VALÈNCIA. (EFE). El Gobierno arranca desde el primer Consejo de Ministros del año con su plan de contraataque para cambiar la agenda política. El presidente, Pedro Sánchez, ha anunciado en una entrevista con Efe que este viernes el Ejecutivo aprobará el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado de este año para que se inicie su tramitación parlamentaria, sin tener garantizados los apoyos necesarios. También durante el mes de enero, Sánchez presentará el gran plan económico para los próximos años del PSOE, la llamada agenda del cambio, en un intento de cambiar el foco de atención que la oposición ha logrado centrar en el problema catalán, el que más tensiones genera al Ejecutivo.
El jefe del Ejecutivo admite estar abierto a que se incluya el control de precios de alquiler que reclama Podemos y que el Ejecutivo no ha incluido en el decreto ley que aprobó el pasado 14 de diciembre, pero que sí podría añadir en su tramitación como proyecto de ley.
Advierte no obstante a Podemos de que la izquierda no es mayoritaria en el Congreso y que habrá que hablar con otras fuerzas parlamentarias conservadoras tanto para convalidar el decreto como para tramitarlo como proyecto.
Del mismo modo recuerda que hay otros compromisos como el de derogar la reforma laboral que necesitan del voto favorable de más partidos que Podemos. Sí admite que se pueden "articular mayorías" para modificar, al menos, los aspectos "más lesivos" de la legislación laboral actual, entre los que cita la cuestión de la subcontratación o el registro de horarios.
En su análisis económico, Sánchez recuerda por otra parte que el objetivo de su Gobierno es el de acometer una fiscalidad más progresiva. "¿Es justo desde el punto de vista fiscal que haya grandes corporaciones en nuestro país que paguen menos impuestos que las pequeñas o medianas empresas? A juicio del Gobierno, no", dice el presidente, quien confirma que estas medidas se aprobarán mediante decretos de forma paralela al proyecto de ley presupuestario.
El jefe del Ejecutivo mantiene que quiere negociar las cuentas con todos los partidos y recalca que no solo se dirigirá a los partidos independentistas, sino también a aquellas fuerzas políticas que están pidiendo, precisamente, no depender de esos partidos para poder sacar adelante las cuentas. "Le vamos a tender la mano también a Ciudadanos y al PP", señala Sánchez. El jefe del Ejecutivo también ha insistido en desligar la negociación presupuestaria de la situación política en Cataluña.
El documento con las cuentas de 2019 ya está listo en Hacienda. El Ejecutivo cree que no tendría muchas dificultades para acordarlo con el PNV en la fase de enmiendas. Pero todo depende de la primera votación en el Congreso de los Diputados, la de las enmiendas de totalidad, que permiten que se tramiten las cuentas o sean devueltas antes de empezar. Es casi seguro que ERC no presentaría esa enmienda, pero la duda sigue en el PDeCAT, cuyos ocho votos son claves. La formación está dividida; entre los diputados, aparentemente un 6-2, aunque nadie lo sabe con precisión y en cualquier caso la decisión se tomará en la cúpula, en Barcelona, donde la influencia de Carles Puigdemont desde Bruselas es muy importante. Esa votación de las enmiendas a la totalidad llegará aproximadamente un mes después de que el Consejo de Ministros apruebe las cuentas, esto es, a mediados de febrero, según fuentes parlamentarias.
En la entrevista, Sánchez deja otras frases que muestran su gran distancia con Susana Díaz, la presidenta de Andalucía. Al día siguiente de las elecciones, desde el Gobierno y el PSOE se apuntaba que la mejor salida sería que ella dejara paso a la sucesión. Díaz se niega en redondo y quiere ser líder de la oposición para intentar recuperar el poder en cuatro años. Sánchez apunta indirectamente a la salida de Díaz. "En Andalucía se estaba cerrando un ciclo político y en España se está abriendo un ciclo político y ese ciclo político quien lo está abriendo es el PSOE a nivel estatal", señala el presidente para rematar: "El futuro del Partido Socialista en Andalucía lo elegirán y lo decidirán los militantes".
El Gobierno trabaja en un viaje a la India del presidente para reforzar la relación política y económica con el país, pero será, previsiblemente, en el último trimestre del año, porque en mayo India celebra elecciones generales y en España habrá comicios europeos y, también, municipales y autonómicos.
Así lo ha anunciado el ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Josep Borrell, tras reunirse en Nueva Delhi con su homóloga india, Sushma Swaraj. La jefa de la diplomacia india devolverá la visita a Borrell viajando a España el 19 de febrero, pero el viaje de Sánchez tendrá que esperar. "Es razonable pensar que esa visita tenga lugar en el último trimestre, por mutua conveniencia", ha dicho el ministro.
Preguntado entonces si esa planificación a largo plazo descarta un adelanto de las elecciones generales en España, Borrell ha respondido que "el presidente ha dicho que en sus planes está acabar la legislatura", de manera que sus ministros trabajan "con este horizonte".
El calendario electoral indio también es importante desde el punto de vista de las relaciones económicas. Airbus, ha explicado el ministro, querría que el contrato para la construcción de 56 aviones de transporte C-295 se firmase antes de las elecciones generales de mayo, pero no hay "garantías" de que vaya a ser así, aunque el contrato está listo para que los "controladores financieros" --el equivalente a la Intervención General del Estado en España-- preparen la documentación.
El ministro español se ha reunido con su homóloga india en un hotel de Nueva Delhi con motivo de la celebración del Diálogo Raisina, un foro de debate en el que colabora el Ministerio indio de Exteriores y en el que Borrell ha sido invitado a participar. La visita de la ministra a España y la de Sánchez a la India responden al deseo de ambos países de reforzar también la relación política con intercambios y seminarios.
Todo ello teniendo en cuenta que India es la mayor democracia del mundo, en términos de población, y que está llamada a tener "un peso muy grande en la política mundial". Si la UE quiere tener un papel más relevante en el mundo, ha resumido Borrell, tiene que reforzar su relación con esta región. Cuando se consume el Brexit, la UE ya no contará entre sus miembros a la que fue metrópolis del país.
El ministro ha esgrimido el hecho de que India tenga un sistema político representativo "homologable" a los europeos como "una razón más" para tener buenas relaciones con el país, "una de las pocas democracias que hay en el subcontinente" y que, además, no ha tenido problemas de estabilidad política desde su independencia, sino que funciona como un Estado federal pese a su diversidad de lenguas, culturas y religiones y a pesar de problemas como la enorme desigualdad.