El cercanías de Alicante que ahora pasa a escasos metros del aeropuerto, pero que carece de conexión con él. Foto PEPE OLIVARES La verdad es que el título del artículo de esta semana puede llevar al lector a pensar que me estoy refiriendo al Puerto de Valencia y al Corredor Mediterráneo, ya que son dos infraestructuras que están en pleno candelero en estos momentos.
Parece surrealista, o aprovechando el momento, una Berlangada, que por parte de Compromís -que quiere sacar su tajada de esta reivindicación- y de los neocomunistas de Podemos se quiera retrasar y entorpecer la ampliación del Puerto de Valencia, cuando estamos reclamando al Gobierno de España que cumpla con unas inversiones justas y necesarias para nuestra Comunitat. Hasta el punto de que una actuación que cuenta con todos los permisos administrativos y medioambientales, según se acredita, se descarte con el consiguiente perjuicio para una Comunitat con falta de ese necesario impulso para la recuperación económica, la dinamización del mercado laboral y, por consiguiente, para la mejora del empleo y la riqueza de nuestra sociedad. Y esto simplemente por acciones políticas sinsentido, infundadas y con el sectarismo dogmático que caracteriza a estos partidos.
Pues bien, los vecinos de la Marina Alta y más concretamente los de mi ciudad, Denia, sabemos lo que es y lo que significa retrasar ya más de 47 años una inversión. Una inversión tan necesaria como es el Tren de la Costa. Una necesidad que nadie puede entender que no se haya ejecutado con excusas tan simples como no ser una inversión rentable. ¿Rentable para quién? Vaya usted a saber. O que falte el famoso informe medioambiental –seis años redactándose- o que no haya presupuesto suficiente ni disponible -desde que caducó el sistema de financiación autonómico en el 2014, se podrían haber construido 8 Trenes de la Costa-. En fin, un claro ejemplo del maltrato de los distintos Gobiernos de España. Tanto rojos como azules, o sencillamente inacciones políticas del PP-PSOE.
Pero también los vecinos de Denia desde el 2014 sufrimos el maltrato y perjuicio de la acción política del Gobierno Valenciano. En este caso con una ley impulsada por el PP y no cumplida por el Consell del Botànic desde que tomó posesión del Palau de la Generalitat. Me estoy refiriendo a los más de 12 millones que se han dejado de reinvertir en el Puerto de Denia por la ley de puertos valenciana, tras recaudar más de 30 millones de euros en tasas. Y que llevó al Ayuntamiento de Denia el pasado año a solicitar al Consell la creación del Puerto de Denia como Organismo Autónomo para su adecuada gestión. Reclamando a su vez que se habilitasen los mecanismos necesarios dentro de los Presupuestos de la Generalitat para garantizar la reinversión del 40% de sus ingresos hasta su consecución. Este 2021 ya se ha incumplido de nuevo la reinversión del millón de euros presupuestado.
Y es triste ver que, año tras año, los incumplimientos políticos de nuestros dirigentes dejan en evidencia el tan reclamado Autogobierno de y para los valencianos.
