VALÈNCIA. La nueva temporada del Teatro Escalante se ha tomado en serio, a diferencia de otros activos culturales valencianos, que la cultura ha entrado en una nueva etapa de recuperación. Así será para la agenda de teatro infantil y juvenil de la Diputación de València, que tras un curso sin apenas pases escolares, y con los vaivenes de las restricciones, han querido dotar de cierta normalidad su programación y volver a tener más de treintena de espectáculos, que se seguirán desarrollando en seis espacios diferentes de la ciudad. La temporada fueron 23, es decir, un incremento de más de un 25%. “Era fácil que se incrementara teniendo en cuenta el contexto del que veníamos”, reconocía ayer Marylène Albentosa, su directora artística.
Más espectáculos y también más producción propia. Serán tres las propuestas de la casa: en primer lugar, El xiquet que eolia una falda escocesa, de Adrián Novella, que ganó el Premi de Teatro Infantil Escalante en 2017 y que no se había desarrollado para materializarse hasta ahora, un asunto pendiente desde hace más de dos temporadas; en segundo lugar, un espectáculo de magia a cargo de Nacho Diago, La máquina de Rube Goldberg; finalmente, en mayo se podrá Xapar la gesta, teatro de calle a cargo de la compañía La Negra. “Esta será un temporada de sello Escalante”, ha resaltado Albentosa.
Además, habrá otros dos estrenos absolutos, 128 bateas per minuto, de Albana Teatre, y Migrare, de Maduixa Teatre. Y 17 espectáculos se verán por primera vez en la Comunitat Valenciana. Desde el Escalante también han destacado que las reservas de funciones escolares ya asciendes a 5.000 espectadores.
El por qué de este incremento es sencillo, tras varios meses de sobresaltos y con dudas sobre el modelo de su dirección, Marylène Albentosa completará un año completo frente al proyecto: “por supuesto, cuanto más tiempo y equipo, más fácil es trabajar”.
Otros asuntos que se han tratado en la rueda de prensa y que permite pensar con optimismo el proyecto es la construcción de una sede estable, que está prevista para dentro de cuatro años. Según ha informado la diputada responsable del área de teatro de la Diputación de València, Gloria Tello, la semana pasada se lanzó una llamada a los profesionales para que les trasladen las necesidades del espacio y que queden reflejadas en los pliegos que diseñe Patrimonio.
Mientras tanto, Escalante sigue ocupando espacios ajenos. La idea de que la nave 3 de Ribes, ubicada en el Parc Central y dependiente del Ayuntamiento de València, sea algo parecido a una subsede estable, sigue encima de la mesa y avanzando poco a poco, aunque no resolverá los espectáculo de un formato mayor.
En cuanto al concurso para elegir por fin una dirección estable para el Escalante, Tello quiso recordar su disconformidad con el requisito de que solo se pueda presentar el funcionariado al proceso no les gusta, pero lo asume. Marylène Albentosa, por su parte, confirmó que se presentaría e intentaría “hacer el mejor proyecto posible”: “es un placer estar al frente de un proyecto tan emblemático como el Escalante”. El resultado, tal y como avanzó este diario, se espera antes de que acabe el año. Una promesa de recuperar la estabilidad que se perdió hace ahora cinco años, que tardará cuatro años más, pero cuyo camino, más o menos marcado, crea la esperanza de que la recuperación de la nueva normalidad también suponga un cambio de etapa en el Escalante.
"Nos relacionamos con un público muy especial: el infantil y juvenil. Esto marca nuestra vocación como gestoras: formar futuras generaciones de espectadoras y espectadores críticos que aman el teatro", ha recordado Tello. Una de las primeras muestras de esta afirmación es Prometeu, espectáculo de Agrupación Señor Serrano que mezcla mitología y actualidad, dialoga con los niños y niñas sobre el bien y el mal y, además, deja los padres fuera del teatro. El espíritu del Escalante también estará presente en obras como Las Cotton, de Anita Maravillas e inspirada en la lucha de mujeres obreras; Hamila, creación de Gabi Ochoa que reflexiona sobre la pérdida y el luto cuando eras una niña; o Soc una nou, de Ramón Molins con Zum-Zum Teatro, la historia de un niño refugiado que cae al jardín de una casa.
La temporada empieza con un cuento de títeres de alma soñadora, Kalek, creado por la compañía El Retablo; y con títeres se cuestionará el amor romántico en Núvol núvol, de Periferia Teatro. También se podrá ver el espectáculo de danza Trànsit, creado por Cocinando Danza. Y se presentará la colaboración con Russafa Escènica, Lo pequeño, un espectáculo de Cris Blanco, Jorge Dutor y Guillem Mont de Palol que se estrenará la próxima semana.
El centro mantiene la apuesta por el teatro juvenil con el ciclo Escena Jove, que presenta cuatro espectáculos. En octubre estrenará en València Ulloa, de La Joven Compañía y con un texto de Irma Cuesta que revisita una obra clave de Emilia Pardo Bazán, actualizando su escenario a los momentos precedentes a una rave. En noviembre será el turno para El perro (mutante) de Lope de Vega, obra de Emma Lobo que mezcla el siglo de oro con el rap, y en diciembre subirá al escenario L’abraçada dels cucs, de Cactus Teatro y con un texto de Paula Llorens que propone una amistad entre dos generaciones antagónicas.
Por otro lado el invierno continuará levantando el telón del Nadal a l’Escalante, en el Teatro Principal, este año con un invitado especial: durante esas semanas el público encontrará en la entrada del teatro una la instalación A pie que mezcla música, dibujo y robótica, obra de José Antonio Portillo estrenada en el festival Temporada Alta. Además, el ciclo contará con Dani Miquel; la producción de música y circo Creatura, de Lapso Producciones y Malabart; y la Compañía Manolo Alcántara llevará teatro visual y música en directo con Déjà vu.
Continúa en la sala Matilde Salvador el ciclo Teatre de la Memòria, donde se presentarán cinco obras, dos de ellas de creación valenciana: Atocha, el revés de la luz, de INK Producciones; Conservando memoria, del Patio Teatro; Maletes de terra, de Visitantes y La Medusa, premio de las Artes Escénicas Valencianas al mejor espectáculo de calle; Ciudad de escarcha, de la compañía Crit; y Mauthausen. La voz de mi abuelo, de Trajín Teatro.
Cerrará la temporada el ciclo Menut Teatre al MuVIM, el cual contará con teatro de objetos en L’odissea de Latung La La, de David Ymbernon; danza y circo con … i les idees volen, creación de Animal Religion; y Blåfugl, un espectáculo de danza, obra de la compañía noruega Dybwikdans.