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El factor Mediterráneo: la escasa presencia valenciana en festivales lejos de la Comunitat 

La presencia de los grupos valencianos en el circuito nacional de festivales se reduce cuanto más se alejan del Mediterráneo

22/06/2017 - 

VALÈNCIA. Se refería hace muy poco el escritor y editor Felip Bens a esa costumbre de auditar los medios nacionales cada vez que algo valenciano tiene -creemos- la suficiente entidad como para suponer que ocupará un lugar destacado en la escaleta nacional. “Cuando los valencianos tenemos algún éxito nos encanta flagelarnos constatando que a la prensa española se la trae floja”, escribía en Twitter, “se llama provincianismo”. La conclusión de Bens está enmarcada dentro del contexto de los éxitos deportivos. Más concretamente, se refería a la reciente Liga Endesa conquistada por València Basket frente al Real Madrid, que no provocó el seísmo mediático que más de uno esperaba; más bien al contrario, hubo quienes acudieron raudos a la cita con la anécdota dentro de la anécdota y reflejaron los cánticos del público valenciano hacia el rival.

La reflexión de Felip Bens, sin embargo, tiene tal arraigo en la sociedad valenciana que puede trasladarse, palabra por palabra, prácticamente a cualquier ámbito para reflejar la teórica injusticia nacional para con lo nuestro. En la música también, por supuesto. El “si no fueran valencianos” no ofrece demasiadas filigranas en sus alternativas, pero sí redunda en el núcleo del complejo: “si este grupo fuera de Madrid o de Barcelona…”. Y el rango es extraordinario, lo puedes escuchar con el mismo preciso tono acrimonioso al respecto de una banda de los 70 que no llegó a triunfar porque era de Valencia, que de otra del siglo XXI que no recibe el favor de las radios porque no tiene acceso al circuito íntimo de los periodistas que marcan la agenda desde la capital o la ciudad condal. Es un clásico; uno pasa por esa fase con la misma urgencia que lo hace por la pubertad. Ha de ser pasajera.

En el caso de la música, la necesidad de percibir la incoherente palmadita del establishment se junta con la frustración de ver cómo grupos que uno considera que no serían dignos ni de arrastrarse junto a la suela del calzado del suyo propio le pasan literalmente por encima. Se generan grandes dosis de bilis y el riesgo de recluirse en la versión de la realidad de uno mismo se hace carne. A los periodistas también nos pasa, claro. Sin embargo, más allá de consideraciones subjetivas, hay una realidad aplastante que se refleja en el termómetro industrial de hoy, los festivales: cuanto más nos alejamos del Mediterráneo, menos presencia valenciana hay en los carteles. 


Festivales valencianos: entre el 13% y el 27% de cuota regional

Una de las cosas positivas que debe de haber traído consigo que la burbuja de los festivales se fusionara con la del regreso a la España del turismo de hace medio siglo es que los festivales ubicados en la Comunitat, además de ofrecer playa y vacaciones, dan espacio a grupos valencianos. ¿Los mismos casi siempre? Sí, pero eso ya es harina de otro costal. Si analizamos las horas a las que muchos de ellos tocaron es posible que la magia se retuerza tanto que esté a punto de romperse. Sin embargo, también es cierto que, en casos como los de SanSan o Les Arts, donde la aportación ronda o supera la decena, lo finito del tiempo y del número de escenarios obliga a que actúen a lo largo de una horquilla muy flexible.

SanSan y Les Arts han sido este año, por cierto, los bastiones de la presencia valenciana en festivales. Suena raro, pero hay que decirlo con la boca pequeña -como la letra de sus carteles-. Arenal Sound se acerca a la cifra en bruto de ambos festivales (incluyendo a Amatria por aquello del sentimiento de pertenencia ajeno, pero no), pero también es cierto que su cartel es más amplio; sus 9 grupos valencianos en un cartel que supera los 60 deja el line up regional en un escueto 13%, una cifra similar en el SanSan rondaba el 15% y en Les Arts, más enjuto, se iba hasta más allá del 27%.

Tórtel
El caso del Low Festival, que se celebra a finales de julio en Benidorm, el dato es muy similar al de Arenal Sound. Llega a la decena entre bandas y djs, pero su cartel es prácticamente idéntico en número al del festival de Borriana, por lo que la presencia valenciana apenas se queda en el 14%. Mucho más, eso sí, que el que ofrece el Festival Internacional de Benicàssim este año. Tampoco es que se haya caracterizado principalmente por apoyar a las bandas locales, y mucho menos desde que se reconvirtió de forma definitiva en destino vacacional favorito del Reino Unido; la presencia valenciana se cuenta con los dedos de una mano: Tórtel, Gener y Gatomidi tocarán en el FIB este año.

Presencia incrementada, variedad reducida

Con respecto a la última referencia, de hecho, el FIB mantiene la misma línea: el año pasado Ramírez, La Habitación Roja, Soledad Vélez y Alberto Montero eran los elegidos. Sí es cierto que se observa, en unos más que en otros, cierta tendencia al incremento. Apoyado sobre todo en el menos da una piedra de Diputación, que cede a sus grupos del Sona La Dipu; sin ser la panacea, ni de lejos, siempre será mucho mejor eso que el insulto a la inteligencia de la gira con Love Of Lesbian y Miss Caffeína. Este año, Meridian Response y Lígula han pasado ya por más de media docena de festivales; sin olvidar que los primeros lo hicieron a las 15h en Les Arts y queda más para el curriculum que para otra cosa.

Precisamente Les Arts, junto a SanSan, quién sabe si obligados por las circunstancias o por línea de programación real, han aumentado la presencia de grupos valencianos en su cartel con respecto al año pasado. De la apenas media docena del curso anterior, el SanSan pasó este año a sobrepasar la decena de grupos con ADN valenciano; Les Arts compartía el punto de partida con una cifra que aún sonrojaba más, dada su ubicación, y este año ha elevado la cifra hasta prácticamente doblarla.

En cualquier caso, tampoco hay que olvidar que la programación de valencianos en festivales (valencianos) no deja de imitar la regla del resto de festivales: riesgo cero. Llama la atención que Amatria, Soledad Vélez, Ley Dj, La Habitación Roja, Gener, Geografies, Modelo de Respuesta Polar, Polock y Aspencat aparezcan, como mínimo, en dos de los carteles del grupo SanSan, Les Arts, FIB, Low Festival y Arenal Sound en 2017. Si conseguimos sintetizar la fórmula del festival español y trasladarla al festival valenciano, sin duda, habremos conseguido revolucionar algo que parecía imposible en su mismo concepto. Nuestra propia liga de los festivales extraordinarios, nuestro propio circuito de festivales con los mismos grupos -valencianos- en ellos.

La habitación roja
Un erial lejos del Mediterráneo

Y en lo festivales del resto de España los carteles están llenos de esos grupos del negativo de la fotografía; llenos de grupos del “si este grupo fuera de Madrid o Barcelona…”. De norte a sur, mires por donde mires, el balance de la presencia valenciana en los carteles de la temporada de festivales 2017 es evidente; como también lo será, por otro lado, desde cualquier otro punto de vista regional. Sólo el Viña Rock y el Cabo de Plata, del grupo de los más representativos, ofrecen datos que podrían acercarse con generosidad y fantasía al mínimo del 10%; el primero sitúa el dato en el 7% dentro de un cartel centenar -y barriendo para casa con la mitad de Sons Of Aguirre- y el segundo apenas llega al 9% con 5 grupos de la Comunitat entre casi 70. Un prodigio, en realidad.

El Azkena obvia la bolsa valenciana. El Madcool no: Los Zigarros se hacen un hueco en un cartel de 63 nombres en el que la presencia nacional ya está acorralada. Algo similar a lo que decidieron los programadores del Weekend Beach Festival de Málaga -La Habitación Roja y 81 más- o el Tomavistas, que contó con Polock entre los 43 grupos de su cartel. O el Contempopránea, que echa mano de Tórtel. La cosa tampoco mejora en otras latitudes, ni en Palencia ni en Barbastro: Palencia Sonora y Polifonik Sound sólo cuentan con Amatria. Tampoco el Sonorama arregla nada con apenas un 6% de participación de grupos de la Comunitat en un cartel con más de 80 grupos.

El factor Mediterráneo, además, tampoco es un gran alivio para la presencia de grupos valencianos en los carteles de festivales. Y eso que este año, festivales como el Vida han decidido apostar abiertamente por ello. Bueno, más o menos, porque Senior -que este año está con el Síndrome Lomax- ya estuvo en el peculiar entorno de la Masía d’en Cabanyes, y este año se le unirán Gener y Tórtel en la misma jornada. Sin embargo, el Cruïlla nos devuelve a la realidad con Aspencat y La Raíz, los únicos dos grupos de la Comunitat elegidos para formar parte de un cartel que roza los 50 nombres. No es necesario ni calcular el porcentaje.


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