VALENCIA. Un restaurante con hotel, que aspira a las 5 estrellas, donde cada una de las 50 habitaciones será diferente a la anterior y tematizada por una empresa de diseño valenciana. Es el próximo proyecto de Antonio Calero, el principal socio propietario del complejo de la Marina Real de Valencia 'Marina Beach Club', cuyo nombre también utilizará en esta ocasión. No en vano pretende vincular ambos negocios, de modo que los huéspedes del hotel se conviertan automáticamente en clientes autorizados del concurrido club.
A través de una de sus sociedades, Calero ha adquirido el edificio situado en el Paseo de Neptuno número 72, hasta la fecha perteneciente a Ernesto Martínez Colomer e identificable desde la playa de Las Arenas por albergar una tienda de Ale-Hop.
Con una inversión total de 14 millones de euros -entre la compra y la habilitación como hotel-, Calero planea convertir el inmueble en un restaurante con hotel distribuido en una planta baja, tres alturas y un ático. Una disposición estructural similar a la de otros complejos hoteleros de los alrededores, que viene determinada por la normativa municipal que se aplica a la zona, y especialmente a este tipo de edificios que lindan directamente con el Paseo Marítimo y la playa.
Tendrá 50 habitaciones, cada una a cargo de una gran empresa de mobiliario, como Andreu World, Viccarbe o Porcelanosa
Las limitaciones municipales afectan también al diseño, de modo que la fachada todavía requiere de consenso con el Ayuntamiento de Valencia. En cualquier caso, el proyecto ha sido asignado al arquitecto José Martí (del estudio ERRE), amigo personal del empresario, quien buscará un concepto totalmente renovado y diferente al del club, cuya premisa fundamental es que sea "muy representativo del carácter valenciano". Cada habitación correrá a cargo de un diseñador local y una gran empresa del sector de mueble y mobiliario, entre las que ya se cuentan Andreu World, Viccarbe o Porcelanosa, según Calero. "La idea es que todo cliente pueda vivir hasta 50 noches diferentes", confirma el propio dueño.
Calero destaca también el carácter "exclusivo" del nuevo proyecto. El precio de la habitación rondará el de la zona para un hotel de 5 estrellas. Aunque todavía se desconocen cifras, si atendemos a la referencia de otros competidores de la zona, oscilaría entre los 150 y los 900 euros/noche. Son los datos en temporada baja del muy cercano Hotel Balneario Las Arenas, situado a apenas unos metros de distancia. En el hotel Neptuno, también próximo, pero de 4 estrellas, los precios oscilan entre 100 y 400 euros.
En cualquier caso, para obtener la distinción máxima en estrellas, el recinto tendrá que adecuarse a una serie de requisitos estructurales que están todavía por definir.
Más asequible será, en cambio, el restaurante que funcionará como eje central. Con él se viene a completar la oferta gastronómica ya iniciada a través de los locales Marina Beach Club o Panorama en la playa valenciana. Al frente de los mismos se encuentra el chef Sergio Giraldo, quien previsiblemente también diseñará el menú venidero. No hay un concepto culinario definido, pero la temática que se baraja de cara a la decoración y el nombre tiene que ver con grandes nombres valencianos, como Vicente Blasco Ibáñez o Joaquín Sorolla.
Las zonas comunes del hotel serán, en esencia, las del propio club de playa. Marina Beach es un complejo grande, que incluye restaurante, cafetería y piscina, a la que los huéspedes podrán acceder sin suplemento adicional. Calero define su proyecto como "un complejo gastronómico y de ocio hecho por valencianos, para valencianos", idea que también se mantiene en el nuevo negocio. "Queremos algo que vaya en la línea del carácter valenciano, donde se involucren nombres del mueble valenciano y que además ofrezca una imagen vanguardista de lo que es nuestra ciudad", asegura el empresario al frente.
La compra acaba de efectuarse, por lo que el proyecto se encuentra en fase muy incipiente. A partir de este momento se presentarán la solicitud de licencia y los permisos de obras, que llevarán al menos 15 meses, por lo que es complicado que el hotel vea la luz antes de dos años. Esto quiere decir que el nuevo hotel llegará para el verano de 2018.