VALENCIA. Javier Maroto (Vitoria, 1972), vicesecretario de Acción Sectorial del PP, visitó este viernes Gandia para asistir a una convención de Nuevas Generaciones de la Comunitat Valenciana. El dirigente mantuvo además un encuentro con este diario para analizar, entre otras cuestiones, la situación de la política nacional y el momento en el que se encuentra el partido en el ámbito regional, además del papel de las reivindicaciones valencianas en Madrid.
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-Ha habido un retraso de la reforma del sistema de financiación que debería haberse abordado ya. De la misma manera que ha habido retrasos en el Corredor Mediterráneo o inversiones bajas por parte del Estado. ¿No les preocupa que crezca un sentimiento de victimismo que alimente un corte nacionalista en la Comunitat?
-El nacionalismo cuando se desarrolla siempre busca una excusa. El País Vasco tiene el mejor sistema de financiación posible y es donde más nivel de nacionalistas hay. Al nacionalismo no se le gana con concesiones: si le das la mano te coge el brazo. El partido útil es el capaz de tener un discurso reivindicativo en Valencia y en el resto de España como hace Isabel Bonig.
-¿Se plantean un eventual apoyo de Compromís a los presupuestos si se atienden una serie de reivindicaciones valencianas?
-Cuando llegue ese debate trataremos de buscar consensos. La cultura del pacto pasa por entender que el que tiene un pensamiento distinto no se equivoca sino que piensa diferente y sobre ello hay que tratar de buscar puntos de conexión. Así que lo que ha sido posible en otros gobiernos en minoría, lo que es posible por ejemplo con Cristina Cifuentes en la Comunidad de Madrid, puede ser posible en el conjunto de España y en algunos casos los acuerdos serán con unos grupos y en otros, con otras fuerzas. Y también habrá ocasiones en las que el resto de partidos pacten contra el Gobierno y eso será normal porque es el juego democrático que han reflejado las urnas.
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-El PP tiene una línea roja con ciertas fuerzas políticas, especialmente con las independentistas, pero ¿debemos entender que no las tienen con un partido como Compromís?
-Nuestra vocación es hablar y respetar a todos los partidos políticos sin excepción, si bien es cierto que ponemos la condición de que respeten las reglas del juego. A partir de ahí, no es una opción, es una obligación el diálogo y fraguar acuerdos.
-Por especificarlo, el PP en muchas ocasiones ha negociado con el PNV en los Presupuestos. ¿Están dispuestos a negociar con Compromís el apoyo en las cuentas partidas concretas?
-No se trata de negociar con quién sino de negociar el qué. Analizaremos en el caso de la Comunitat Valenciana si las peticiones que se están haciendo se ajustan a lo que es adecuado. Si lo que se pide no son cuestiones que la sociedad valenciana reivindica serían peticiones partidistas y no peticiones que tengan el respaldo de los ciudadanos. Por eso digo que miraremos el qué y no el quién.
-¿En Génova son conscientes de cuáles son las reivindicaciones valencianas?
-Sí, nos las han dicho muchas veces, especialmente nuestros compañeros del PPCV, y hacen bien. Yo creo en líderes que saben reivindicar fuera lo que exigen en casa e Isabel Bonig es un ejemplo de ello. Por eso, cuando nos explica cuestiones relacionadas con la financiación de la Comunitat Valenciana encuentra aliados en nosotros.
-Días atrás Rajoy le respondió a Joan Baldoví en el Congreso que había "otras prioridades" antes que reformar el sistema de financiación. Estas cosas hacen que aquí se perciba como que esto no es un problema prioritario para el Gobierno de España...
-En mi opinión nadie niega que la reforma del sistema de financiación sea una prioridad. Quizás el matiz es cuál es la solución que se plantea para solucionar el problema: hay quien propone 'dame más a mí para quitárselo a otro': es la fórmula de los independentistas catalanes basada en el 'España nos roba'. Para nosotros eso no funciona y preferimos plantear: ¿Y si crecemos todos más y tenemos más para repartir entre todos para que no pierda nadie? Lo que no puede ser es que quienes son incapaces de crear empleo y crecimiento económico pretendan dar lecciones y querer repartir de una forma distinta una tarta cada vez más pequeña. Dicho esto, no niego que exista un problema con la financiación y que haya que abordarlo. En Génova entendemos las particularidades territoriales y hace muy bien Isabel Bonig en reivindicarlas.
-¿No cree que el cupo vasco ahonda en la desigualdad entre españoles y habría que replantearlo?
-El sistema de financiación es una ley de reparto y la principal de nuestras leyes es la Constitución. El concierto económico vasco y el convenio navarro forma parte de ella: fue un acuerdo entre españoles por diferentes razones históricas. Soy partidario de cambiar las cosas de acuerdo a la ley pero por encima de todo de respetar la ley. Cuando tengamos un nuevo sistema de financiación habrá que tener en cuenta todas las particularidades. Y os contesto con una propuesta: el nuevo sistema de financiación no lo debe hacer un gobierno con mayoría absoluta: es mucho mejor hacer un sistema consensuado, no solo entre el Estado y las CCAA sino con una amplia participación de partidos políticos que gobiernan en distintos territorios. Igual que hace falta ese consenso en una ley de Educación, en la Ley Electoral... son asuntos que hay que aprobar con una amplia mayoría consenso.
-¿Si usted fuera Rita Barberá habría dejado el acta de senadora?
-He hablado ya de este asunto y he sido siempre meridianamente claro. No voy a añadir nada nuevo.
-Han tenido una mejoría electoral en la Comunitat tras las autonómicas de 2015. ¿Cómo se está viendo desde Madrid el papel de Isabel Bonig y del PPCV?
-Bonig es una nueva referente en el PP por su coraje, vitalidad y coherencia personal que ha aplicado con la misma vehemencia a la política. Sabiendo lo duro del momento y el esfuerzo que le está llevando debo decir que lo está haciendo francamente bien. Está ilusionando a muchísimos valencianos que confiaron en el PP en otras ocasiones y a otros que lo harán por primera vez. Tengo gran confianza en ella y, además, le tengo mucho aprecio personal.