VALENCIA. La RAE define la consistencia como sinónimo de duración, estabilidad y solidez. Y esta condición es deseable encontrarla tanto en las propias inversiones como en las personas responsables de las mismas. En un cara de la moneda, la consistencia del inversor que se conoce a sí mismo y decide por quién dejarse asesorar y, en la otra cara, en la trayectoria del profesional que le recomienda los productos que mejor se adaptan a su perfil inversor.
En este sentido, y este artículo es muestra de ello, reconocemos la importancia de difundir la cultura financiera en nuestro país para de esta manera reconocer que la principal labor del inversor no es ser un gurú de las finanzas sino tener un conocimiento básico del lenguaje y cultura financieros para identificar a los mejores profesionales, aquéllos que le aportarán mayor valor añadido.
La salud financiera de nuestro patrimonio es suficientemente importante como para que esté en manos de profesionales; tal y como hacemos a diario con la salud de nuestro vehículo, llevándolo al mecánico de confianza, o con nuestra propia salud, acudiendo a nuestro médico habitual.
Las personas que ahorran a lo largo del tiempo son las que mejor pueden entender la importancia de la consistencia en finanzas. Esto es porque cuando hemos apartado conscientemente una cantidad mensual o anualmente le otorgamos más valor por el esfuerzo realizado, recelamos de las prisas porque no son las mejores compañeras de las cosas bien hechas y reconocemos que es mejor hacer algo de manera continuada, aunque sea en pequeñas dosis, que hacerlo en gran cantidad pero pocas veces.
Al final hablamos de algo tan sencillo, y a veces tan complejo, como tomar decisiones con la mayor información posible para conseguir unos objetivos lo más definidos posibles. Sólo de esa manera podremos dormir tranquilos y, como recomienda Buffet, evitar la tentación de alejarnos de nuestro camino. Y el Oráculo de Omaha va más allá advirtiendo que “si no eres capaz de poseer una acción durante diez años, no deberías pensar en tenerla ni diez minutos”.
Por tanto, si hemos acumulado unos ahorros, nos han salido quince aciertos en la quiniela o recibimos una herencia, lo más acertado será actuar sin precipitaciones y actuar de manera consistente para evitar arrepentirnos en el futuro.
Primero, apartar el máximo de capital para invertirlo con un horizonte temporal definido a medio o largo plazo. Segundo, aceptar que a mayor rentabilidad deberemos de aceptar mayor riesgo, entendido éste como la volatilidad de los precios de mercado.
Sólo una vez tenido en cuenta estos factores podremos dar el siguiente paso y comenzar a buscar la consistencia en un asesor independiente que gane cuando nosotros también ganemos, en la trayectoria de 3 a 5 años de valores que sean atractivos y de espaldas al sentimiento diario del mercado que no refleja el verdadero valor de las inversiones.
Antonio Aspas es socio de Buy & Hold Asesores EAFI