VALÈNCIA. El megabuque 'MSC Jade', un inmenso portacontenedores capacitado para transportar más de 19.400 TEUs (unidades equivalentes a 20 pies), tenía previsto arribar esta semana al Puerto de Valencia -según confirman fuentes portuarias- circunstancia que lo habría convertido en el mayor carguero de la historia atracado en el recinto valenciano.
Pero no pudo ser. No hubo foto para el recuerdo ni comunicado sacando pecho por parte de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), tal y como sí ocurrió en 2015 cuando llegó a los muelles valencianos el Morten Maersk, que de momento conserva intacto su récord.
La realidad del Puerto de Valencia es otra. El gigante de la naviera Mediterranean Shipping Company (MSC) fue uno de los desviados por la huelga encubierta que realizan los estibadores -responsables de la carga y descarga de buques- desde la tarde del pasado 16 de febrero.
Desde entonces hasta este mismo jueves el recinto ha permanecido durante 15 días consecutivos con una reducción de la productividad de entre el 30% y el 35%, un bajo rendimiento que los estibadores atribuyen a que están "desmotivados" y faltos de "alegría".
La medida de presión responde a la decisión del Gobierno de España de liberalizar por decreto el sector, un régimen de monopolio que cuenta con una condena firme dictada por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). La decisión afecta por igual a todos los puertos españoles.
Sin embargo, tal y como denunció esta semana la patronal de las empresas del Puerto de Valencia Sevasa, los estibadores no están recurriendo a estas prácticas en el resto de los grandes recintos del país -no al menos con la misma intensidad-.
Prueba de ello es que el 'MSC Jade' no tuvo problemas para hacer su escala en Barcelona, donde los estibadores descargaron los 3.549 contenedores previstos, según confirmaron fuentes de MSC a Diario del Puerto. En consecuencia, en el recinto catalán el megabuque sí pudo materializalizar la efeméride de convertirse en el mayor carguero que ha visitado jamás sus terminales.
El decreto para liberalizar la estiba ya ha sido aprobado por el Ejecutivo, pero el Gobierno tiene ahora que reunir los apoyos necesarios para validarlo en el Congreso, y de momento no los tiene.
Con el propósito de evitar que salga adelante, los estibadores están presionando al Estado -además de con los paros no comunicados- con una convocatoria oficial de huelga que este jueves redujo de 9 a 7 los días previstos.
Esta misma semana Sevasa cifraba en 2,5 millones diarios los costes de estas "medidas de presión", a las que achaca el desvío de cerca de una veintena de buques que han optado por realizar sus escalas en puertos competidores -entre ellos el de Barcelona-.
Solo en el mes de febrero el tráfico de contenedores del Puerto de Valencia cayó un 20%, mes en el que sufrió 13 días de marcha lenta por la huelga encubierta aplicada por los estibadores. La pérdida fue de 50.000 contenedores respecto a febrero de 2016.