Tanto la política fiscal expansiva como la política monetaria contractiva pueden tener un efecto positivo sobre la economía valenciana, según el profesor del Área de Economía e Historia de CUNEF
MADRID. Antes de las elecciones a la presidencia a la Casa Blanca, la mayor parte de los analistas compartían la opinión de la proximidad de un nuevo cambio en la política monetaria en los Estados Unidos. En concreto, los expertos auguraban que en diciembre la Reserva Federal aplicaría la segunda subida de tipos de interés tras haber iniciado el camino el pasado diciembre de 2015 hacia la normalización monetaria.
Pero estas opiniones se han visto significativamente modificadas tras la inesperada victoria de Donald Trump. Una victoria que en los primeros días desató la euforia en los mercados de renta variable, sobre todo en aquellos sectores vinculados con las infraestructuras, ante la expectativa de que Trump cumpla realmente con su promesa electoral basada en la reducción de los impuestos y un aumento significativo del gasto público. En este sentido, estas medidas pueden suponer un incentivo para el consumo, la producción y el empleo.
De hecho, las previsiones de la Caixa Research apuntan a que la economía norteamericana crecerá un 2,1% y la inflación se situará en el 2,3% en el primer trimestre de 2017. Ante este panorama, muchos analistas piensan que nos encontramos más próximos de la segunda subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal (FED).
En este contexto, debemos considerar que tanto la política fiscal expansiva como la política monetaria contractiva pueden tener un efecto positivo sobre la economía valenciana amparados en dos razones fundamentales. La primera de ellas se basa en el hecho de que los Estados Unidos es el primer destino no europeo y el cuarto a nivel mundial de nuestras exportaciones.
Precisamente, el pasado año las exportaciones de productos valencianos a los Estados Unidos fueron por importe de 2.119 millones de euros según los datos ofrecidos por Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE). Consecuentemente, un mayor crecimiento de la economía estadouniodense puede conllevar un incremento de las exportaciones valencianas.
La segunda razón se fundamenta en que la aplicación de una subida de los tipos de interés, es decir, una política monetaria contractiva por parte de la Reserva Federal, puede conllevar una depreciación del tipo de cambio euro/dólar. De hecho, en las últimas semanas, el euro ha pasado de cotizar de 1,11 dólares a cotizar actualmente a 1,05 dólares. Lo que implica un abaratamiento de los productos valencianos y, con ello, un estímulo para las exportaciones de la Comunitat fuera de la zona euro.
Además, deben considerarse los efectos positivos existentes sobre el turismo valenciano, pues ya en 2014 fueron 70.382 estadounidenses los que visitaron la CV con un gasto mínimo por turista de 1000 euros (siendo el segundo país emisor con mayor gasto turístico del mundo, por detrás de China), como así indican los datos ofrecidos por la Agència Valenciana del Turisme.
Pero no todo son buenas noticias para la Comunitat Valenciana porque otra de las grandes promesas electorales de Donald Trump fue la aplicación de medidas proteccionistas con el lema 'America First' y, con ello, la renegociación de los tratados bilaterales de comercio. En este sentido, la aplicación de medidas proteccionistas pueden tener a medio plazo un impacto negativo para las exportaciones valencianas y con ello, para aquellos trabajadores y empresarios vinculados a sectores altamente expuestos a los Estados Unidos.
Entre dichos sectores podrían encontrarse el de la fabricación de maquinaria, el calzado y la cerámica. Asimismo, no debemos olvidar el efecto negativo que podría tener sobre aquellas empresas norteamericanas con presencia en la Comunitat. En tal caso, aunque Donald Trump tiene en el punto de mira algunos de los proyectos de Ford, como el de la planta productiva de México, de momento no se ha pronunciado sobre otras plantas europeas de la multinacional, entre las que destaca la de Almussafes.
Consecuentemente, las posibles medidas proteccionistas de Donald Trump han generado un aumento de la incertidumbre sobre la evolución del comercio y la economía mundial. Algo que, a la larga, también puede tener un efecto negativo sobre Estados Unidos. Ante este nuevo ambiente de incertidumbre la probabilidad de que haya una nueva subida de intereses en diciembre se ha reducido del 82 al 40%, pues con total seguridad la presidenta de la FED, Yanet Yellen, esperará unos meses más para analizar hasta qué punto Trump cumple con sus promesas electorales.
Por lo tanto, aunque en un principio los efectos pueden ser positivos sobre la economía de la Comunitat Valenciana por el efecto tipo de cambio, habrá que esperar a los próximos meses para ver hasta qué punto el presidente electo de los Estados Unidos cumple realmente cumple con su promesa electoral proteccionista.
Carlos Salvador es profesor del Área de Economía e Historia de CUNEF