales de 2010 dentro de un paquete de medidas fiscales para la reducción del déficit y la sostenibilidad. Lo soportan los establecimientos que suministran bolsas a sus clientes a razón de 5 céntimos por cada bolsa de plástico que pasarán a ser 10 céntimos a partir del año que viene.
Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Hacienda sobre impuestos propios de las comunidades autónomas, Andalucía aplica otros cinco tributos propios como el de emisión de gases a la atmósfera, sobre el depósito de residuos peligrosos o sobre tierras infrautilizadas. De todos ellos el del consumo de bolsas de plástico es el que le aporta más recursos: 388.000 euros en 2014.
Tanto en esta como en el resto de comunidades, la inmensa mayoría de impuestos creados son de carácter medioambiental, aunque también entra dentro de este apartado el controvertido impuesto sobre los depósitos de particulares en bancos aprobado en Andalucía, Canarias, Cataluña, Extremadura, Asturias y la Comunitat.
El pasado mes de mayo, a raíz de un recurso del Gobierno, el Tribunal Constitucional declaró inconstitucionales los impuestos establecidos por la Comunitat, Cataluña y Asturias por ser posteriores a 2012. En el caso de la Comunitat, la anulación de la tasa ha hecho que se esfume la previsión de ingresar 230 millones de euros este año.
Al margen del invalidado impuesto sobre los depósitos bancarios, la Comunitat aplica actualmente tres impuestos propios, lo que la sitúa como una de las regiones con menos tributos inventados frente a otras como Asturias, con siete impuestos, o Galicia, con seis.
Los impuestos propios sólo aportan el 2,4% de los ingresos tributarios de las comunidades de régimen común
De los tres que están actualmente en vigor, dos han sido creados recientemente. Se trata del impuesto sobre actividades que inciden en el medio ambiente y de la tasa de eliminación de residuos en vertederos, que se aplican desde 2012. Por el primero, la Generalitat ingresó el año pasado 24,3 millones de euros, mientras que por el segundo apenas captó 706.000 euros.
El canon de saneamiento, que se aplica desde 1992 sobre la producción de aguas residuales, es el más importante por volumen. En 2014 aportó a la hacienda valenciana 260,45 millones de euros.
Pero si hay una región que, al menos por cantidad de impuestos inventados, puede servir de inspiración para la Comunitat es Cataluña. Esta comunidad tiene vigentes nada menos que catorce tributos inventados, de los cuales dos están suspendidos: uno sobre "deposición controlada de residuos de la construcción" y el mencionado impuesto sobre los depósitos en las entidades de crédito, declarado inconstitucional.
Este mismo año ha creado un impuesto sobre viviendas vacías de bancos e inmobiliarias que se suma a los que ya tiene en vigor: gravamen de protección civil, canon del agua, impuesto sobre grandes establecimientos comerciales, canon sobre la deposición controlada de residuos municipales, canon sobre la incineración de residuos municipales, canon sobre la deposición controlada de residuos industriales o un impuesto sobre la emisión de óxidos de nitrógeno de la aviación comercial.
La Comunitat subirá el de patrimonio y estudia nuevos impuestos medioambientales como el de bolsas de plástico
La lista se completa con el impuesto sobre la emisión de gases y partículas a la atmósfera producida por la industria, impuesto sobre la producción de energía eléctrica de origen nuclear, impuesto sobre la provisión de contenidos por parte de prestadores de servicios de comunicaciones electrónicas y de fomento del sector audiovisual y la difusión cultural digital y, por último, un impuesto sobre las estancias en establecimientos turísticos.
Los impuestos medioambientales, el principal nicho tributario para las comunidades autónomas junto a los gravámenes a grandes superficies o al juego, no siempre son un buen negocio para las haciendas regionales. Según destaca el último estudio del Consejo General de Economistas sobre fiscalidad autonómica, la recaudación obtenida con gravámenes a la emisión de gases o vertidos a aguas litorales es en numerosas ocasiones inferior a los costes de gestión de estos tributos.
Según este informe, el número de impuestos propios creado por las autonomías sigue creciendo cada año y, además, los que se suprimen no lo hacen totalmente, ya que se suspenden temporalmente o se exigen a un tipo de gravamen del 0%.
Pese a ello, los tributos creados por las comunidades representan un escaso porcentaje de los ingresos tributarios en todas las autonomías. Según concluye el informe del Consejo de Economistas, para el conjunto de autonomías de régimen común, los impuestos propios suponen sólo el 2,4% de los ingresos tributarios de las comunidades.