VALÈNCIA. El Museu de Belles Arts de València (Mubav) llega a Málaga. No, la pinacoteca valenciana no se ha mudado de ciudad, aunque sí parte de sus fondos. De manera temporal, eso sí. El Museo Carmen Thyssen Málaga abre las puertas este sábado a la exposición Fieramente humanos. Retratos de santidad barroca, un proyecto expositivo que se podrá ver en la ciudad andaluza hasta el próximo mes de febrero y que es fruto de la colaboración con el museo valenciano, principal prestador de la muestra, un proyecto comisariado por el propio director del Mubav, Pablo González Tornel. Fue el director el encargado de presentar la muestra este viernes junto al conservador general de la Colección Carmen Thyssen, Guillermo Cervera; la directora artística del Museo Carmen Thyssen Málaga, Lourdes Moreno, y demás representantes institucionales.
Esta exposición, que el Thyssen presenta como su muestra “más ambiciosa” hasta la fecha, propone, a través de 35 obras maestras de los principales pintores y escultores españoles del siglo XVII, una mirada actual a la representación de los santos y santas en el barroco español. La muestra se plantea con un enfoque “inédito y ambicioso”, que invita al espectador a cuestionarse la actualidad de unas imágenes creadas en un contexto muy diferente del presente y que pone en diálogo el arte barroco con el contemporáneo. “Varios siglos después, aquellos seres divinos, tan realistas en su aspecto y sus emociones, mantienen el impacto visual de su verismo sin ambages, su carácter más fieramente humano y conservan intacta su capacidad de apelar a la empatía y sensibilidad de quienes los contemplan”, relata Lourdes Moreno.
La muestra, que se podrá ver el próximo año en València, plantea dos secciones: ’Ser eternos’ y ‘Arañar las sombras’, títulos inspirados, como el de la propia exposición, por la poesía de Blas de Otero, en un guiño a la actualidad de las angustias existenciales que las obras de la muestra capturaron con maestría en el marco, entonces, del espíritu contrarreformista del catolicismo.
En ‘Ser eternos’ cobran protagonismo santos antiguos y modernos, retratados con espectacular realismo y cargados, a su vez, de su inseparable esencia espiritual. Las obras que conforman esta sección plasman santos, santas o personajes venerables muertos en olor de santidad, tanto de su tiempo -Teresa de Jesús, Francisco de Borja, Pedro de Alcántara- como de tradición más antigua, como San Pedro o San Pablo, cuyo culto se revitaliza en la España del siglo XVII, donde se multiplicaron las canonizaciones de santos patrios y con ellas la representación de unos seres que cumplían una función de mediadores entre el fiel y la divinidad y que se proponían como “espejos de virtud”, de manera muy eficaz gracias a su intensa humanidad.
Por su parte, las obras de la sección ‘Arañar las sombras’ centran la mirada en mártires y penitentes como San Jerónimo, María Magdalena, e incluso el propio Cristo en su Pasión, retratados en momentos de intenso sufrimiento y dramatismo, enfrentados a tribulaciones espirituales y mortificaciones físicas que exhortaban a los fieles a emularlos para alcanzar la redención, en un contexto religioso donde la penitencia fue sacramento principal. Vistos desde el presente, siguen encarnando el paradigma del dolor humano, atemporal y universal.
Para articular este discurso, Fieramente humanos. Retratos de santidad barroca expone obras de grandes maestros de la pintura barroca como Murillo, Ribera, Velázquez, Ribalta, Orrente, Pereda, Giordano, Vaccaro, entre otros, y de dos de los escultores principales del período: Mena y Martínez Montañés. Frente a estas piezas, Fieramente humanos. Retratos de santidad barroca incorpora tres obras contemporáneas de Equipo Crónica, Darío Villalba y Antonio Saura, que subrayan la pervivencia en la actualidad de los recursos de dramatismo y expresividad propios de Siglo de Oro y, a su vez, proponen una lectura alternativa al resto de la exposición, en un sorprendente y novedoso cruce de miradas entre dos épocas que, con recursos diferentes, retrataron las tribulaciones vitales de sus coetáneos.
La exposición permanecerá abierta hasta el 18 de febrero de 2024 y además de contar con obras del propio Museo de Bellas Artes de Valencia, se nutre de piezas prestadas por otras diez instituciones: Museo Nacional del Prado, Museo de Bellas Artes de Sevilla, Museo de Bellas Artes de Murcia, Museo de Bellas Artes de Bilbao, IVAM (Institut Valencià d’Art Modern), Museo Nacional de Escultura de Valladolid, Universidad de Sevilla, Diócesis de Málaga y Colección BBVA.