El responsable de estrategia de divisas de Saxo Bank advierte que los datos de esta semana pondrán a prueba el rally del dólar a diez días vista de la esperada reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos
MADRID. Nos encontramos ante una semana clave donde se pondrá a prueba la fuerza del reciente rally del dólar estadounidense (USD), puesto que la corriente de los comentarios de la Fed han fijado de forma clara y contundente las bases para un repunte de los tipos en verano, ya sea en el junio o en las reuniones del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) en julio.
La retórica de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) -hablando de las perspectivas de dos o incluso tres subidas de los tipos de interés este año- fue claramente coordinada y diseñada para mover las expectativas de los mercados hacia el repunte de los tipos. La FED hizo esto porque quiere el lujo de actuar sobre las tasas indebidamente sin sorprender al mercado con una postura más agresiva. Todo ello pensando que era mejor hablar de potenciales subidas y después ligar el potencial a la calidad de los datos macro que se vayan conociendo.
Dicha dependencia de los datos hace que esta semana sea clave de cara a los indicadores estadounidenses, que probablemente generarán mucha más volatilidad a corto plazo, dado que el mercado está cambiando las probabilidades de un repunte para junio, julio o septiembre. Podríamos ver, incluso, hablar de un repunte de los tipos en junio y septiembre si los datos macro realmente mejoran esta semana.
Pero mientras el debate sobre el repunte de tipos ha dominado los titulares (y quizá domina la acción en el mercado de divisas), otro tema interesante que debemos tener en cuenta es la aparente declaración del mercado de que ya no tiene miedo a la FED.
Cuando los oficiales de la Reserva Federal comenzaron a hablar sobre sus perspectivas hawkish, el apetito de riesgo global fue intimidado en la sumisión, con las divisas de los mercados emergentes y los mercados de valores con fuertes descensos.
Esto, por supuesto, es lo que han hecho en cada 'avistamiento' de un 'halcón' y la fortaleza del dólar desde mayo de 2013, cuando el ex presidente de la Fed, Ben Bernanke, se limitó a mencionar la idea de que algún día la Reserva Federal comenzaría a disminuir la velocidad a la que se expandiría su balance disminuyendo las compras de activos.
Pero la semana pasada, el mercado de acciones global rebotó de nuevo con fuerza desde el pico anterior y el índice S&P 500 se encuentra a un par de puntos porcentuales de sus máximos históricos. El índice MSCI world -incluso el dominado en dólares- rebotó un fuerte 2% la semana pasada.
¿Qué significa esto? A estas alturas del año, los inversores se han convencido de que incluso la subida de tipos del pasado mes de diciembre fue demasiado para el estómago de los mercados globales. Ahora, tenemos a la FED hablando explícitamente de 2 ó 3 subidas de tipos. Quizá, todo esto apunta a la idea de que si la tasa clave de la Fed es 0,5% o 1% no importa y que las condiciones de la política monetaria global, dados los programas de compra masiva de activos de Europa, Japón y China, se mantienen aún en su punto más alto. Lo que todo esto significa para el dólar de EE UU es discutible.
Los defensores de un dólar fuerte pueden apuntar a la reciente alza en las tasas de la FED cambiando los diferenciales de tipos de interés a favor del dólar estadounidense, cuando comparamos las tasas a corto plazo de Estados Unidos con las tarifas de la mayoría de las principales monedas.
Después de todo, los tipos a corto se moverán pronto desde sus niveles negativos en Europa y Japón y países como Australia o Nueva Zelanda se encuentran en el círculo de recorte de tasas para absorber el daño de la caída de los precios de las materias primas y las preocupaciones sobre la ralentización de China.
Mientas tanto, los que dudan del dólar tienen algo de razón cuando señalan a las aún tasas muy bajas en Estados Unidos y las todavía tasas reales negativas, cuando la inflación es más alta que los rendimientos de los activos libres de riesgo como los bonos del Tesoro de Estados Unidos.
Para que el dólar estadounidense encuentre apoyo desde un punto de vista más fundamental en un entorno de tipos de interés en aumento, la FED debería ser incluso más agresiva y los tipos a largo plazo deberían incrementarse aún más, y más rápidamente de lo que lo está haciendo la inflación.
John Hardy es jefe de estrategia de divisas de Saxo Bank