VALÈNCIA. (EP) El sector del metal valenciano señala que el impacto directo que sufrirán por la guerra a Ucrania no superará el 1%, pero sí que acusarán los efectos del incremento del coste energético y de las materias primas que puede lastrar su recuperación hasta 2023.
Así, lo han señalado este viernes el presidente de Femeval (Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana), Vicente Lafuente, y el presidente de FEMPA (Federación de Empresarios del Metal de la Provincia de Alicante) Luis Rodríguez, tras reunirse con el presidente del PPCV, Carlos Mazón.
Al respecto, Lafuente ha explicado que aunque aún es "pronto" para determinar e impato directo, no será mayor del 1%. No obstante, las empresas específicas, sobre todo del sector del automóvil, que tienen fábricas en Ucrania o en sus alrededores ya están "notando la incertidumbre, incluso la paralización de las propias empresas". Además, la guerra sí que provocará "una subida tremenda" en el coste energético y de materias primas como el paladio, que se emplea como catalizador en el sector del automóvil.
Al respecto, ha advertido que es "difícil" buscar alternativas a fuentes de energía como el gas aunque "afortunadamente" la Comunitat Valencia cuenta con la cercanía de Argelia que, es "más caro" pero parece que "el suministro está garantizado". Lo mismo ocurre con las materias primas que "están donde están" y los grandes países exportadores del paladio y del alumnio son Rusia y Ucrania. Por ello, ha considerado que "lo único" que les queda como empresario es "hacer bien los números".
Además, ha señalado que esta crisis debe servir para "volver a localizar aquí muchas actividades que se han ido a la otra parte del mundo" y que "cambiar muchos hábitos de consumo para poder adaptarnos a esta situación".
Lafuente ha recalcado que en este momento de trasformación el sector requiere "muchísimo apoyo" porque "genera muchísimo empleo" tanto en industria como en comercio. Por ello, ha confiado en que se materialicen los hitos de la fábrica de baterías de Volkswagen en Sagunto y la continuidad de Ford en Almussafes que "marcarán el futuro industrial en la Comunitat". Asimismo, ha señalado que hay que "saber trabajar" para que el impacto que tendrán los cambios en los hábitos de consumo y de movilidad sea "el mínimo posible" sobre todo en el empleo.
Del mismo modo, el presidente de FEMPA, Luis Rodríguez, ha señalado que aunque tienen "todos los elementos en contra", tras la crisis sanitaria, económica y ahora bélica, en el mundo empresarial "está muy viva la capacidad de resistir". No obstante, ha puntado que esta senda de recuperación "no se ve a corto ni medio plazo" sino que la sitúa en 2023.
Rodríguez ha señalado la importancia de apostar por "la modernización, la digitalización y la formación" para crecer y crear empleo, lo que requiere de "políticas y ayudas que impulsen la competitividad".
Así, ha apuntado que más allá de apoya a las grandes empresas como Ford que tienen un efecto tractor "no se puede olvidar de las pymes y de las micropymes y autónomos". En ese sentido, ha apuntado que hay más de 5.000 talleres de reparación en la Comunitat Valenciana que generan "muchísimo empleo" y que pueden desaparecen entre un 20 y un 30% si no se les apoya. "No estamos hablando de recuperación o crecimiento, sino de supervivencia", ha recalcado.
Por su parte, el presidente del Partido Popular de la Comunitat Valenciana, Carlos Mazón, ha abogado asimismo por un plan de formación y de modernización de maquinaria para apoyar al sector de la automoción.
Asimismo, ha mostrado "todo el apoyo del PPCV a la factoría de baterías en Sagunto" y si se confirma la llegada ha pedido a la Generalitat que "también cumpla con sus obligaciones y no ralentice el proceso con burocracia".
Asimismo, ha reclamado un plan industrial, un Plan Renove, un plan de formación para pymes y micropymes, así como acabar "con el infierno fiscal". "Es incompatible tener política industrial con una presión fiscal como la que tiene la Comunitat Valenciana", ha apostillado.