El Trovam! ProWeekend impulsa y presenta un informe iniciático sobre la escena musical de la Comunitat, con datos que muestran la fragilidad como sector de sus profesionales
VALENCIA. La feria valenciana de la industria de la música, el Trovam! ProWeekend, continúa su curso hasta el próximo domingo. Desde este jueves 10 de noviembre, el encuentro que ha sido capa de reunir a casi 400 profesionales del sector, está sirviendo como punto de inflexión y una muestra de oportunidades para artistas, promotores y programadores, pero también para las instituciones. De hecho, el director del Insititut Valencià de Cultura y el subdirector de Música, Abel Guarinos y Lalo Marqués, respectivamente, estuvieron presentes a lo largo de la jornada, participando y escuchando a un buen número de actores clave para el entorno comercial y creativo.
La feria, que pasará a ser anual según el propio Guarinos afirmó en una de sus intervenciones, es uno de los muchos objetivos que se marcaba el programa estratégico de para la legislatura Fes Cultura. La Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte ha ayudado decididamente, según informó Joan Gregori, uno de los responsables del encuentro, aunque espera que en los próximos años el apoyo logre conformar un encuentro que tiene como modelos el Mercat de Música Viva de Vic y la Fira Mediterrània de Manresa. Con todo, a partir de mesas redondas, showcases, espacios de diálogo entre agentes comerciales, managers y promotores, este jueves el Trovam! ProWeekend sirvió de escenario para presentar el primer informe sobre el estado de la industria de la Comunitat.
El propio Gregori avanzó que "industria son palabras mayores", desmarcándose de una idea que considera "ambicional de momento", pero que todavía no puede adecuarse a la realidad de los millares de músicos de la Comunitat Valenciana. El encuentro, especialmente próximo a las músicas más populares pero que tiene vocación de integrar a toda la población amateur y profesional, puso sobre la mesa una serie de datos extraídos a partir de 105 encuestas completadas por distintos artistas. Esa muestra, tal y como sugirieron Gregori y Luis Martínez Chafer, es solo un ejercicio inicial "que ha de seguir completándose". Así se refirió el profesor de la Universitat Jaume I de Castellón y responsable del grupo de investigación AERT.
Marc Lloret, miembro del grupo Mishima y director del Mercat de Música Viva de Vic, y David Ibáñez, director de la Fira Mediterrània de Manresa y presentes en la presentación de los mismos, coincidieron respectivamente en que "el ejercicio de investigación se está haciendo ahora en todos los territorios" y "es imprescindible". El trabajo de Chafer repasa exhaustivamente la cadena de valor de la que parte todo: formación, creación, música grabada, distribución física y digital, canales de venta, medios de comunicación y música en vivo. Con todo ello, también define ocho actividades profesionales paralelas imprescindibles para redondear el sector: estudios de grabación, fabricación de instrumentos, imprenta y maquetación, financiación (crowdfunding), revistas especialziadas, operadores de telecomunicaciones, gestores de derechos como la SGAE y merchandising.
Las 105 respuestas mostraron algunas variables que han intuir que muchas de ellas vinieron de los entornos más próximos de la Valencian Association Music (VAM!), asociación original del Trovam!. No obstante de esa muestra, más del 40% aseguran hacer Pop/Rock y cantar en catalán. El Folk, Jazz y el Reggae/Ska son los siguientes estilos más asumidos por los artistas. Si hubiera que realizar una fotografía de situación de los grupos que han participado en un muestro que seguirá ampliándose, las formaciones tienen de media entre tres y cuatro miembros.
Uno de los datos más relevantes es el de la escasez de mujeres en esas formaciones musicales. Casi un 70% no tiene representación femenina, pero por si ello fuera poco, apenas un 5% de los 101 grupos que contestaron a la pregunta tienen dos o más miembras.
Uno de los datos más polémicos de la muestra por la indefinición propia de su estado es el de la profesionalización. Como apunto la periodista y habitual colaboradora de CulturPlaza, Marta Moreira, "personas que ensayan dos o tres días a la semana y actúan otros dos o tres, que hacen cientos de kilómetros en carretera y generan una actividad económica, no pueden no considerarse profesionales por no cotizar". La jornada en general, con la participación de distintos actores profesionales a lo largo del Trovam! ProWeekend, estuvo plagada de referencias a las soluciones de cotización y problemáticas sobre el sentido de profesionalización de sus agentes.
Entre los que han contestado a la muestra, el 33% se considera profesional, el 36% semi profesional y un 30% amateur. Igual de curiosos son los datos sobre autogestión o uso de promotor o manager en exclusiva. Solo un 28% se considera en el primero de los supuestos, mientras que el 47% trabaja sin exclusividad.
En datos generales, como apuntó Chafer, asegura que al menos el 80% de los conciertos realizados por los músicos de esta etapa inicial del informe no han sido dados de alta. La fórmula de la cooperativa es una de las más usadas, aunque muchos de ellos creen que debería ser el promotor o la sala los que deberían correr con esa aportación a las arcas y la correspondiente cotización. Para Moreira esa es una de las piedras de toque de la situación de precarización. Para ella es "necesario crear un lobby capaz de negociar con quien sea, con el Estado, y al menos pedir para empezar que el IVA cultural se rebaje a cambio de una cotización".
Moreira habló en este sentido que "no existe un régimen de autónomo adaptado a la realidad. No funciona así en Francia o en Estados Unidos porque los músicos trabajan en días alternos, pero a la vez es imprescindible que si tienen un accidente de tráfico yendo a ensayar puedan estar cubiertos". Esa situación fuera de un régimen al que acogerse, otro de los temas clave en los debates de la feria durante la mañana, se conectaba con uno de los comentarios de Marc Lloret: "el problema es que los músicos y agentes están atomizados en el territorio". Para Ibáñez es esencial "encuentros como estas ferias para tener una toma de conciencia de lo que los profesionales pueden avanzar si van juntos, pero de momento esa unificación sigue siendo un proceso muy lento".
Con una disparidad a partir de estos datos primarios para analizar la actividad de la música en directo, sí llamó profundamente la atención entre los asistentes el porcentaje de conciertos gratuitos (63%) frente a los que tenían algún tipo de entrada (37%). Un dato que en las medias de asistencai a concierto, pese a que ninguno computó la música en vivo de grandes festivales, los datos van de las 179 personas en eventos con pago de entrada y de 210 en los gratuitos.
El proyecto de Chafer y el grupo AERT de investigación muestra cinco rasgos diferenciados para definir, a partir de los datos preliminares, la realidad de la industria musical. El primero es el de aceptar que es un sector diverso y arraigado. El segundo que el colectivo, como apuntaba Lloret, es disperso y poco profesional. El tercer rasgo es una interpretación que, como Moreira apuntaba en el sentido de unificar, invita a "generar una marca para la música valenciana". Por otro lado, se da por hecho que una de las conclusiones básicas es que es inevitable aceptar la necesidad de la internacionalización y, por último, mejorar el conocimiento del sector -el factor demanda- "y la capacidad de negociación con la Administración y otros agentes del sector".