VALÈNCIA. (EP). Escuchar es una tarea complicada que requiere una audición sensible y la capacidad de procesar información con un significado cohesivo. Si hay ruido de fondo cotidiano e interrupciones constantes de otras personas, la capacidad de comprender lo que se escucha se vuelve mucho más difícil. Ahora, investigadores de audiología de la Universidad de Auburn, en Alabama, Estados Unidos, han descubierto que, en entornos tan exigentes, tanto los niños como los adultos dependen más de su oído derecho para procesar y conservar lo que escuchan.
"Cuanto más sepamos acerca de escuchar en entornos exigentes y el esfuerzo por escuchar en general, contaremos con mejores herramientas de diagnóstico, gestión auditiva (incluyendo audífonos) y capacitación auditiva", subraya la doctora Danielle Sacchinelli, encargada de presentar esta investigación en la 174ª Reunión de la Sociedad Acústica de América, que se celebra en Nueva Orleans, Louisiana, Estados Unidos, del 4 al 8 de diciembre.
El trabajo del equipo de investigación se basa en pruebas dicóticas de escucha, que se utilizan para diagnosticar, entre otras afecciones, trastornos del procesamiento auditivo en las que el cerebro tiene dificultades para procesar lo que se escucha. En una prueba dicótica estándar, los oyentes reciben diferentes entradas auditivas suministradas a cada oído simultáneamente.
Generalmente, los elementos que se emiten son oraciones (por ejemplo, "Ella usaba el vestido rojo"), palabras o dígitos. Los oyentes prestan atención a los elementos entregados en un oído mientras descartan las palabras en el otro (es decir, separación), o se les pide que repitan todas las palabras escuchadas (es decir, integración).
Según los investigadores, los niños entienden y recuerdan mucho mejor lo que se les dice cuando lo escuchan con el oído derecho. Los sonidos que entran al oído derecho son procesados por el lado izquierdo del cerebro, que controla el habla, el desarrollo del lenguaje y partes de la memoria. Cada oído escucha partes separadas de información, que luego se combinan durante el procesamiento en todo el sistema auditivo.
No obstante, los sistemas auditivos de los niños pequeños no pueden clasificar y separar la información simultánea de ambos oídos. Como resultado, dependen en gran medida de su oído derecho para capturar sonidos y el lenguaje porque el camino es más eficiente.
Lo que se entiende menos es si este dominio del oído derecho se mantiene hasta la edad adulta. Para descubrirlo, el equipo de investigación de Sacchinelli pidió a 41 participantes de entre 19 y 28 años que completaran las tareas de separación dicótica y de integración.
Con cada prueba posterior, los científicos aumentaron en uno la cantidad de elementos. No encontraron diferencias significativas entre el rendimiento del oído izquierdo y derecho en o debajo de la capacidad de recuerdo simple de un individuo. Sin embargo, cuando las listas de artículos sobrepasaban la envergadura de la memoria de un individuo, el rendimiento de los participantes mejoró un promedio de 8 por ciento (algunas personas hasta 40 por ciento) cuando se centraron en su oído derecho.
"La investigación convencional muestra que la ventaja del oído derecho disminuye alrededor de los 13 años, pero nuestros resultados indican que esto está relacionado con la demanda de la tarea. Las pruebas tradicionales incluyen de cuatro a seis datos", señala la profesora Aurora Weaver, de la Universidad de Auburn y miembro del equipo de investigación. "A medida que envejecemos, tenemos un mejor control de nuestra atención para procesar la información como resultado de la maduración y nuestra experiencia".
En esencia, las diferencias en las capacidades de procesamiento de los oídos se pierden en las pruebas con cuatro elementos porque nuestro sistema auditivo puede manejar más información. "Las habilidades cognitivas, por supuesto, están sujetas al declive con el envejecimiento avanzado, la enfermedad o el trauma --señala Weaver--. Por lo tanto, necesitamos comprender mejor el impacto de las demandas cognitivas en la escucha".