VALÈNCIA. En marzo de 2016 un comunicado asentaba las bases de Tercera Setmana. Textualmente, el texto hablaba de un "nuevo festival internacional de artes escénicas", aunque esa realidad global, de manera evidente, ha llegado en su tercera edición (en València, Alicante y Castellón, del 31 de mayo al 17 de junio). En primer lugar porque en su tercera edición contará con ocho compañías extranjeras llegadas de Chile, México, Uruguay, Francia, Gracia o Irán. En segundo término, porque se establece un lazo estable con el certamen Santiago Off de la capital chilena. Por último, porque esa realidad transnacional, incluye la presencia de este intercambio de trabajos entre distintos países por igual en la capital de la Comunitat Valenciana así como en Alicante y Castellón.
En el camino se han diluido un tanto la idea de ser el gran festival de teatro propio de la ciudad de València (en favor de la territorialziación que exige el Gobierno autonómico), el riesgo de la Asociación Valenciana de Empresas de Teatro y Circo (AVETID), que sigue siendo su impulsora, pero no la principal financiadora, y la Universitat de València, que participó de su arranque a partir de un congreso en 2015 y que ahora comparte cartel con la práctica totalidad de las instituciones públicas valencianas. Por el camino también se quedó su director artístico fundacional, Salva Bolta, que dimitió el pasado mes de enero ante la dificultad de entablar una relación estable y sana de producción precisamente con esas mismas administraciones públicas.
Quién lo diría cuando este martes, en el Octubre Centre de Cultura Contemporània se vio una de las fotos más transversales de la gestión política pública. La que figura sobre estas líneas. El diablo está en los detalles de una relación de ida y vuelta entre AVETID y cada uno de esos despachos –hasta cuatro distintos del Ayuntamiento, por ejemplo, presentes ayer– pero lo que importa es el resultado. Y el resultado reluce pese a las estreches en el espacio tiempo con las que han contado los nuevos directores del certamen, Paco Macià y Tomás Ibáñez. Con "la memoria histórica y emocional" como temática no buscada, el festival acoge a ocho compañías extranjeras, cinco estrenos absolutos, un 60% de obras dirigidas por mujeres y 300.000 euros de presupuesto.
El desembarco internacional
El montante económico se ha mantenido similar durante estas primeras ediciones, aunque ha variado la aportación de dinero público (a más) y quizá un incremento por recaudación de taquilla que, para 2018, Macià e Ibáñez esperan que alcance el 80% de media. En el ámbito internacional destaca la representación de Francia que dejará su impronta con el espectáculo acuático Metamorpho que destapará el certamen en la Marina de València. Es una de las cuatro propuestas galas junto a Un Vache de manège et son Orgameuh, un curioso tiovivo de chatarra, madera y cuero que se instalará en la Plaza del Patriarca; el teatro físico, musical y de objetos de De nuevo un instante tan breve, coproducción francobalear; y Culbuto, que llenará la Plaza del Ayuntamiento de Alicante de los "equilibrios imposibles" del artista circense Vincent Martínez.
Aunque no han querido destacar ningún espectáculo ("la estrella es la programación"), Macià e Ibáñez han dejado entrever el interés que suscita la llegada del espectáculo Mendoza tanto a València (Teatre El Micalet) como a Castellón. Una revisión de Macbeth a través de los mitos de la revolución en el país azteca de inicios del siglo XX. La propuesta mexicana estará en ambas ciudades, como la uruguaya Flicker. Poco se ha concretado, aunque no se ha escatimado la mención, un segundo cordón umbilical en las alianzas internacionales estables con este país...
Destaca también del lado internacional la estancia en la Sala Russafa de 40.000 kms, la obra chilena que "permitirá descubrir lo que significa ser inmigrante en aquel país". En su caso, además, recorrerá las tres capitales valencianas en las que se salpimenta el resto de la programación extranjera con la actuación del Trío Petrakis, López, Chemirani, en los Jardines del Palau de la Música. Es el valenciano Efrén López quien, acompañado del griego Stelios Petrakis y el iraní Bija Chemirani, traslada a los espectadores a las influencias orientales en el Mediterráneo.
La presencia valenciana, a base de estrenos
Los directores del certamen celebraron el logro que cada edición supone participar de una coproducción. La financiación en este caso, compartida con el Festival Grec de 2018, es para la pieza Nowhere in particular. La obra de David Climent, Sònia Gómez y Pere Jou trata de reflejar el peso que acaban teniendo las rutinas y las acciones que hacemos de una manera no del todo consciente. Y es solo uno de los cinco estrenos absolutos al que se suman cuatro compañías valencianas como PTV Clowns (Crónica de excesos), Circo Gran Fele (Bluff), CRIT (La llum del món) y Teatro de lo Inestable (Family(es)).
Además, entre la cosecha valenciana, destaca la presencia inserta en el Teatre Principal de Castelló de Els nostres. La dirección de Eva Zapico para el texto de Begoña Tena, Patrícia Pardo, Xavier Puchades y Juli Disla llegará en estado de maduración a la capital de la Plana con la gran producción del Teatre del Poble Valencià de esta primavera. Es una de las diez propuestas de muy distintos formatos que representan a la escena valenciana. Estarán presentes La Dependent (Separeu-vos junts), Teatrecompanyia + La Medusa (Classe) o La Família Política (La alegría está aquí dentro). Todas estas exhibiciones, bajo el foco de los encuentros interprofesionales que contarán con la presencia de programadores nacionales e internacionales.
Y mucho más (para suplir 25 años de retraso en la oferta)
Pero el festival vuelve a ser la ventana a la que asomarse a algunas de las propuestas de distintas artes escénicas más destacadas del año en España. El nombre de Marta Pazos también destaca en la extensa selección con lo que los programadores advierten es "una irreverente adaptación" del clásico de Shakespeare Sueño de una noche de verano. Por otro lado, desde el País Vasco llega Barro rojo, de Javier Liñera; desde Andalucía, El afilaó, del malagueño Gero Domínguez; Rebota, rebota y en tu cara explota', la "vibrante performance" de Agnés Mateus y Quim Tarrida, desde Barcelona y, también desde Cataluña, en este caso desde Tarragona, viajará hasta el festival Likes, un espectáculo de danza de Núria Guiu.
Son muchos de los nombres que componen el programa (accesible desde una app para cualquier tipo de dispositivo), que pretende redimir "25 años de retraso" en la oferta del teatro valenciano. "Las anteriores legislaturas", comentó Ibáñez, "dinamitaron todas las iniciativas que iban en el sentido de la internacionalización […] y colapsaron el trabajo de las artes escénicas valencianas". Esa apertura global que tiene que ver con el trabajo de idea y vuelta, con la participación interfestivales más allá que con la exhibición en exclusiva, se abre especialmente hacia Sudamérica. De este aperturismo se darán datos más precisos "en la firma de los acuerdos" que llegarán durante el festival, comentaron sus directores en referencia a los detalles con Santiago Off.
El festival acogerá la Final del Torneo de Dramaturgia Valenciana, el 12 de junio en el Teatro Rialto de València y un colofón en València con el concierto conjunto de Israel Galván y Niño de Elche. Ambos habrán presentado pocos días antes su trabajo en Sónar Barcelona y servirán para culminar en el Teatre Principal la edición una edición de 2018 de Tercera Setmana que ya es una realidad.