VALÈNCIA.. En los últimos años, las empresas han tenido que modificar muchos de sus procesos para hacerlos más sostenibles y responsables con el entorno. Una de las áreas que ha experimentado en mayor medida esta transformación es la informática. Esta área producía grandes cantidades de basura tecnológica cada vez que actualizaba su equipamiento IT y desechaba aquel que quedaba obsoleto. Sin embargo, desde las compañías ahora tienen un gran aliado para gestionar su basura tecnológica: el reacondicionamiento de equipos.
Grandes firmas como CEPSA ya han optado por una alternativa verde para gestionar su equipamiento IT en desuso. Una opción que gana más adeptos cada día y que ofrece a las empresas una salida sostenible para aquellos productos electrónicos que ya no les resulten útiles.
“El caso de CEPSA es muy común en grandes empresas. Desde la compañía buscaban retirar una gran cantidad de equipos tecnológicos que ya no les servían al migrar a un nuevo proveedor de almacenamiento y mover sistemas al Cloud, pero al mismo tiempo no querían que este equipamiento se acabara convirtiendo en basura electrónica” explica David Llusar, cofundador de la firma valenciana de reacondicionamiento MercadoIT y que se ha encargado de la gestión y reacondicionado del equipamiento de CEPSA.
“Mediante nuestro programa de recompra, al que hemos llamado rentología (rentabilidad + ecología) nos encargamos de comprar y gestionar este producto para luego reacondicionarlo en nuestra sede y ofrecerle una segunda vida útil. De este modo, empresas como CEPSA se deshacen de este sobrante electrónico de forma sostenible, disminuyendo el e-waste y, además, logran recuperar parte de la inversión económica inicial en estos productos”, apunta Jaume López, cofundador también de MercadoIT.
Durante el proceso de retira de producto, el equipo de MercadoIT recoge, embala y paletiza todo el equipamiento obsoleto de la empresa. Además, se encarga del inventario de los componentes y del borrado de datos con su correspondiente certificado.
De este modo, se completa un proceso circular para dotar de una segunda vida a estos aparatos electrónicos que, si no, habrían acabado sumándose a esos miles de toneladas de basura. Unos desechos que superarán en 2021 los 57 millones de toneladas, una magnitud que supera el peso de la Muralla China.