El musical El médico se instala en el Teatro Olympia hasta el próximo 9 de octubre, presentando una puesta en escena totalmente renovada junto a un relato que pone en primer plano a los personajes secundarios de la obra
VALÈNCIA. ¿Cómo se puede adaptar uno de los clásicos más famosos de todos los tiempos? El musical de El Médico presenta su versión más renovada en València, en el Teatro Olympia hasta el próximo 9 de octubre. Su director, Ignasi Vidal, asegura que para esta nueva interpretación ha decidido hacer caso únicamente a su intuición y criterio personal, y apartando la historia de la “lectura complaciente”, con motivo de poder abordar nuevos detalles de la obra literaria de Noah Gordon, quien participara también en el primer libreto que confecciona el compositor musical Iván Macías. Si bien algunas partes de ese libreto se respetan, como la duración del espectáculo, otras se eliminan por completo o directamente se modifican en casi su totalidad, dando lugar a un nuevo espectáculo de El Médico jamás visto (ni cantado) antes.
Fotos: SERGIO LACEDONIA
El trabajo de “corte realista” de Vidal viene directamente de su carrera actual. Ante todo es actor, no director. Entre más de veinte títulos ha trabajado en Rent, Los miserables y La bella y la bestia entre decenas de producciones, ganando el premio a Mejor actor de musical por interpretar a Judas en Jesucristo Superstar. Su trabajo debajo de en las tablas le ha permitido contemplar lo que querría interpretar como actor, contando con todo lo que les pasa a lo largo de la historia: “Me gusta que las historias de cuenten a través de los actores, estos tienen vida y reflejos y tienen que actuar según se lo pida el cuerpo y reto de actuación”, explica sobre su papel en la dirección, “yo le pido a mis actores que piensen y actúen como lo pide el personaje y que se conviertan en este”.
En el elenco son todos compañeros, ya que antes de ser dirigidos por Vidal trabajaron junto a él en el mismo escenario. Muchos de los actores, elegidos a través de un casting “cercano” han sido colegas de profesión del director, poniéndole en un nuevo reto para él, en el que debe “ganarse” a los compañeros de otra manera: “Aquí no se trata de una cuestión de líderes, todos hemos formado parte de esto y en mi equipo me han ayudado a controlar mi incontinencia creativa, siempre que lo he necesitado”. Uno de esos actores que llegó a compartir escenario con él es Sergi Albert, quien hace de “malo” dando vida a Barber, el personaje que “arruina la infancia” del protagonista antes de que empiece todo: “Al final es un trato muy cercano, él nos dirige con la conciencia de actuar también, aunque se nota que no llega a realizar la repetición de los pases con nosotros [ríe] Su trabajo como director es clave y cambiando todo ha generado algo totalmente único”, explica el actor.
La obra está reescrita y dirigida pensando en un solo criterio, el de Vidal, quien asegura que en ningún momento se dirige “pensando en el público” y quien asegura que quien se acerque al musical debe hacerlo con esta idea bien clara: “Quien venga porque haya leído el libro o haya visto la película que acuda a esto con la curiosidad de encontrar algo nuevo. Al final la emoción del público reside en los actores, ellos son los que dan la espectacularidad a todo”, aclara el director, “lo único que queda de lo que ya se ha visto de El Médico es en todo caso las coreografías y parte de la música, no es porque estuviera nada mal sino porque yo quiero hacer mi versión de todo esto”.
La renovación cuenta con ciertos pasajes del libro olvidados, que recobran gran importancia gracias a los personajes que forman parte de estas, y que además alejan un poco la idea única del protagonista. Vidal mantiene que esto lo hace en respuesta a lo que él querría ver, obviando la necesidad de contentar a los públicos que suele persistir en el género musical: “Es un género que suele prestarse mucho hacia fuera, hacia el gusto del espectador. Yo al final lo que creo es en mi gusto y en querer averiguar qué es lo que sucede detrás de cada pequeña parte de la historia”. Es por ello que personajes como Barber, interpretado por Albert, cuenta con algo más allá de ser solo “el malo” de la historia, sino que se le puede conocer más por dentro: “Al final es dotar de personalidad al personaje también, le damos vida a todo más allá del texto, nos pide siempre que pongamos fe en el instinto”. Así pues, la línea central de la historia conduce los pequeños relatos de todos aquellos que habitan el escenario de El Médico, que nada tiene que ver esta vez con lo que se haya leído o visto antes.