VALÈNCIA. La inestabilidad geopolítica, agudizada por la invasión de Ucrania, ha puesto en jaque el tablero económico mundial. La tensión en Europa y los vestigios de la pandemia, con el cierre de fronteras de algunos países como China -que levantó el veto a principios de enero- han dibujado un nuevo panorama internacional. Y, en ese nuevo contexto, muchas rutas de los cruceros se han modificado ante la inseguridad generada, beneficiando a ciertas zonas, en gran medida al arco Mediterráneo.
Así, el pasado año 2022 el Puerto de València logró batir récord de cruceristas al recibir 623.169 visitantes frente a los 130.864 de un año antes. Cierto es que no fue hasta junio de 2021 cuando, tras el cierre por la crisis sanitaria, no se volvió a abrir el tráfico marítimo pero, en cualquier caso y sin comparar los dos ejercicios, en 2022 se logró un hito, ya que a lo largo de la última década el recinto portuario valenciano recibía de media anual en torno a los 400.000 cruceristas, 200.000 menos que el pasado año.
Un aumento que es consecuencia del contexto internacional, aunque también las numerosas noticias que sitúan a la ciudad como una de las mejores a nivel mundial para vivir están provocando un gran 'efecto llamada'. En concreto, el año pasado atracaron 298 buques de cruceros en el puerto frente a los 95 de 2021. "El tráfico marítimo se cerró en España el 13 marzo de 2020 y no se recuperó hasta junio de 2021. Por tanto, las navieras tuvieron que hacer vales a muchos pasajeros que no pudieron hacer sus viajes, lo que también propició un aumentado del número de cruceristas el año pasado", explica Francesca Antonelli, responsable del área de cruceros en el Puerto de València.
Pero, además, explica que el gran factor que ha disparado las cifras ha sido la tensión en las relaciones internacionales con la guerra de Ucrania, la tensión entre EEUU y la zona del Mar Negro y el cierre de fronteras del gigante asiático. "El sudeste asiático era una zona muy emergente desde 2015, pero como China estaba cerrada las navieras posicionaron sus barcos en el Mediterráneo. También, la inestabilidad en el norte de Europa con la guerra en Ucrania llevaron a las compañías a buscar itinerarios más seguros y, de nuevo, el Mediterráneo se benefició", expone.
Por tanto, considera que este récord es algo coyuntural fruto de la necesidad de las navieras de ofrecer a sus clientes seguridad y tranquilidad en sus viajes. No obstante, reconoce que València "goza de muy buena reputación entre los cruceristas" y, por ello, la llegada de pasajeros va aumentando paulatinamente y de forma sostenible en los últimos años.
Y es que a lo largo de estos últimos veinte años el tráfico de cruceros en Valenciaport ha ido in crescendo. Así, mientras que en 2004 llegaron al recinto valenciano 105.461 viajeros en 2008 se pasó a los 199.335 y así fue subiendo debido a la democratización del ticket medio de los viajes, que propició el tirón de este tipo de turismo. No obstante, no fue hasta 2012 cuando se alcanzó el máximo de cruceristas hasta la fecha con 480.233 viajeros. En esta ocasión, los conflictos en el norte de África con el estallido de la Primavera Árabe también provocaron la cancelación de muchos itinerarios que benefició a otras rutas, muchas a su paso por València.
Un año después, en 2013, se mantuvo el tráfico en los 473.114 pasajeros, pero en los años posteriores la cifra bajó hasta los 300.000. Ya en 2016 se volvió a rebasar la barrera de los 400.000 y así se ha mantenido en los últimos años hasta el estallido de la crisis sanitaria en 2020 que, obviamente, con el confinamiento y las restricciones a la movilidad el número se desplomó hasta los 26.286 cruceristas, según las cifras de Puertos del Estado. Ya en 2021 se retomó la actividad y se llegó a los 130.864 y el pasado año se batió máximos superando los 600.000 viajeros.
Actualmente, Valenciaport cuenta con dos zonas para las operaciones y atención a los cruceros: los muelles adyacentes a la terminal de pasajeros Trasmed para buques de menos de 300 metros de eslora y los situados en la ampliación norte del puerto para más de 300 metros de eslora. Además, esta prevista una nueva terminal, adjudicada a Baleària, que contará con una inversión global público-privada de 100 millones, con la previsión de que comience a operar en 2025.
Solo el pasado año más de 30 de navieras hicieron escala en el recinto valencianos, de las que el 50% eran de lujo con un perfil de segmento premium. Entre las compañías que pararon por València están MSC Cruceros, Costa Cruceros, Prestige, Thomson Cruises, Aidacruises, Royal Caribbean, Global Circle, Silversea, TUI ,Viking Ocean, Norwegian, Seadream, Holland America, P&O o Sea Cloud, entre otras.
Además, según destaca Antonelli, el pasado año se logró un importante hito como fue que, además de MSC, la compañía Costa apostara por el interporting en València, es decir, que los clientes puedan hacer su embarque y desembarque en el puerto valenciano. "Esto permite que ciudadanos de toda España vengan a València para comenzar y acabar su viaje. Muchos vienen la noche anterior y eso genera turismo y una creciente economía local", destaca.
Según los datos que maneja la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), el perfil del cruceristas mayoritariamente son personas de 54 años de media, a excepción de los que viajan en cruceros de lujo que suelen tener unos 64 años. La mayoría son europeos, dado que gran parte de las navieras que recalan en València son de estos países como TUI, alemana, o Costa o MSC, italiana. No obstante, también llegan desde EEUU, Canadá o incluso de Australia, estos casos son los que viajan en buques más premium.
Con el objetivo de que el turista no se quede únicamente en la ciudad y se pueda generar un beneficio para la provincia, desde Valenciaport se han organizado unas jornadas, en colaboración con la Diputación de València, para que se sumen municipios y den a conocer otro tipo de experiencias en sus localidades.
"Desde Valenciaport se nos ocurrió dar a conocer la provincia y descentralizar las visitas para que más empresas salgan beneficiadas y hacer más extensible el impacto económico a más ayuntamientos", destaca Antonelli. Así, se ha trabajado con firmas de Requena para ofrecer a las navieras visitas a bodegas y catas de vino o con Riba-roja para hacer actividades de aventura.
Desde el comercio valoran la llegada de estos turistas porque, aunque reconocen que su gasto es mínimo porque permanecen poco tiempo en la ciudad, destacan que "tienen una primera toma de contacto con la ciudad, y algunos de ellos vuelven y permanecen más días". "Entonces tienen mayor oportunidad de poder recorrer los entornos urbanos y de poder hacer compras en el comercio de proximidad", destacan desde la patronal Confecomerç.
También valoran que estos visitantes hacen la labor de prescripción que favorece la visita de nuevos potenciales turistas, lo que puede repercutir en las ventas de los comercios. Otro factor a tener en cuenta es la compra de reposición que puedan hacer los barcos de aquellos productos que les falten y que puedan necesitar en cada escala.
La previsión para 2023 es una vuelta a la normalidad, con menos escalas y capacidad aunque con un crecimiento muy superior a 2022. En este sentido, la previsión es de 273 escalas, un 10% menos que el año anterior pero un 37% más que en 2019, cuando era un año de normalidad. De las 425.000 plazas en el 2019 a las 800.000. Esto supone un crecimiento del 90% en números totales.
"Nuestro objetivo ha sido siempre dos cuestiones fundamentalmente, que cada vez seamos más puerto donde se pueda embarcar o desembarcar y que las escalas sean de cruceros premium o de lujo", señala Toni Bernabé, director de Visit Valencia. La primera cuestión genera que los cruceristas pasen algunas noches en la ciudad y realicen más gasto en destino. La segunda, que los pasajeros vivan experiencias con mayor coste que van desde acudir a restaurantes con estrella michelín a comprar en bodegas que mandan las adquisiciones a su lugar de origen.
En 2023, de las 273 escalas, 95 son de lujo o premium. Mientras, de las 178 restantes, 90 son operaciones de embarque y desembarque. En todo caso, desde Visit Valencia trabajan en evitar y valorar que se produzcan más escalas de las soportables en un momento determinado. "De momento las previsiones que hay solo se juntan cuatro escalas en todo el año, y ahora lo que estamos analizando es la capacidad de acogida diaria para establecer un límite para que nunca se sature el destino", señala Bernabé.