EN LA COMUNITAT

El Espai d'Art Contemporani de Castelló se posiciona como referente del arte sonoro

15/02/2017 - 

VALÈNCIA. En el escenario de los museos de arte contemporáneo es habitual escuchar las quejas de según que disciplinas por la falta de espacio para otras fórmulas de expresión y mensaje. El audiovisual ya se ha convertido en una constante en la mayoría de ellos, tal y como lograse hace décadas la fotografía y como parece que el cómic ha empezado a establecerse.

Sin embargo, la más silenciosa de todas ellas -y precisamente en la Comunitat Valenciana- parece ser la sonora. Más allá de lo mucho que ha aportado Llorenç Barber con sus obras, el espacio habitual o recurrente de los museos y centros sensibles al arte contemporáneo en la región suelen aproximarse al arte sonoro de una manera casual, entre el vouyerismo y la curiosidad programática de algún responsable y la absoluta casualidad.

Entre todos ellos, el Espai d'Art Contemporani de Castelló (EACC) ha decidido posicionarse como referente de esta rama. Y ha empezado a consolidar a un público propio. La programación de Espai Sonoro, comisariada por Edu Comelles, ha convertido los tres conciertos anuales que se hacían hasta ahora en una programación mensual solo interrumpida por el verano. En el último de esos conciertos, celebrado el pasado 10 de febrero, el músico noruego Ingar Zach rozó el lleno coincidiendo con el inicio de este nuevo ritmo de propuestas en el EACC.

La décima edición del ciclo sirvió así para constatar la generación de un público que ha visto a lo largo del último año a algunos de los referentes locales, nacionales e internacionales de la creación sonora. El peruano Christian Galarreta, el prestigioso productor portugués Vitor Joaquim o la virtuosa músico japonesa Tomoko Sauvage, han compartido cartel a lo largo de los últimos meses con los más próximos Alfredo Costa Monteiro, Wade Matthews, xGuix, Eli Gras o Mar Morey. Una propuesta que hilvana y da contexto a los generadores de arte y expresión sonora de la Comunitat como Josep Lluis Galiana, el ondense Raül Fuentes o el dúo de la Vall d'Albaida MKM, excelentes referentes locales que han tocado escenario en el centro de arte contemporáneo de Castelló.

Comelles se siente "entusiasmado" por la evolución del ciclo Espai Sonoro, ya que "el cambio del modelo de gestión de la programación de conciertos ha comportado una serie de mejoras a distintos niveles". Destaca "el aumento significativo de la audiencia" logrado "sin reducir ni aumentar las partidas presupuestarias asignadas", en la que admite que ha tenido que ver la mejor comunicación de la actividad -también por marchamo del proyecto- "en medios locales y nacionales". 

No obstante, las cifras, como sucede en la actualidad en cualquier museo, tienen mucho que ver con sus cargas didácticas y con la resituación de lo que sucede dentro del centro más allá del concierto en este caso. "La carga divulgativa ha sido determinante para romper tabúes con unas músicas a las que el público generalista suele ser reacio", apunta Comelles. Es decir, que el EACC mantiene su empeño en abrir lo que el comisario define como "apetito cultural por las músicas experimentales y el arte sonoro. La prueba evidente en los últimos meses ha sido la de completar el aforo de la sala en cada una de las citas, el segundo viernes de cada mes".

Más allá de lo que sucede en esas fechas, el EACC se ha abierto a un 'uso' mucho más extendido de la propuesta a través de sus podcast. La radio online en torno al ciclo Espai Sonor se enfoca en ese caso "a una audiencia internacional, con entrevistas exclusivas a los artistas y las grabaciones íntegras de algunos de los conciertos". Es especialmente interesante este punto ya que, de muchos de ellos, esas grabaciones son prácticamente exclusivas a nivel mundial. En el caso de monográficos y entrevistas, sucede algo parecido, convirtiéndose el EACC en un directorio de referencia para el arte sonoro en músicas "de difícil aceptación y consenso".

Castellón se suma así a la curiosa casuística que deja que el arte sonoro encuentre buenos espacios más allá de las grandes ciudades. Por ejemplo, la exhibición impulsada por la Fundación Juan March y que pasó 2016 en el Museo de Arte Abstracto de Cuenca (1946-2016) con éxito de público y, sobre todo, generando una interesante compilación de lo generado en esta disciplina durante los últimos 60 años.

 

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