VALÈNCIA (EP) El químico valenciano Rubén Darío Costa ha sido proclamado este miércoles con el Premio Investigación Científica 2020 de la Fundación Princesa de Girona (FPdGi) en un acto presidido por la reina Letizia en València, como reconocimiento a su originalidad en la generación de bio-LEDs para reducir el impacto medioambiental.
El galardón ha recaído en Costa en la primera parada de la gira anual de los premios, antes de su paso por A Coruña, Logroño, Toledo y Girona para el resto de categorías (social, artes y letras, empresa e internacional). El evento, en la Universitat Politècnica de València (UPV), ha contado con Letizia y el ministro de Ciencia, Pedro Duque.
Costa, que recogerá la distinción en la gala de entrega en Girona, ha celebrado por teléfono "el reconocimiento y honor de poder pertenecer a una fundación como la Princesa de Girona", agradeciendo la confianza del jurado. "Espero estar a la altura para ayudar a más gente", ha manifestado, lamentando que es una "pena" no poder estar en su tierra para disfrutarlo.
Tras el décimo aniversario del año pasado, FPdGi celebra la undécima edición de estos galardones, dotados con 20.000 euros para reconocer la trayectoria de cinco jóvenes que destacan por su actitud emprendedora e innovadora y su capacidad de transformación, para que aumenten su visibilidad y presencia social.
Rubén Darío Costa (València, 1983), es doctor en química por la Universitat de València (UV) y realizó una estancia de investigación en la universidad Erlangen-Nuremberg (FAU) de Alemania). Desde hace tres años trabaja en el Instituto Imdea Materiales de Madrid, donde lidera el laboratorio de materiales y dispositivos optoelectrónicos híbridos.
Sus investigaciones se centran en la nueva generación de bio-LED, un proyecto con el objetivo de eliminar la necesidad del uso de las denominadas 'tierras raras', elementos químicos muy escasos en la corteza que son tóxicos, contaminantes y no renovables. Entre otros reconocimientos, fue distinguido con el MIT Technology Review 2017 como innovador europeo menor de 35 años, el Jóvenes Investigadores de la Real Sociedad Española de Química o el Silver Medal European Award, ambos en 2016.
El jurado estaba formado por María Blasco, directora científica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO); Avelino Corma, investigador del Instituto de Tecnología Química; Adela Cortina, catedrática de Ética; Ángel Carracedo, investigador del Centro de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (Cimus); Rosa Menéndez, presidenta de la Agencia Estatal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); Guadalupe Sabio, Premio Princesa de Girona 2012, los físicos Rolf Tarrach y Lluís Torner y el biólogo Daniel Ramón Vidal.
El objetivo de los Princesa de Girona es reconocer el "tesón y compromiso" de los investigadores, pero sobre todo su trayectoria. El presidente de la fundación, Francisco Belil, ha llamado a que se conviertan en un "modelo a seguir" y ha lamentado que España sigue "sin hacer los deberes" en I+D+i, invitando a "cambiar las prioridades".
Son jóvenes que "ya lideran alguna transformación, pero no se visibiliza todo lo que se debería". "Ellos deben ser vuestros 'influencers', ha reivindicado la directora de la organización, Mónica Margarit, dirigiéndose a los universitarios congregados en el acto.
Precisamente, los jóvenes se han convertido en los protagonistas durante la mañana con el reto emprendedor 'Heal the world' para proponer pequeñas y grandes soluciones para frenar el cambio climático. Más de 300 universitarios valencianos han trabajado en equipos en esta competición de innovación disruptiva liderada por el "emprendedor en serie" Xavier Verdaguer y su equipo del Imagine Creativity Center.
En solo tres horas, los participantes han llegado a soluciones como una papelera con sensor wifi que mide los recursos domésticos cada mes y regula el nivel de señal automáticamente: cuanto más reciclas, más internet disfrutas. Esta iniciativa ha sido elegida por los propios jóvenes como la mejor, por encima del segundo finalista: un proyecto de economía circular que reutilizaría los residuos del sector vitivinícola para fabricar bebidas carbonatadas.
Otras soluciones que han ideado los estudiantes son una aplicación para ganar puntos con el reciclaje de aceite usado, con contenedores que permitirían ganar dinero y destinarlo a plantar árboles; otra 'app' para que los supermercados notifiquen los productos caducados, para destinarlos a consumidores y que no se echen a perder, o un sistema que detecta la temperatura corporal en las aulas y abre o cierra automáticamente las ventanas.
Entre las propuestas más novedosas, una 'app' para reunir gente a las playas para limpiar los fondos marinos con un aparato similar a los robots aspiradores, paneles para concienciar del gasto del agua en cadenas de comida rápida, una aplicación para localizar contenedores y recibir monedas virtuales --con el lema 'Si escupes sobre el planeta, escupes sobre ti mismo'-- o una nueva materia prima a partir de almidón y gelatina de alga.
Los universitarios han llegado a plantear una 'app' que informa del consumo de plástico diario --con el eslogan 'Life in plastic it's not fantastic'--, un mercado ecológico con carritos llenos de envases reutilizables, paneles interactivos en supermercados y colegios para reducir al máximo el consumo de carne, una aplicación para alquilar ropa publicitada por 'influencers' o el proyecto 'Perchea' para ofrecer tejidos biodegradables y reducir el consumo de ropa.