VALÈNCIA. (EP) El Gobierno no ha conseguido cerrar este miércoles el acuerdo con las comunidades autónomas para dar luz verde al nuevo modelo de residencias.
Entre las comunidades que han mostrado su rechazo al documento se encuentran la Comunidad de Madrid, Galicia, Andalucía, Murcia, la ciudad autónoma de Ceuta (presididas por el PP), Castilla-La Mancha, Extremadura (presididas por el PSOE), País Vasco y Cataluña, según han indicado a Europa Press fuentes conocedoras de la reunión.
Por su parte, Castilla y León y Asturias mostraron su intención de abstenerse; y Navarra, Baleares, Aragón, Comunidad Valenciana, Canarias, La Rioja, Cantabria y Melilla se han mostrado a favor.
Fuentes del Ministerio de Derechos Sociales han precisado a Europa Press que el Ministerio de Derechos Sociales y las CCAA han acordado "posponer la votación" a la espera de "cerrar los últimos detalles".
El departamento que dirige Ione Belarra confía en poder llegar a un acuerdo "a lo largo del próximo mes" en el que la ratio en los centros residenciales disminuya hasta "un trabajador por cada dos residentes, se amplíe el número de habitaciones individuales en las residencias públicas y se establezcan núcleos de convivencia de 15 personas como máximo".
El documento, que se iba a votar este miércoles en el Consejo Territorial de Servicios Sociales y del Sistema de Atención a la Dependencia, presidido por la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, proponía un nuevo modelo de acreditación de residencias.
Entre otras medidas, fijaba un plazo de tres años para la "supresión total" de las sujeciones físicas, químicas o farmacológicas, y establecía que las nuevas residencias públicas deberían contar, al menos, con un 65% de habitaciones individuales.
Además, según el texto que finalmente no se ha votado, los centros proyectados no podían superar entre las 75 y las 120 plazas, dependiendo de la densidad de población.
Asimismo, con el objetivo de que la residencia se parezca lo más posible a un "hogar", se proponía que la vida de las residencias se organizara en pequeñas unidades de convivencia, con un máximo de 15 personas. Igualmente, se promovía la mejora de los servicios de ayuda a domicilio junto con el centro de día o la teleasistencia.
Respecto a las ratios, el texto establecía que en centros residenciales la ratio de atención directa conjunta se incrementaría paulatinamente de 0,39 en diciembre de 2023 a 0,51 en diciembre de 2029 en personas mayores y de 0,50 a 0,58 en centros para personas con discapacidad, estableciéndose una ratio para la atención directa de primer nivel en 0,43 y 0,50, respectivamente, en 2029, frente a los 0,42 y 0,44 de 2008.
Entre las CCAA que han mostrado su desacuerdo con la propuesta del Ministerio de Derechos Sociales, se encuentra la Xunta de Galicia. La consejera de Política Social, Fabiola García, ha asegurado este miércoles que las ideas sobre residencias presentadas por el Gobierno central son "irrealizables", al carecer de presupuesto y "encarecer y dificultar el acceso a los cuidados" para las personas mayores.
En esta misma línea, desde la Comunidad de Madrid, la consejera de Familia, Juventud y Política Social, Concepción Dancausa, ha calificado el texto de "poco realista y sin financiación" porque, a su juicio, "supone la disminución de plazas y complica la reducción de las listas de espera de la dependencia".
Por su parte, fuentes del departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, también han mostrado su oposición a la propuesta de Belarra, ya que consideran que contiene "injerencias" en materias recogidas en el Estatuto de Autonomía del País Vasco.
Para la consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación andaluza, Rocío Ruiz, el texto presentado por el Gobierno es una "carta a los Reyes Magos" que "no tiene seguridad jurídica, ni memoria técnica y económica".
Igualmente, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha manifestado que, si bien "es bueno" pensar en evolucionar en los servicios públicos, hay que hacerlo con financiación, es decir, "predicando y dando trigo", porque lo demás es "humo, el cuento de la lechera".
También han mostrado su rechazo al texto desde el sector de la Dependencia. En un comunicado recogido por Europa Press, las patronales han indicado que este modelo supondría una "merma significativa" de oferta de plazas "que ya está en un punto crítico sin poder atender la lista de espera y consecuentemente de empleos en las residencias".
Además, han avisado de que con este modelo se haría una "discriminación entre las personas que reciben servicios de manera pública y los que lo hacen de manera público-privada".
También se han posicionado en contra del texto los sindicatos UGT y CCOO porque consideran que "no incluye ninguna de las medidas de mejora de la calidad del empleo" propuestas por ellos y "renuncia a garantizar la calidad en la atención".