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El grupo sitúa al promotor al frente de Attikos, que ya desarrolla suelo en NOU CAMPANAR

Juan Armiñana regresa a la construcción de la mano de Gedesco

Foto: KIKE TABERNER
18/03/2017 - 

VALENCIA. El constructor Juan Armiñana regresa al negocio que lo hizo célebre. El otrora presidente de Promociones Inmobiliarias Armiñana -liquidada en 2011 tras entrar en concurso de acreedores en 2008- se ha puesto al frente de la promotora Attikos, tal y como recoge la información depositada por la sociedad en el Registro Mercantil. El constructor, sin embargo, no tiene el control de la nueva empresa. El accionista mayoritario es la firma valenciana de servicios financieros Gedesco, según confirman a Valencia Plaza fuentes de la propia enseña, filial del fondo JC Internacional.

El constructor, según la compañía que lidera Antonio Aynat, ha sido designado como administrador único de la promotora "en el marco de la política de Gedesco de recuperar el capital humano valenciano". Al respecto, agregan que controlará "un paquete de acciones minoritario", si bien fuentes de la propia Attikos consultadas por este diario sostienen que la propiedad está en manos "de socios capitalistas entre los que no se encuentra Juan Armiñana".

En cualquier caso, el proyecto lleva la clara firma del empresario, hasta el punto de que el lugar elegido para su primer desarrollo urbanístico en València es Nou Campanar, donde Attikos adquirió un solar el pasado mes de diciembre -ubicado a la altura del número cinco de la calle Rafael Alberti Poeta-.

Solar de Nou Campanar promovido por Attikos, la constructora de Gedesco que dirige Armiñana. 

El terreno se encuentra precisamente en la zona en la que Armiñana, cuando estaba al frente de la comisión fallera Nou Campanar, plantó los monumentos más caros de la historia de València, con presupuestos que alcanzaron el millón de euros y que lograron atraer a miles de visitantes a la zona que concentraba su actividad inmobiliaria.

El nuevo proyecto urbanístico no está todavía definido al 100%, pero la constructora ya instalado una valla publicitaria en el lugar "para captar a los potenciales interesados". "Es un solar que hace esquina. La idea es que sea un edificio aislado, con zonas comunes y terrazas amplias. Buscamos viviendas espaciosas y de calidad, que sea una construcción de alrededor de 9 alturas y con ascensor panorámico", detalla la promotora.

Los otros dos proyectos que tiene en marcha la firma en España están bastante más avanzados. Se trata de Attikos Gandía, ubicada en la confluencia del Paseo Neptuno con la Avenida de la Paz -muy cerca del Club Náutico- donde la promoción contará con 29 apartamentos que ya se han vendido al 95%, según la constructora. La promoción restante se encuentra en Madrid, en la localidad de Soto de Viñuelas. La primera fase de este residencial lo componen 17 adosados, de los que ya se han vendido el 70% del total.

Un regreso al calor de la recuperación

El regreso de Juan Armiñana a la primera línea de la promoción coincide con la incipiente recuperación del sector, cuyas grúas van tomando los solares más atractivos (principalmente en los municipios de costa con mayor demanda extranjera pero también en los buenos enclaves que quedaban por desarrollar en la ciudad de València).

Buen ejemplo de esta tendencia es la actividad de la Sareb, que en los últimos meses se ha lanzado a construir en 32 de sus mejores solares obtenidos de la reestructuración bancaria. Tales promociones del 'banco malo' fueron anunciadas en dos tandas: la primera contó con tres proyectos en la Comunitat (dos en València y uno en Playa San Juan) y la segunda con dos más (uno en El Campello y otro en el barrio de Campanar de València).

En la misma línea, la promotora Urbem, aún inmersa en el concurso de acreedores y en una agria disputa accionarial entre la familia Pastor y Cleop, también ha querido aprovechar el repunte en el mercado de determinados productos con el lanzamiento de una promoción de 120 viviendas, tal y como informó el diario Levante-EMV.

En este sentido, el de Armiñana es un nuevo caso de promotor que trata de rehacerse tras las duras secuelas de la crisis. Su empresa arrancó en 1994 y concentró sus desarrollos en el barrio de Nou Campanar, donde llegó a construir más de 1.500 viviendas. Pero en diciembre de 2008 entró en concurso de acreedores con deudas por alrededor de 100 millones de euros -todo tras haberlas reducido mediante la dación en pago de inmuebles como el antiguo hostal Londres, en Valencia; o un edificio en la calle Viriato de Madrid-.

La sociedad ni siquiera presentó propuesta de convenio de acreedores y entró en liquidación en 2011. De aquella época el empresario todavía arrastra una deuda con la Agencia Tributaria que en 2016 se mantenía en 19,4 millones de euros, motivo por el que figura en el listado de morosos que publica el Ministerio de Hacienda.

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