VALÈNCIA. El diseño de la tasa turística valenciana con el que la Conselleria de Hacienda trata de convencer a los empresarios del sector -y a parte del Consell- para implantarla en 2018 está basado en las regulaciones de Cataluña y Baleares, según ha podido comprobar Valencia Plaza, que el pasado sábado adelantó las líneas maestras del impuesto.
El impuesto balear estuvo en vigor en 2003 y fue repuesto el 1 de julio de 2016. El de Cataluña entró en vigor a mediados de 2012. En ambos casos se considera que han sido un éxito, ya que en Cataluña ha permitido recaudar más de 40 millones de euros al año mientras en las islas, en sus primeros 12 meses, recaudó unos 60 millones de euros y no hubo caída de la ocupación, sino todo lo contrario, aumentó afluencia de turistas y los hoteleros subieron los precios.
Entre los aspectos coincidentes entre el proyecto valenciano y la legislación balear está la banda de tarifas en que se movería, entre 0,5 y 2 euros por persona y noche.
En el caso valenciano se prevé que solo se pague hasta la séptima noche en el mismo alojamiento, igual que en Cataluña, mientras que en Baleares lo que hay es una bonificación del 50% a partir del noveno día.
Además, en Baleares se reduce a la mitad la tarifa en temporada baja, del 1 de noviembre al 30 de abril del año siguiente, mientras en por parte de la Conselleria de Hacienda esta rebaja del 50% está en estudio.
Las tarifas que se aplican en Baleares son las siguientes:
No obstante, estas tarifas van a cambiar a partir del 1 de enero de 2018, ya que la presidenta del Govern balear, la socialista Francina Armengol, anunció recientemente que, dado el éxito de la primera campaña, duplicará la tarifa media con el objetivo de recaudar 120 millones de euros el año que viene.
En Cataluña la tarifa máxima es mayor, 2,5 euros, pero todo lo que no sean hoteles de más de cuatro estrellas o cruceros pagan 0,5 euros.
En las dos legislaciones de referencia para elaborar la valenciana el impuesto no se restringe a los hoteles, como temen los empresarios de Benidorm, sino que abarca a todo tipo de establecimientos que puedan servir de alojamiento a los turistas, tales como apartamentos turísticos, casas rurales, campings, cruceros, autocaravanas y albergues.
El equipo de la Secretaría Autonómica de Hacienda que ha diseñado este impuesto se ha fijado también en Baleares y Cataluña a la hora de establecer las exenciones para los menores de 16 años y para las estancias subvencionadas por programas sociales de una administración pública de cualquier estado miembro de la Unión Europea, como es el caso del Imserso. Baleares añade las estancias por motivos de salud y por causas de fuerza mayor.
El proyecto de la Comunitat Valenciana prevé, además, que para la implantación del impuesto se tendrá en cuenta que muchos paquetes con touroperadores se pactan con un año de antelación, por lo que probablemente los contratos ya firmados no ser verían afectados.
Como adelantó Valencia Plaza el pasado sábado, las proyecciones realizadas por la Conselleria arrojan un cálculo de recaudación de entre 39 y 48 millones de euros anuales, lo que supondría duplicar el presupuesto de la Generalitat destinado a turismo en 2017, que fue de 44 millones a través de la Agencia Valenciana de Turismo.
Es una cantidad similar a la que obtiene Cataluña, que en los cuatro años completos de imposición (2013-2016) ha recaudado 38, 41, 44 y 48 millones. Baleares preve terminar 2017 con más de 60 millones ingresados y duplicar esa cantidad el año que viene gracias al aumento de la tarifa.
El destino de ese dinero, en su totalidad para inversión pública en el sector turístico, también es una referencia para la Generalitat valenciana. Al igual que en Baleares y Cataluña, se prevé la creación de un Fondo de Turismo, gestionado conjuntamente por Hacienda y la Agencia Valenciana de Turismo.