Comparte la dirección de Producciones Baltimore,empresa promotora de Low Festival, Fuzzville, GetMad y WAM, y acaba de ser elegida para formar parte de la directiva de la Asociación de Promotores Musicales (APM)
VALÈNCIA.- Mucho se ha hablado durante la última década de los festivales de música de verano que han florecido por toda la geografía. Entre otros, por su calidad y repercusión tanto nacional como internacional, el Low Festival que se celebra en Benidorm en el mes de julio es uno de los que mejores críticas y valoraciones ha recibido por parte de público y prensa musical. Además ha sido galardonado en varias ocasiones por medios especializados. Al frente de este evento se encuentra el equipo formado por José Piñeiro y Carolina Rodríguez, o lo que es lo mismo, la empresa alicantina Producciones Baltimore. Rodríguez ha sido elegida recientemente para ocupar un puesto en la directiva de la Asociación de Promotores Musicales (APM) que reúne al 80% de los promotores privados del país responsables de unos 4.800 conciertos al año, con una audiencia global de 7,5 millones de espectadores y un volumen de negocio que llega a los 262 millones de euros de facturación. Carolina, cuya carrera profesional se remonta a comienzos de siglo, es un ejemplo del importante papel de la mujer en la industria musical española. Al frente de Producciones Baltimore, Carolina produce todo tipo de conciertos y festivales, no solo eventos multitudinarios como el Low Festival, también pequeñas giras en salas con un aforo de apenas un centenar de personas, como fue la última visita a España del grupo estadounidense Death Valley Girls. Algo que sin duda alguna muestra su entrega y pasión por el mundo de la música.
-¿Es la industria de la música un mundo en el que existe algún tipo de paridad o eres una rara avis en esto de la dirección de festivales y la promoción de conciertos?
-Hay un grandísimo número de mujeres que forman parte de este sector a las que se les está dando por fin visibilidad gracias a la concienciación por parte de promotores y profesionales de la necesidad de hacer saber qué lugar ocupamos. Tenemos que normalizar el género en el sector y defender una igualdad profesional, de oportunidades y de trato con el fin de hacer que se deje de ver a la mujer como el bicho raro dentro de determinados cargos.
En mi caso como mujer y directora, el fenómeno de dar la impresión o deducirse, en un primer contacto, que eres ‘la novia o esposa de’ es algo que, aunque suene a siglo pasado, sigue sucediendo y de entrada te da una idea bastante clara de la percepción que se tiene en muchos casos del puesto de la mujer en cargos de dirección. El tener que justificar o explicar que estás donde estás por méritos propios y no por ser un apéndice de otra persona es bastante incómodo. Esto ocurre en puestos de dirección, producción ejecutiva, organización... hasta que te conocen. Sigue resultando raro ver a una mujer en puestos elevados y desgraciadamente hay ocasiones en las que la marginación, aunque sea a un nivel ‘blando’, es evidente.
Por eso la visibilidad que se nos está dando ahora en jornadas exclusivamente dirigidas a ello como las realizadas en DCODE Lab, Monkey Week, BIME o las mesas redondas que organiza Eduardo Guillot, por poner solo algunos ejemplos, suponen altavoces fundamentales para la normalización de las mujeres en el sector en todos los sentidos (profesional y público).
Hay una asociación llamada MIM (Asociación de Mujeres en el Mundo de la Industria de la Música) de la que voy a formar parte en breve y que da voz y visibilidad a todo este tipo de cuestiones ya que ni nosotras mismas como mujeres nos percatamos a veces de la amplitud y variedad de casos que se pueden dar, y aquí todas tenemos voz.
-Hace poco que has entrado en la directiva de la APM (Asociación de Promotores Musicales). ¿Te han elegido sus propios miembros?
-Sí. Fui propuesta por su actual presidente, Albert Salmerón, y sinceramente, me ha llenado de orgullo que se me eligiese para ocuparlo. Como Producciones Baltimore pertenecemos a la APM desde 2013, solo que ahora a título personal formo parte de la directiva donde se deciden las líneas generales de acción además de ser portavoz de los asociados. Esta incorporación es muy reciente y espero estar a la altura.
-¿Cuál es la labor de esta asociación? ¿A qué retos se enfrenta la industria de los promotores musicales en este momento?
-A grandes rasgos, la APM mantiene viva la comunicación entre asociados y directiva con el objetivo de llevar a cabo acciones dirigidas a mejorar las condiciones y situación del sector. Se debaten temas como la presión fiscal, la concesión de permisos, mejoras de las condiciones con la SGAE, posicionamiento y visibilidad institucional, legislación. Además se activan planes de mejora siendo portavoces de todo un sector. Gracias a ello se han conseguido grandes avances, como el reconocimiento de los eventos musicales como agente de gran importancia del impulso cultural, económico y turístico en España.
La Asociación pone sobre la mesa temas de gran interés que pueden condicionar —positiva o negativamente— el futuro del sector como es actualmente el fenómeno de la reventa de entradas y las plataformas de venta secundaria; abre la vía al diálogo a nivel institucional... La APM da fuerza, forma y voz al sector de promotores musicales en España siendo un punto de encuentro para el debate y el diálogo y el detonante de grandes acciones que han producido y están produciendo grandes cambios y mejoras.
«somos promotores cada vez más experimentados, capaces de diseñar un evento de calidad tanto en programación como en servicios; esto no nace de la noche a la mañana»
-¿Cómo es la relación entre músicos y promotores? ¿Es un continuo tira y afloja?
-La relación generalmente es muy buena, obviamente tendrá sus más y sus menos y quizá haya tenido una época más salvaje pero hoy por hoy vivimos en una muy profesionalizada y dialogante. Siempre habrá alguna anécdota que pueda hacer algo de ruido y que, en líneas generales, estará magnificada... pero en el día a día, aunque la competencia sea intensa, la dinámica suele ser cordial.
Por otro lado es inevitable que cuando suceden ciertos acontecimientos que puedan resultar polémicos, estos salten al dominio público cambiando de forma y convirtiéndose casi en leyenda popular, pero no existe un ambiente generalizado de bandas contra bandas, agentes contra agentes, promotores contra promotores, festivales contra festivales. El trabajo es demasiado intenso como para estar entretenidos con esas cosas.
-Después del Low Festival han llegado el Fuzzville también en Benidorm, GetMad en Madrid o recientemente WAM en Murcia... ¿Todo esto gracias al éxito del Low? ¿Cómo ha influido este festival en el desarrollo empresarial de Producciones Baltimore?
-Low Festival es nuestra columna vertebral, es lo que permite que tengamos una plantilla fija y continua que se ha formado con el paso de los años y que se ha especializado hasta el punto de vernos capaces de empezar a crear nuevos proyectos con los que nos sentimos muy a gusto, donde podemos experimentar más o incluso diseñar de forma más personal. De otra forma sería imposible. Esto no ocurrió de la noche a la mañana, obviamente, es algo que nos podemos permitir desde hace unos cuantos años y que cada vez va a más. Crucemos los dedos.
-¿Cuándo se inicia tu carrera como promotora?
-Como promotora comencé a activarme hace once años; por aquel entonces me lancé a desarrollar un proyecto editorial de carácter independiente y con un alto contenido musical alternativo y trasgresor. A raíz de ello comencé a organizar conciertos ‘temáticos’ dentro de la escena del electro pop, electro punk y el punk rock que tuvieron bastante éxito entre un público que buscaba identificarse con un fenómeno no solo musical, sino también estético y de espíritu inconformista. Poco a poco una cosa llevó a la otra y de montar conciertos en salas, pasé a efectuar labores de booking, tour manager, a organizar giras o programar en festivales con bandas de perfil muy definido como Cobra Killer, Punk Bunny, Jessie Evans, Client, The Hidden Cameras, Chico y Chica o Putilatex. Durante esa época ya empezaba a colaborar con el que es mi actual socio en Producciones Baltimore y, entre unas actividades y otras, se nos ocurrió presentar un proyecto de festival de formato exterior en Alicante, lo que hoy en día es Low Festival.
-¿Qué conciertos de tus inicios como promotora recuerdas con mayor ternura o ilusión?
-De mis inicios, se me activa la nostalgia cuando recuerdo las giras que hacía como agente o tour manager con bandas como Putilatex (cuyos miembros se han convertido en grandes amigos) o giras como la de Jessie Evans (por la que siempre he sentido una gran admiración); me repetí mucho con estos artistas durante la primera etapa de mi trayectoria. De los primeros nombres grandes me hizo muchísima ilusión programar a Ladytron o The Horrors cuando toda esa escena empezaba a pegar fuerte en una generación que buscaba sonidos más experimentales o menos evidentes, más o menos a mediados de la década anterior.
-A punto de cumplir una década de vida, el Low Festival está entre los festivales con mayor repercusión y con mayor impacto económico de los que se celebran en España. ¿Cuáles crees que han sido las claves del éxito?
-Lo primero, el trabajo constante, la insistencia, el afrontar los desafíos con valentía y el no salir corriendo cuando la cosa se tambalea. Es básico creer en lo que uno hace a pesar del alto nivel de riesgo para el bolsillo y la salud que tiene este sector. La implicación emocional también es clave ya que este sector es muy absorbente y sacrificado. Y por supuesto formar un equipo fuerte, seguro, motivado y creativo. Todas las voces en Producciones Baltimore tienen peso a la hora de desarrollar nuevos proyectos o avanzar en planteamientos.También es fundamental el trabajo y la relación que tenemos con la ciudad de Benidorm y sus máximos exponentes (Ayuntamiento, Fundación de turismo, tejido empresarial...); hemos llegado a un punto de sinergia, diálogo y trabajo conjunto en el que nos sentimos totalmente integrados. Low Festival se ha convertido en algo propio de la ciudad lo que hace que el crecer con ella nos resulte muchísimo más sencillo y nos sintamos cobijados y seguros a la hora de ampliar la programación o de proponer nuevos proyectos.
-Cada vez hay más localidades con festival de música de verano de todos los tamaños. ¿Cómo ha influido esto en el devenir de un evento como el Low Festival?
-Nuestra fórmula es dar calidad, comodidad y experiencias, aparte de que habitamos en una ciudad con un carisma e identidad únicos, Benidorm. Todo esto hace que Low Festival tenga una personalidad muy definida y nos resulte menos asfixiante cohabitar con una presencia festivalera más intensa. Promotores experimentados capaces de diseñar un evento de calidad tanto en programación como en servicios, actividades y experiencias para el usuario no nacen de la noche a la mañana, y el público cada vez es más exigente, está mejor informado y es mucho más selectivo.
* Este artículo se publicó originalmente en el número 33 (julio/17) de la revista Plaza