VALÈNCIA. La provincia de Castellón apoyó mayoritariamente a Pablo Casado en el proceso de primarias del PP que se celebró este jueves. No importó demasiado que el líder de esta demarcación, Miguel Barrachina, hubiera mostrado su preferencia por la ex vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, el favorito de los militantes fue el diputado palentino, que logró la victoria con una mayoría muy holgada frente a sus rivales.
Es más, Casado consiguió el triunfo en buena parte de los municipios de la provincia incluida la Vall d'Uixó, cuna de la presidenta regional del PPCV, Isabel Bonig, donde el exalcalde y diputado nacional Óscar Clavell se había decantado por el aspirante de la tercera vía.
Así, en la otra orilla, Sáenz de Santamaría sí que obtuvo buenos resultados en Lucena, Segorbe -patria de Barrachina- Benicàssim, Benicarló, Vinaròs, Peñíscola y Oropesa entre otros.
Por su lado, Casado venció en Albocàsser, Vinaròs, Morella, Viver, Nules y Vila-real, además de Castellón capital. En total, el aspirante consiguió 917 votos frente a los 645 de su rival frente al pobre resultado de María Dolores de Cospedal, quien solo acumuló 84 papeletas en esta provincia.
Mención aparte merece el resultado del municipio de Bonig. Bien es cierto que la presidenta regional había proclamando a los cuatro vientos su imparcialidad en este proceso, pese a que desde su entorno se había puesto en marcha la maquinaria para respaldar a Santamaría.
Desde luego, la militancia se tomó esa libertad de voto al pie de la letra, dado que Casado se impuso en este municipio con 92 votos logrados frente a los 35 de Santamaría, los ocho de Cospedal y un único sufragio en favor de Margallo. Un balance que evidencia que Bonig no hizo campaña por la exvicepresidenta o que no posee ninguna influencia decisiva en la localidad donde fue alcaldesa.