MADRID (EP). El coste definitivo de la reforma del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) del año 2015, que elevó a 12.000 euros la exención del gravamen y redujo de siete a cinco los tipos, alcanzó los 7.698 millones de euros.
Así se desprende del Informe anual de Recaudación Tributaria del año 2017, elaborado por la Agencia Tributaria, en el que cuantifica en casi 7.700 millones el impacto de la reforma del IRPF, que se llevó a cabo de forma progresiva a lo largo de 2015 y 2016 y que, por lo tanto, sus efectos no se vieron de forma completa hasta que se liquidó el ejercicio 2016.
El informe explica que en los ingresos tributarios de 2017 todavía tuvieron impacto los cambios que entraron en vigor en la declaración anual de 2016, además de, en términos diferenciales, los desajustes que se produjeron entre cuota y pagos con la norma de 2015. Todo ello supuso 1.666 millones adicionales.
Con este impacto, junto con otros ajustes menores que afectaron también a 2017, la Agencia Tributaria estima el coste definitivo de la reforma del impuesto en 7.698 millones.
En cuanto al resultado de la declaración anual, éste fue 2.001 millones menos negativo que en 2016, tanto por la existencia de mayores ingresos (1.168 millones) como por las menores devoluciones solicitadas y realizadas (833 millones).
Según la AEAT, el crecimiento se explica por la mejora en 2016 de las rentas no sujetas por completo a retención o pago fraccionado, pero también por el efecto de la reforma del impuesto.
La reforma del IRPF aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2015 supuso una rebaja media del IRPF del 12,5% para cada contribuyente y, para el 72% de los declarantes, que cobran menos de 24.000 euros de renta, supuso una rebaja media del 23,5%, y en el caso de los contribuyentes con ingresos menores de 18.000 euros al año, la rebaja media fue del 31,06%.
En concreto, con aquella reforma, el primer tramo, para rentas inferiores a 12.450 euros, bajó del 24,75% al 20% en 2015 y al 19% en 2016. La que grava las rentas de entre 12.450 euros a 20.200 euros bajó al 25% en 2015 y al 24% en 2015.
Para las rentas de entre 20.200 y 35.200 euros, el tipo descendió al 31% y al 30% en 2016, mientras que en las rentas de entre 35.200 y 60.000 euros la tarifa bajó al 39% en 2015 y al 37% en 2016. Finalmente, las rentas que superan los 60.000 euros pasaron a tributar a partir de 2015 a un tipo del 47%, que bajó al 45% en 2016.
No obstante, el Gobierno volvió a aprobar en julio de 2015 otro decreto-ley de medidas urgentes que recoge el adelanto de la rebaja del IRPF prevista para enero de 2016, que se hizo mediante una nueva y única tarifa intermedia para 2015. De esta manera, el tipo mínimo del IRPF para 2015 fue del 19,5% y el máximo, del 46%.
Por su parte, la rebaja del IRPF recogida en el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2018 conlleva el aumento del límite exento en las rentas procedentes del trabajo, que pasa de 12.000 a 14.000 euros anuales brutos y en el que también están incluidos los ingresos procedentes de las pensiones.
Ello supondrá un ahorro medio anual de 440 euros para 3,5 millones de contribuyentes, de los que casi un millón son pensionistas, si bien el ahorro máximo anual de cuota podrá alcanzar los 760 euros a partir de 14.000 euros de salario bruto, decreciendo linealmente a partir de dicha cifra de salario.