El Gobierno de Mauricio Macri sustituye a toda la cúpula kirchnerista de Aerolíneas Argentinas, que cuatro meses antes había rescatado a Sol con un convenio que le garantizaba elevados ingresos
VALENCIA. Air Nostrum se queda sin su negocio en Argentina apenas cuatro meses después. La compañía regional Sol, en la que los accionistas de la aerolínea valenciana controlan un 45% del capital, suspendió este viernes sus operaciones de forma repentina a raíz de la cancelación del convenio que mantenía con Aerolíneas Argentinas. La ruptura de ese acuerdo, que le reportaba unos elevados ingresos, la aboca a la quiebra inmediata, según reconoció la empresa en un comunicado.
Casi a la misma hora que la dirección de Sol comunicaba el cese de sus operaciones, Air Nostrum anunciaba su salida inmediata del país. Cuando los accionistas de la aerolínea valenciana, con su presidente Carlos Bertomeu a la cabeza, entraron en el capital de Sol como "socio tecnológico", incluyeron en el contrato una "cláusula de salida inmediata" que se activaría en el caso de que se rompiera la alianza entre Sol y Aerolíneas Argentinas, según precisó a Valencia Plaza un portavoz de la firma valenciana.
El acuerdo entre los propietarios de Air Nostrum y los de Sol, firmado en septiembre y condicionado al mantenimiento del que la aerolínea regional argentina había firmado un mes antes con Aerolíneas Argentinas, no implicó desembolso económico. La aportación de la empresa valenciana fueron tres reactores de 50 plazas que ya no utiliza, aunque el compromiso preveía la llegada de otros tres aparatos en los próximos meses.
Los tres aviones aportados por Air Nostrum siguen siendo propiedad de la empresa valenciana. En medio del caos que ocasionó este viernes la repentina suspensión de los vuelos de Sol y las consiguientes protestas de sus 300 empleados y cientos de pasajeros, la aerolínea valenciana trata de traer cuanto antes de regreso a España a sus aviones y sus pilotos.
El origen de la crisis fue la ruptura del acuerdo de colaboración que la compañía Aerolíneas Argentinas, propiedad del Estado argentino, había firmado en agosto con los dueños de Sol, la familia Angeli. Según informaron en las últimas horas varios medios argentinos, ese contrato resultaba muy ventajoso para los dueños de Sol, pero era ruinoso para Aerolíneas Argentinas al estar plagado de cláusulas leoninas.
Entre ellas, la compañía estatal se comprometía a pagarle a Sol una cantidad fija mensual en dólares por 210 horas de vuelo más el coste del combustible y le aseguraba una ganancia en dólares del 12% de los costes de explotación, entre otras ventajas detalladas por el diario La Nación. La aportación de Aerolíneas Argentinas a Sol, que estaba "prácticamente quebrada antes del acuerdo", era de un millón de pesos diarios (algo más de dos millones de euros al mes).
El giro liberal del país, que acaba de dejar atrás doce años de kirchnerismo con el triunfo en las elecciones del liberal Mauricio Macri en octubre, cambió radicalmente el panorama. El nuevo gobierno sustituyó a toda la cúpula de la aerolínea de bandera y situó al frente a Isela Costantini. La primera sorpresa fue descubrir que las pérdidas reales de la compañía superaban los 500 millones de dólares, el triple de lo declarado por la anterior dirección.
El pasado jueves, la nueva dirección de Aerolíneas Argentinas rescindió el contrato con Sol, que pocas horas después se veía obligada a cesar sus actividades y a cerrar sus oficinas en el Aeroparque Jorge Newbery de Buenos Aires. Para entonces, Air Nostrum ya trabajaba con el objetivo de activar la cláusula suspensiva del contrato con Sol y dejar jurídicamente atada su salida del país, aunque el desplome inmediato de su filial complicó una salida ordenada.
La abrupta interrupción de los vuelos de Sol provocó que el caos fuera inevitable. La Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) declaró este vienes el "estado de alerta y movilización ante el inminente cierre de Sol Líneas Aéreas y la cesantía de todo su personal", al tiempo que exigió a los responsables de Aerolíneas Argentinas que denunciaran "a todos los responsables de haber defraudado al Estado argentino". A su juicio, el contrato cancelado era irregular.
El nuevo ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, y el expresidente kirchnerista de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, se dedicaron este viernes acusaciones cruzadas en la prensa argentina.
Dietrich calificó de "terrible escándalo" el contrato que la aerolínea de bandera había firmado con la familia Angeli justo antes de la entrada de los accionistas valencianos en Sol. Por su parte, el ex presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, defendió el convenio con Sol, firmado durante su gestión, al afirmar que se trataba de "un excelente negocio" para todas las partes.
Aeroparque Jorge Newbery (Buenos Aires)Air Nostrum destacó este viernes que la cancelación del contrato entre Aerolíneas Argentinas y Sol se había producido de forma "inmediata y unilateral".
La empresa aseguró que su salida del accionariado de Sol no ha impactado sobre sus cuentas, ya que los accionistas de la aerolínea valenciana entraron en el capital de la argentina a través de la sociedad ILAI. Para ellos, el quebranto ha sido "mínimo" porque su aportación se circunscribía a su "papel tecnológico" dentro de la remodelación de la flota, detalló la empresa valenciana.
La entrada en el mercado argentino fue el segundo movimiento de Air Nostrum para operar fuera de España. Previamente comenzó a volar en Paraguay con su filial Amaszonas.
A pesar del tropiezo que acaba de sufrir en Argentina, la firma aclaró este viernes que las inversiones de los socios de Air Nostrum en Suramérica "se mantienen inalteradas", sin que esta ruptura de contrato "haga disminuir la confianza en las posibilidades que ofrece la aportación de know how español en Latinoamérica".
