El legado de Paco Bascuñán se queda en València

VALÈNCIA. El archivo del diseñador Paco Bascuñán, fallecido en el año 2009, tiene nueva casa. Tras ser custodiado durante años por la pareja del creador, la bibliotecaria Lupe Martínez Campos, el fondo pasa ahora a manos del Arxiu Valencià del Disseny tras un acuerdo de cesión que promete seguir poniendo en valor la obra del que fuera uno de los emblemas del diseño en València, una firma que creció en sus primeros años de la mano de Quique Company, a quien conoció cuando estudiaban en la Escuela de Artes y Oficios de València y con quien puso en marcha Equipo Escapulari-O, para después impulsar el grupo Enebecé y, posteriormente, una Nave que supone uno de los grandes hitos del sector. Su trayectoria está marcada por su aportación al diseño en tanto que productor y, también, divulgador, pues pocos días antes de fallecer abría sus puertas en el MuVIM la exposición Suma y sigue del diseño en la Comunitat Valenciana, que comisarió junto a Nacho Lavernia y queda como parte de la memoria reciente de un sector que, gracias a aportaciones como la suya, ha ganado en presencia. 

Ahora, sin embargo, toca custodiar y divulgar su obra, el trabajo de toda una vida -o parte de él- que cabe en una quincena de cajas y que ayer fue trasladado al Arxiu por uno de sus impulsores, Vicent Martínez, y  Ester Alba, codirectora del mismo por la Universitat de València junto con Xavier Giner, en representación de la EASD València. Ya no hay dudas: los fondos de Bascuñán se quedan en València. “Uno de los objetivos del Arxiu es conformar un espacio de la memoria donde preservar la cultura del diseño valenciano. Ojalá en algún momento podamos vislumbrar un Museo del Diseño de València”, relata Ester Alba en conversación con Culturplaza. Para llegar a esa idea de museo, sobre la que se ha hablado no poco, “queda mucho camino”, aunque no por ellos es menos “factible”, relata Alba, que nos adelanta que están trabajando de la mano de València Capital Mundial del Disseny y La Marina en proyectos expositivos de carácter temporal así como en una serie de jornadas de formación, de la mano de la ADCV (Asociación de Diseñadores de la Comunidad Valenciana) y el CDICV (Colegio de Diseñadores de Interior de la Comunidad Valenciana).

El museo, de momento, es un futuro lejano, con lo que toca centrarse en un presente marcado por el aterrizaje de los fondos de Bascuñán en un archivo que ya suma miles de piezas y que ahora cuenta con una las principales firmas del sector. Entre las obras recogidas se encuentra, por ejemplo, la señalética que realizó para el tranvía de València, más de una veintena de paradas que contaban cada una con una imagen específica, un proyecto que resulta en una suerte de mapa gráfico de la ciudad; o los materiales vinculados a Trafico de Modas, marca que diseñó junto a Mariscal. Destaca de entre ellos Ester Alba el trabajo que realizó para la Exposición Universal de Sevilla de 1992, una serie de azulejos de los que guardan también las pruebas pintadas a mano en tablillas de madera. “Dentro del diseño es muy importante el resultado final pero nos interesa, tanto y más, los aspectos que tienen que ver con todo el proceso, ese concepto que acaba convirtiéndose en un diseño, como en el caso de Bascuñán, icónico”. 

Y es que el archivo no quiere ser un templo que reúna piezas icónicas, aunque también pueda tener su interés, sino resultar en un proyecto que facilite y fomente la investigación sobre un sector que todavía tiene mucho camino por recorrer por lo que respecta a su estudio y divulgación. Es por ello que su equipo no solo centra sus esfuerzos en acumular, sino también en catalogar con el objetivo de ser una ventana a la historia del diseño valenciano, una ventana que pronto se abrirá unos centímetros más. Así, sus impulsores avanzan en un proceso de digitalización que tiene una doble vía. La primera, generar una plataforma en su futura web que sirva de “archivo de la memoria” que suma entrevistas a distintos diseñadores y diseñadoras clave de las escena valenciana. La segunda, una suerte de mapa virtual que facilite el acceso a la información recopilada por el Arxiu, un proceso que ya suma 20.000 piezas o documentos digitalizados y que suma la colaboración de ARTEC, un equipo de trabajo perteneciente al Instituto Universitario de Investigación de Robótica y Tecnologías de la Información y Comunicación a la Universitat de València. Estos proyectos, además, cuentan con el apoyo de Presidencia, Dirección General de Patrimonio y Cultura o la ADCV.

“Queremos que el archivo no sea solo un contenedor, sino generar recursos para los diseñadores del futuro. Así entendemos el patrimonio cultural, es algo pasado pero que no se queda estático, sino que es un motor de innovación y de conocimiento. El archivo ofrece elementos fundamentales no solo para entender la cultura del diseño valenciano, sino también dentro del ámbito de la investigación. El diseño tiene que formar parte de este discurso, a nivel académico y social”, explica Ester Alba. De esta forma, el proyecto va tomando forma, un trabajo que lleva años cocinándose desde marzo 2018, con la constitución de un grupo de trabajo integrado por la Universitat de València, Generalitat Valencia y la Escola d’Art i Superior de Disseny (EASD). Fue un año después cuando se formalizó su puesta en marcha con el acto de aceptación de la donación de los fondos documentales de los artistas Manuel Lecuona, Lola Castelló o Vicent Martínez, que se suman a una colección que va creciendo sin prisa pero sin pausa con el fin de conservar y divulgar la historia de un diseño que tiene mucho por contar.