La compañía valenciana L’Horta Teatre celebra su 50 aniversario recordando sus comienzos y sus primeros logros. Con motivo de festejarlo presentan en el Teatre Talia la obra L’últim ball, de la mano de Carles Alberola y Alfred Picó, una pieza que homenajea la profesión del actor y que podrá verse del 8 al 26 de noviembre
VALÈNCIA. Verano del 1974, un jovencísimo Joan Enric -veinteañero por aquel entonces- comienza a construir junto a sus amigos los cimientos de la compañía L'Horta Teatre, que cincuenta años más tarde celebra sus logros y el trabajo bien hecho. Con la motivación de comenzar a programar teatro en valenciano desde un pequeño grupo nace esta compañía de teatro independiente en el que todo el mundo aportaba lo que podía para seguir hacia delante.
“Aportamos unas doscientas o quinientas pesetas, ahora mismo da gusto ver cómo se han institucionalizado las ayudas y como existe un círculo de teatro valenciano que se ha convertido en algo muy importante”, explica con nostalgia, “nosotros comenzamos haciendo unas veinte actuaciones donde podíamos, íbamos como grupo amateur donde se pudiera actuar”. Comenzando con un grupo de unas veinte personas relata que en tiempos de la dictadura trabajaban donde podían “asociaciones de vecinos, una planta baja, o cualquier sitio donde se pudiera montar”.
Primeras fotografías del solar en el que se instalaría Sala L'Horta
Inauguración de la Sala L'Horta
Pasados los años Joan Enric explica que a su lado siguen la mayoría de los que estaban desde el principio, y que todo empezó a mejorar mucho cuando por fin pudieron contar con su propia sala, hace unos 25 años. En este local propio prestaban el espacio para que cualquier grupo fuera a ensayar, amparaban a actores jóvenes y comenzaron sus primeras relaciones con grandes nombres de la escena valenciana como Carles Alberola o Alfred Picó.
Cuenta Joan Enric que Alberola se unió a ellos por el año 1976 y que le permitieron actuar con una sola condición: “Le dijimos que si quería ser profesional tenía que estudiar primero y que luego podríamos ayudarle a montar la compañía”, explica. Unos años más tarde, sobre el año 1989 consiguieron que ambos actores dieran el salto a la profesionalización con Com vullgues, una obra que para Alberola fue el comienzo clave de la compañía: "Desde ese estreno notamos que L’Horta Teatre se ha enriquecido en varias líneas, tanto en teatro adulto como en infantil y juvenil, además de la creación de la Sala L’Horta que cumple con las vertientes educativas y formativas del proyecto”, explica el actor y director.
Para celebrar "la media vida" de esa promesa del 8 al 26 de noviembre el Teatre Talia acoge el estreno en València de L’últim ball, una comedia sobre las segundas oportunidades protagonizada por Carles Alberola y Alfred Picó, encargados de contar la historia de dos viejas leyendas del teatro que se reencuentran sobre el escenario 10 años después de la que fuera su última actuación juntos. Desde el punto de vista de Alberola la celebración del 50 aniversario de la compañía no podría tener sentido si no fuera con una obra de teatro: “Es toda una vida trabajando con ellos, siempre nos han dado la confianza para desarrollar nuestras ideas y han seguido a nuestro lado hasta cuando nos hemos equivocado. Creo que L’Horta Teatre ha tenido un crecimiento espectacular y que ahora sin duda está en uno de sus mejores momentos”.
En L’últim ball Alberola explica que se habla de las vueltas que da la vida, la capacidad para rehacer los caminos en los que nos equivocamos y los siguientes pasos y movimientos en el mundo del arte: “Ideamos una peripecia que tiene el mismo espíritu de los primeros espectáculos con los que pudimos disfrutar nosotros dos en el escenario y desde el patio de butacas en nuestros comienzos. Hablamos también de cómo en la vida, trabajes en el oficio que sea, un factor clave es la suerte de encontrarte con gente con la que te entiendes, que confían en ti y que confías en ellos”, explica el actor. En su caso, puntualiza, ese encuentro se da tanto con Picó como con Joan Enric y el equipo completo de L’Horta Teatre, que siempre les ha permitido progresar dentro de su campo manteniendo “el espíritu de L’Horta” que les hace reconocibles.
Fotografías de algunos espectáculos
Joan Enric admite que ese espíritu se encuentra intacto desde las primeras obras en las que “actuaban como si fueran profesionales sin serlo” y con las que comenzaron a creérselo: “Actuábamos como profesionales, pero lo que a un profesional le costaba dos meses de montar y a nosotros siete, luego cobrábamos como si fuéramos profesionales pero lo invertíamos todo en la compañía, creo que nuestra clave es que teníamos oficio pero teníamos claro que no perseguíamos ser profesionales del teatro”, explica Joan Enric.
Ahora sí que pueden considerarse profesionales, y cuentan con varios galardones que amparan este título. Este verano obtuvieron el Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud, un galardón que enorgullece a quienes montan el teatro desde el principio: “Ahora nos giramos y echamos la vista atrás y vemos que somos de las pocas compañías independientes que siguen resistiendo ras tanto tiempo, hemos sobrevivido a todo tipo de cambios y seguimos en activo, es lo que celebramos”.
¿Y cuál es el secreto del éxito? Para Joan Enric la clave es saber celebrar las cosas buenas que pasan, contar con una buena base desde el principio y esforzarse mucho para que todo funcione. También influyen las ganas de innovar con de la mano de perfiles como el de Julio Leal, Roberto García y una decena de nombres más que “siempre han podido dirigir en total libertad”: “El director o actor que haya venido a trabajar con nosotros nunca te dirá que ha tenido ningún problema, siempre trabajamos sin límites y mirando más allá”, explica uno de los socios fundadores.
Para el culmen de la celebración L’últim ball girará por decenas de escenarios y pueblos de València, con más de 50 funciones por toda la Comunitat y para celebrar ese impulso y ganas de hacer las cosas bien, siempre con mucha emoción y para “arrancar con algo que nunca se acaba" que para Joan Enric no es más que la propia vida del teatro, que vive con quienes lo hacen y lo disfrutan y que ojalá pueda durar 50 años más.
Fotografías de algunos espectáculos