El museo certificará al juzgado que el director inmediatamente anterior a Císcar, Kosme de Barañano, no se hacía cargo de los gastos derivados de las exposiciones en otros centros
VALENCIA. “No hay caso IVAM, es el caso Consuelo Císcar”. En estos términos se expresó el actual director de la pinacoteca, José Miguel García Cortés, el pasado mes de abril, preguntado por los problemas judiciales de su antecesora. La marca del Instituto Valenciano deArte Moderno, sin embargo, sigue asociada a las idas y venidas de la que fuera su gestora más longeva, cuyos proyectos de ultramar y líos familiares están ahora siendo investigados por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana. El último –por reciente, no por definitivo- de los capítulos llegó el pasado viernes 13 de enero, cuando la jueza del caso requirió a los tres hijos de Císcar que aporten determinada documentación que explique su relación con la pinacoteca y al propio museo que certifique si el modus operandi de su exdirectora era habitual antes de su toma de posesión.
Esto es, la instructora pidió al museo que certifique si antes del nombramiento de Consuelo Císcar el IVAM se hacía cargo de los gastos derivados de las exposiciones en otros museos, tales como transporte de obras de arte, seguros, correos y catálogos vinculados a las muestras o si estos importes eran asumidos por el museo como receptor o destinatario de las piezas. Esta extraña práctica, la de pagar por generar una muestra fuera de la Comunitat Valenciana, fue habitual hace unos años. Tal y como publicó Cultur Plaza en junio de 2015, la ‘travesía’ de este tipo más cara fue la exposición Arte español en la colección del IVAM, que acogió el Museo del Urbanismo de Shanghái en 2010 con un coste para las arcas públicas de casi 137.700 euros.
Si bien la administración del museo sigue compilando información para transmitir con la mayor brevedad posible los datos demandados por la magistrada, las primeras consultas han servido para concluir que esta práctica no se llevaba a cabo durante la etapa en la que el IVAM estuvo presidido por Kosme de Barañano, quien estuvo al frente de la pinacoteca entre los años 2000 y 2004 hasta el desembarco de Císcar en el centro de la calle Guillem de Castro. A falta de finiquitar la revisión de otros años, lo cierto es que la administración del centro confirma de esta manera que esta práctica no le vino heredada a la exgerente, pues durante los años inmediatamente anteriores a su llegada el museo no pagaba por generar producciones para otros centros.
Esta, sin embargo, no es la única cuenta pendiente con el juzgado. La jueza, que investiga a Císcar por irregularidades en la gestión del museo, también ha requerido a sus tres hijos que aporten determinada documentación que explique su relación con la pinacoteca. En una providencia notificada el pasado viernes a las partes, la instructora dio un plazo de cinco días para que las dos hijas de Císcar y una tercera persona presenten los títulos de adquisición de todas las obras de arte que prestaron al IVAM para ser expuestas entre 2004 y 2014, años en los que su madre fue directora del centro. Si bien, estos no son los únicos a los que, en esta última hornada, se ha requerido aportar más información al caso, con el “hijo artista” de Consuelo, Rafael Blasco Císcar ‘Rablaci’, a la cabeza.
La jueza, que investiga si la exdirectora, imputada por malversación, prevaricación y falsedad, favoreció a su hijo mientras estuvo al frente del museo, ha requerido al creador conocido como ‘Rablaci’ que aporte la documentación que justifique el pago de los servicios a las empresas que transportaron sus obras de arte para ser expuestas en museos de Japón, China, Ecuador y Cuba en 2009 y 2010, cuando todavía era estudiante en la Facultad de Bellas Artes. El también hijo de Rafael Blasco, histórico del Partido Popular valenciano hoy encarcelado por el Caso Cooperación, deberá entregar también a la magistrada instructora la documentación que acredite que pagó determinados servicios a La Imprenta, empresa que trabajaba para el IVAM.
Cabe recordar que el hijo de la exdirectora del IVAM no tiene aún la condición de investigado, imputado según la terminología anterior a la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Anteriormente, la magistrada de Instrucción 21 ya había pedido información a dos empresas contratistas habituales del IVAM ante las sospechas de que el museo hubiera costeado trabajos que realizaron para el hijo de la exdirectora, ajeno a la institución cultural. Además, la jueza ofició hace meses a la Agencia Tributaria para que informe sobre los bienes inmuebles, las cuentas bancarias, los vehículos y las declaraciones de la renta de Rafael Blasco Císcar, apuntan desde el tribunal.
En la causa están investigados, además de Ciscar, otras cinco personas, cuatro de ellas con responsabilidades en el IVAM como subdirectores de distintas áreas por delitos de malversación, prevaricación y falsedad por los supuestos sobrecostes en la adquisición de obras de arte y en la contratación de publicaciones. Se trata del subdirector general deAdministración y Finanzas, el de Gestión Interna, el de Publicaciones y la subdirectora general Técnico Artística. Además está investigado el responsable de dos empresas con las que el IVAM suscribió contratos de transporte eludiendo, supuestamente, la normativa de contratación del sector público.
Los magistrados concluyen que las obras del citado escultor vendidas al museo eran "auténticas" y el precio que se pagó por ellas "fue acertado o en su caso muy beneficioso"