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el cudolet / OPINIÓN

El humanismo (no digital) de Luis Vives

2/01/2021 - 


Me sorprende mucho incluso diría para bien que los nietos de los creadores del planeta digital hagan acopio en su ideario del concepto de humanismo. Paradójico pues, los dos términos asociados son radicalmente opuestos. Vísperas del mágico día por excelencia del cristianismo, la tecnología superando al perfume, ocupará un lugar distinguido y preferencial en muchos de los árboles de los hogares españoles. No hace falta ser un español de bien, se puede ser hispano o periférico también.  Basta con un poco de crédito o saldo en la tarjeta. La tecnología está al alcance de un clic.

Aunque me jode más que Paradores de España haya suprimido del cartel del luminoso de El Saler la figura de Luis Vives.  Al pensador valenciano se le lee muy poco. Solo para rememorar alguna efeméride que otra. Preferimos paginar más obras de Pérez Reverte que de Vives. Me siento decepcionado. Es mi estado. Tampoco voy a exigir a nadie conocer a fondo la extensa y prolífica obra del escritor valenciano. Pero sí es una obligación moral de cualquier ciudadano que preste a mejorar su vida personal y la de los demás. Leer a Vives debería ser uno de los buenos propósitos del recibido año.

En un mundo parapléjico de espíritu y empobrecido de sabiduría entender el trabajo de Luis Vives ayudaría a obtener mejores resultados para erradicar la pobreza en el globo. Humanizar a los humanos con sus textos. A la tecnología es difícil humanizarla. Carece de sistema nervioso. Carece de sentimientos.

Busto de Luis Vives afeados por pinturas en València. Foto: KIKE TABERNER

El filósofo valenciano pensaba que la mejor forma de favorecer y contribuir al trabajo de las personas era mediante la enseñanza de un oficio. Oficios tradicionales que hoy son sustituidos por los de influencers o youtubers. Vives se sintió siempre muy preocupado por la educación de los niños, en particular por la de los más desfavorecidos. Ante la revuelta de los tulipanes naranjas declarados en rebeldía a la Ministra de Educación, más de uno se llevaría un chasco o decepción por la posición de Vives en este asunto de índole educativa. Dejo la respuesta en el aire porque tampoco la sabemos al no estar entre nosotros.

Es una tarea compleja como algunos pretenden posicionar al humanismo, ahora digital, en una era que vivimos del pago al uso. En un tiempo en el que el consumidor ha pasado de ser el cliente a ser el producto.  Parte de culpa la tienen las redes sociales. Y parte de culpa la tienen los propios usuarios de las redes que a cambio de un reconocimiento social, estos han entregado libremente sus pensamientos, gustos y filiaciones a las grandes corporaciones. Elogiar al humanista de los pobres no nos vendría nada mal. Él siempre elogiaba a su patria, València, pese a haberse marchado fuera a sentar cátedra. Así definía en uno de sus textos la esencia del pueblo valenciano: la nobleza que hay en esa ciudad es grande en número, espléndida, maravillosa, magnífica, modelo de cortesía y humanidad, de cuya familiaridad y trato nunca se apoderará de ti ni el enojo ni el hastío.

 Busto dedicado a Luis Vives en Brujas, junto a uno de los canales de la ciudad. Foto: DIMITRIS GRAFFIN
Como dice un buen amigo agricultor en período de reconversión esperando la ansiada certificación y merecida excelencia del sello ecológico. Se nos abre un período de esperanza que debe ir encauzada por una sonora reflexión para replantearnos el futuro de una sociedad diezmada de valores. No sigamos escaneando nuestras vidas de imágenes. Aprovechemos este bienvenido año para digitalizar los textos de Luis Vives. Se lo debemos. Nos lo debemos.

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