El azafrán es uno de los condimentos más apreciados de nuestra gastronomía, y las empresas de Novelda están especializadas en llevarlo a todos los rincones del mundo
ALICANTE. José Verdú, comerciante de la localidad alicantina de Novelda, creó su empresa (hoy, Verdú-Cantó Saffron) hace 133 años. Se desprendió del resto de productos con los que hacía negocio hasta entonces y se centró en el azafrán, que compraba en La Mancha, al detectar que era muy apreciado por sus clientes y ofrecía una mayor rentabilidad. Verdú inmortalizó el momento ‘fundacional’ con una fotografía de su primer viaje a caballo con azafrán: la imagen no solo muestra al empresario con el ceño fruncido y un aire decidido sobre un caballo engalanado. También muestra una escopeta.
El hecho de que José Verdú tuviera que recorrer armado el camino entre las plantaciones y su empresa da una idea del valor del producto con el que rápidamente empezó a comerciar con Londres y, de ahí, con Bombay. Y es que si en España el ‘oro rojo’ se usa básicamente en la cocina, la India es, y era, una gran consumidora de azafrán, tanto para quemarlo en rituales como para teñir las túnicas de los monjes budistas. Todavía hoy se pesa en libras y onzas, las medidas de masa habituales en estos mercados, que en España desaparecieron con la conquista napoleónica. Sin duda, las empresas de Novelda que comerciaban con el azafrán fueron unas pioneras en la internacionalización.
* Lea el artículo completo en el número de abril de la revista Plaza