VALÈNCIA. El Palau de la Música estará cerrado un año. Esta es la previsión que manejan desde el auditorio después de haber analizado el estado del centro tras la caída de parte del techo de la Sala Rodrigo, hace ahora un mes. Desde entonces el centro presidido por Glòria Tello permanece cerrado a cal y canto y se ha visto obligado a reubicar la programación prevista para este verano, llegando a cancelar algunos recitales y cambiando de sede los conciertos previstos para el Festival de Jazz o el Certamen de Bandas Ciutat de València, que han sido trasladados a espacios como La Rambleta o el Palau de les Arts. El presidente del Comité de Empresa del Palau, Francisco Palomares, apuntaba ayer en la SER que el tiempo de obras podría alargarse hasta doce meses, una previsión que, tal y como ha podido saber este diario de fuentes oficiales, es correcto.
A la espera de que los servicios centrales técnicos del Ayuntamiento de València acaben de redactar el pliego de licitación de las obras que se acometerán en el centro cultural, la previsión con la que se trabaja en el Palau de la Música es que el espacio estará sin actividad un año. Tanto es así que ya se está trabajando en derivar la programación 2019-2020 a otros espacios de la ciudad. Está por determinar qué eventos trastocará la ‘mudanza’ del Palau, al que ahora le toca buscar acomodo en otros espacios que, por descontado, ya cuentan con una programación cerrada de cara al próximo curso.
Fue el 9 de julio cuando los técnicos del Ayuntamiento de València y del estudio de arquitectos Paredes Pedrosa, vinculados al arquitecto del Palau de la Música, García de Paredes, visitaron el auditorio, confirmando que las partes estructurales no tienen ningún problema y que la situación se reduce al deterioro de una parte del material de recubrimiento del techo de las salas. "Una vez confirmada esta realidad, desde el Palau de la Música y el Ayuntamiento de València se ponen en marcha los mecanismos administrativos para acometer la obra de rehabilitación de los techos de las dos salas y la adecuación de las mismas a las normativas actuales, así como el cambio del sistema de distribución de la climatización", explicaban desde el consistorio a través de un comunicado.
El desprendimiento en la sala Rodrigo afecta a una zona de unos 30 metros cuadrados de superficie de recubrimiento de láminas de madera de uno de los escalones que configuran el techo de la sala. La inspección de Bomberos, inmediatamente después de la caída, determinó que el aglomerado “se disgrega con facilidad y en las superficies de contacto entre la estructura portante y los tableros se observan los restos de cola todavía adheridos". Pero este no es el único problema del Palau de la Música por lo que respecta a sus instalaciones. Fue el pasado mes de noviembre cuando se desprendió una parte del techo, esta vez en la sala Iturbi, aunque ese mismo mes reabrió sus puertas.
“No se recomienda la apertura al público de las salas José Iturbi y Joaquín Rodrigo mientras no se inspeccionen adecuadamente y se proceda a su reparación por parte de una empresa especializada”, rezaba el mencionado informe de Bomberos. Una vez realizados los informes, ahora toca esperar a la publicación del pliego por el que se contratará a la empresa que pilote los trabajos de reparación del auditorio. Los problemas del Palau de la Música también han tenido respuesta política. El representante de Ciudadanos (Cs), Fernando Giner, tildó de "gravísima" la situación y pidió a Compromís que Tello no tuviera competencias culturales -días antes de que se confirmara que las mantiene- porque, a su juicio, "no está preparada". También se mostró crítica la portavoz del PP, María José Catalá, quien demandó en su momento una auditoría integral del edificio. Por su parte, el comité de empresa solicitó un aumento en la partida destinada a mantenimiento del auditorio.
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