VALÈNCIA. En esta temporada expositiva que comienza a desvelar sus propuestas, València se despereza con una batería de exposiciones entre las que se generará un puente, casual o no, entre el Museu de Belles Arts y el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), un vínculo que pasa por la recuperación de la historia y obra de dos artistas mujeres clave para explicar la escena creativa del siglo XX. Con apenas unos días de diferencia, en el inicio de noviembre, abrirá sus puertas una exposición dedicada a Rosario de Velasco y otra a Juana Francés, dos proyectos que, en ambas orillas del cauce del río Turia, buscan poner el foco en la creación realizada por mujeres artistas y recuperar y reconstruir una historia que todavía tiene mucho por desvelar.
En el caso de Rosario de Velasco, cabe destacar que durante años gran parte de su obra estuvo custodiada en malas condiciones y mal identificada, una firma -“R.V.”- que llevó a algunos estudiosos a adjudicarla al pintor Ricardo Verde. Esta historia fragmentada y perdida dio pie a un proceso de investigación que tuvo un aliado curioso: las redes sociales. Fue a través de distintas campañas online que Toya Viudes de Velasco, sobrina nieta de la artista, puso en marcha la búsqueda de las obras ‘perdidas’ de la artista, un proceso que permitió localizar en colecciones particulares piezas como Cosas, Maternidad, Gitanos y Pensativa o varias ilustraciones de libros así como algunas obras de las que no se tenía noticia, como Bodegón con peces o Niñas con muñeca.
Tras este proceso de investigación, y en colaboración con Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, llegará en noviembre al Museu de Belles Arts de València una exposición comisariada por Miguel Lusarreta y la propia Toya Viudes de Velasco que presentará alrededor de una treintena de pinturas que van desde la década de los años 20 hasta los 40, los primeros y los más destacados de su trayectoria artística, así como una sección dedicada a su trabajo como ilustradora.
Así, la exposición se preocupa por rellenar los huecos de una historia que tenía vacíos por completar, así como mostrar algunas de sus piezas más destacadas, como Adán y Eva, del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y con el que obtuvo una segunda medalla en la exposición Nacional de Bellas Artes de 1932; La matanza de los inocentes, del Museu de Belles Arts de València; o Carnaval, del Centre Pompidou de París.
A pocos metros de las salas del Museu de Bellas Artes y en esa misma semana abrirá sus puertas en el IVAM una exposición dedicada a la artista Juana Francés, que viaja a València tras haber sido presentada anteriormente en su sede de Alcoy y en el Centro Niemeyer de Avilés. Comisariada por María Jesús Folch, el proyecto fija su mirada en la segunda mitad del siglo XX de una España franquista en la que empiezan a aparecer los primeros síntomas de renovación plástica. Fue en ese contexto que Francés desarrolló su actividad artística, primero vinculada a los círculos vanguardistas que se reúnen en Madrid, como El Paso, que abandonaría en 1957 precisamente debido al menosprecio de su arte y de su condición femenina por parte de algunos de sus compañeros.
Entre sus obras destaca la serie El hombre y la ciudad, que desarrolló durante dos décadas y en la que reflejó un entorno "angustioso y agobiante" fruto de la creciente industrialización y del desarrollo económico que se dio en la España urbana tras la aplicación del Plan de Estabilización de 1959. Posteriormente, en los años ochenta, la artista vuelve a la abstracción, con series como Fondos Submarinos, Cometas y Escudos, donde experimentó de nuevo con la materia y el gesto, utilizando el círculo y el rectángulo como protagonistas.
La exposición pretende poner en valor a una de las artistas españolas más importantes del siglo XX, más allá de su pertenencia al grupo El Paso, no solo a través de sus propias palabras y escritos, sino del estudio y seguimiento de su proceso creativo, aportando una visión más íntima y personal de la artista. Con todo, la muestra reunirá más de un centenar de piezas, entre pinturas, esculturas, dibujos y grabados y un importante fondo documental del Archivo Juana Francés, procedentes de distintas colecciones privadas así como de los cuatro museos españoles que custodian su obra: el IVAM, el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA), el Reina Sofía y el Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos Pablo Serrano.