VALÈNCIA (EP). El Museo de Bellas Artes de València dedica una retrospectiva a Joaquín Agrasot un año después del centenario de su muerte para poner al alicantino "en su lugar", dignificar su legado y reivindicar su costumbrismo que no conocía fronteras, como uno de los grandes pintores valencianos de finales del XIX.
Bajo el título 'Un pintor internacional', la muestra reúne cien piezas extraídas de 35 fondos públicos y privados como el Prado, el Thyssen de Málaga o el MNAC de Catalunya y gran parte de la Colección Pedrera Martínez, algunas de ellas inéditas para el público.
La exposición llega ampliada a València tras su estreno en 2020 en el MUBAG de Alicante, la tierra de este artista de Orihuela, y antes de su paso por el Museu de Belles Arts de Castelló, un recorrido ideado por el Consorci de Museus que quedó paralizado por el virus.
Se trata de la exhibición más importante sobre Agrasot en número de piezas, aunque también incluye 18 de otros artistas para comprender su proceso creativo y "el sentir de su tiempo", como han relatado los comisarios, Ester Alba y Rafael Gil, en la presentación.
La retrospectiva pretende recuperar el legado de pintores del XIX que han sufrido "cierta denostación historiográfica". "Recuperarlos es un acto de justicia: forman parte de nuestro patrimonio cultural y en su momento tuvieron un éxito rotundo. Hay que ir sacándolos de la sombra", ha reivindicado la profesora de Historia del Arte, porque "Joaquín Agrasot no es costumbrista, es mucho más".
La idea de rescatar al oriolano surgió porque hasta ahora se había dejado de lado su vertiente internacional, a pesar de que aparece en catálogos de París, Londres o Nueva York, con el objetivo de mostrar un perfil completamente diferente: "No ha tenido la relevancia que se merecía, estaba excesivamente encorsetado dentro del barniz de pintor de costumbres valencianas".
Y es que Agrasot era una artista poliédrico y polifacético que "trascendía lo local" y demostraba el gusto estético de la sociedad de entonces. Trabajó prácticamente todos los géneros de su tiempo, desde el retrato a las escenas de paisaje, los desnudos o el orientalismo, "todo con una eficacia y calidad indiscutibles".
De hecho, una de las referencias de la época, extraída de la Enciclopedia Británica en 1902, ya lo comparaba con pintores de la talla de Fortuny o Sorolla y resaltaba que era "digno de mención como uno de los grandes de finales del XIX y principios del XX". "Ahora se le hace justicia porque su obra ha quedado generalmente reducida a una visión regionalista", ha defendido la comisaria.
Pero precisamente sus escenas costumbristas de valencianos era lo que reclamaba el mercado del arte internacional. A partir de ahí, la muestra se estructura en dos dimensiones: la de pintor intimista y muy vinculado a la vida familiar y la del que competía en concursos fuera de España y se adaptaba al gusto burgués, ya que las vendía a través del marchante más importante de la segunda mitad del XIX.
Sus personajes lucen engalanados aunque fueran de clases populares, por lo que logró "dignificar" a ese segmento social, y aparecen en tierras valencianas y en zonas de León y Aragón, envueltas en una luz dorada "ciertamente melancólica".
'Un pintor internacional', abierta hasta el 23 de mayo, también innova en su planteamiento, ya que no está organizada de forma cronológica, sino por temática, y repasa su prolífica carrera en las dos salas temporales del San Pío, la Joanes y Ribalta, dialogando con obras de sus contemporáneos. La muestra deja patente que fue un creador muy apreciado por sus compañeros y que tuvo muchos discípulos, algunas de ellas mujeres.
Una de las novedades de la exposición en València es el "rinconcito" dedicado a su familia, obras de su último verano en Nápoles cuando realizó gran cantidad de estudios junto a Fortuny. Son pinturas que "captan esa vida íntima de un verano feliz" y que demuestran que fue un artista que "murió pintando", puesto que hay un cuadro que está inacabado y firmado por su propio hijo.
También se presentan por primera vez unos dibujos de Mariano Fortuny procedentes de la Biblioteca Nacional en los que se muestra la relación de amistad entre los dos pintores. Mención especial merecen las obras del Museo Nacional del Prado 'Lavandera de la Scarpa' y 'Las dos amigas', su cuadro más conocido. Y nunca hasta ahora se habían exhibido en València su icónica 'Escuela rural en los Estados Pontificios' (MNAC) o el retrato de Amadeo I del MUBAG.
Para el Bellas Artes de València supone un orgullo y una apuesta decidida acoger estas cien piezas, como ha manifestado su director, Pablo González Tornel, mientras el Consorci de Museus celebra esta retrospectiva que "parece caída del cielo" pero lleva mucho trabajo detrás, en palabras de su gerente, José Luis Pérez Pont.
En definitiva, 'Un pintor internacional' refleja la importancia de poner en valor de el patrimonio artístico valenciano. "La Generalitat salda una cuenta pendiente con su figura", ha proclamado la directora general de Cultura, Carmen Amoraga.
El Museu de Belles Arts de València abre sus almacenes, con motivo de celebrar el Día Internacional de los Museos, y prepara un recorrido por los pasillos en los que se conservan verdaderos tesoros, donde se lleva a cabo la catalogación de obras y donde suceden demás labores de mantenimiento que permiten que el museo funcione
Tras inaugurarse en València, la exposición 'Prohibit fixar cartells. REA' pasa por el Museu de Belles Arts de Castelló con una nueva selección de carteles que pretende recordar cómo ha sido el diseño en la provincia durante las últimas décadas