El exceso de personalismo en la gestión, el pequeño tamaño o las estrategias cortoplacistas marcan el escaso nivel competitivo de las empresas valencianas
VALENCIA. "Los datos confirman que en promedio la competitividad de la empresa valenciana es claramente inferior a las de las regiones más competitivas. Sin paños calientes". Este fue el diagnóstico que el director del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), Francisco Pérez, realizó este viernes para radiografiar el tejido empresarial de la Comunitat. A grandes trazos, las mercantiles de la Comunitat adolecen de escaso tamaño, falta de profesionalización en la gestión y una estrategia cortoplacista.
Las conclusiones forman parte del estudio "Caminos para mejorar la competitividad de las empresas valencianas" presentado por la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), quien toma este trabajo elaborado por el Ivie como punto de partida de su estrategia para mejorar la competitividad de las empresas valencianas en los próximos años. La debilidad de partida de las firmas valencianas explica en gran medida la pérdida de peso relativo de la Comunitat en el PIB nacional.
El trabajo, presentado en la sede de AVE, pone sobre la mesa algunos ejemplos de buenas prácticas empresariales para que sirvan de ejemplo a las empresas que tienen aspectos a mejorar. También compara la situación de la Comunitat con la de las empresas en las regiones líderes: País Vasco, Madrid y Cataluña. Los investigadores han distinguido cuatro estadios de la competitividad con la metáfora de una montaña y clasifican a las empresas en la cumbre, la ladera, la base y el valle.
Las conclusiones en este apartado son demoledoras para la Comunitat. Sólo un 17% de las empresas de la región ha alcanzado un nivel competitivo considerado excelente (cumbre) frente al 31% de las firmas del País Vasco o el 25% de las de Cataluña o Madrid. El mayor porcentaje de empresas valencianas, el 31%, se sitúa en el 'valle', el peor estadio competitivo.
El camino para mejorar ese nivel es que las empresas que presentan debilidades imiten el comportamiento y las estrategias de las líderes y ese es precisamente el propósito del trabajo. El análisis llega a dos grandes conclusiones. La primera es la influencia crucial que ejerce la capacitación de las personas que toman las decisiones en la marcha de las empresas y la segunda tiene que ver con el papel clave en los procesos de mejora que desempeñan los propietarios y la dirección general de las empresas.
Pese al desfavorable punto de partida, Francisco Pérez destacó que en la Comunitat existen ejemplos de empresas que demuestran que se puede ser "muy competitivo" en la región. Pérez destacó como rasgos comunes de muchas empresas valencianas la escasa productividad, reflejasa en una limitada capacidad de generar valor añadido en empleo y recursos de capital, la especialización poco intensiva en el uso del conocimiento y los activos intangibles (capital humano y tecnología).
El escaso nivel competitivo de las empresas valencianas también se debe, según concluye el estudio, al reducido tamaño empresarial, problema que se agrava porque la mayoría del empleo se concentra en las empresas pequeñas, y a su escasa especialización en actividades basadas en el conocimiento, lo que limita "la generación de valor añadido y productividad".
El presidente de AVE, Vicente Boluda, explicó que el trabajo identifica las decisiones, estrategias, visiones y acciones que hacen que una empresa de la Comunitat sea líder. Lo hace a partir del análisis de once mercantiles exitosas en una seleccion de la que se ha excluido a las empresas pertenecientes a AVE.
Para Boluda, los empresarios deben tener un papel "más activo" en la construcción de la sociedad, para lo que primero deben conseguir que su proyecto sea "sólido, perdurable en el tiempo, competitivo y productivo", algo "nada fácil" que, en su opinión, no goza del reconocimiento social que debería.