VALÈNCIA. Ya a raíz de la crisis de 2008 se experimentó un progresivo crecimiento de emprendedores que lo eran por necesidad. Valgan de ejemplo los datos aportados por el informe GEM 2017-2018 en el que se hablaba de un 28,3% de emprendedores forzosos frente al 15% que se registraba hasta el año 2009. Este tipo de emprendimiento no va necesariamente ligado a la mala calidad de un negocio ni al fracaso, que también los hay brillantes que caen, pero esa falta de predisposición natural a liderar y sacar adelante un proyecto parece mermar facultades como la tenacidad o la pérdida de aversión a la incertidumbre que se presumen a los emprendedores.
El otro riesgo de emprender por obligación es el del abandono temprano que observa Itziar Irazusta Lekuona, presidenta de la asociación Eidifes (Espacio I+D+i Fenómenos Sociales). “Yo creo que no hace falta una predisposición innata para ser emprendedor. Esto, como todo, se puede aprender y, con la implicación y el compromiso necesarios, sacar una empresa adelante. La duda es cómo reaccionará esa persona cuando le surja de nuevo la oportunidad de un trabajo estable por cuenta ajena. En muchos casos optarán por regresar a la zona de confort en vez de mantenerse en la cuerda floja y la incertidumbre que conlleva el emprendimiento”, declara.
Aunque para algunos, como Alex Dantart, la burbuja del emprendimiento en España estalló hace ya dos o tres años, la posibilidad de que, con la crisis actual, se produzca un repunte de emprendedores obligados es elevado. Y aunque Dantart, emprendedor e inversor en serie, entienda el emprendimiento como la tabla de salvación para cualquier economía que se va a pique, considera también que esto “no es para cualquiera”. Avala sus sospechas con datos como el del 98% de las startups surgidas con la crisis anterior hoy ya desaparecidas.
Para paliar el fracaso de los posibles nuevos emprendedores, Dantart ha lanzado el programa productominimoviable.es a través del cual ofrece su acompañamiento ad hoc para los dos primeros meses de una idea o proyecto emprendedor concreto. El compromiso es que el mentorizado, que entra solo con la idea, salga a los pocos días con todo construido. “Lo que queremos es que, pase lo que pase, puedas validar tu idea sin arriesgar demasiado para ti…algo que puedas permitirte y que no deje de ser algo real con lo que poder empezar a vender y tener éxito”, afirman.
En línea similar va la propuesta bautizada como De 0 a 1 millón, concebida por Álex Huertas, cofundador de la marca de gafas Northweek que hoy se integra en la estructura empresarial de Hawkers. Aunque también ofrece asesoramiento personalizado one to one, en este caso sí hablamos de curso de formación estructurado en torno a las principales temáticas que, según dice, suelen plantearle los nuevos emprendedores que asisten a sus charlas y conferencias. Se refiere al programa como “el curso que me habría gustado recibir cuando empecé en todo esto” y afirma que el objetivo final es echar un cable a quien lo necesite y ahorrarle todos los errores de manual que él mismo cometió al inicio de su trayectoria.
“Yo no hago esto por dinero- afirma Huertas- ya cobro bastante al frente de Northweek. Si aproveché el confinamiento para diseñar el curso fue para seguir ayudando a todos los que me piden asesoramiento en los eventos o a través de las redes. También advierto de que no dispongo de una varita mágica para alcanzar el éxito. Me limito a mostrar mi experiencia, las cosas que yo he vivido desde que fundé la marca con Héctor Rey, cuando contábamos con 18 y 17 años de edad, hasta que la vendimos. No hablo de teoría. Yo cuento mi vida”, dice.
Más analítico es el proyecto que se propone acometer Irazusta Lekuona. Antropóloga de formación y licenciada en Ciencias Empresariales por la UNED, pretende aplicar herramientas de la antropología empresarial para realizar una investigación y detectar los factores que impiden que una empresa emergente alcance el éxito y poder aplicar las medidas correctoras oportunas.
El proyecto, concebido para iniciarse antes de la crisis del Covid, fue paralizado y se retoma ahora adaptándose a la nueva situación. Conforme a ésta, se han fortalecido determinadas áreas que minimicen los fallos de los nuevos emprendedores. Entre estos posibles errores Irazusta señala la falta de experiencia, las prisas por obtener resultados rápidos y el miedo, agravado éste último por una incertidumbre que, si siempre acompaña al emprendedor, ahora se extiende a la sociedad en general.
Otra solución reciente con miras a evitar batacazos emprendedores es el ‘Fast MBA’ lanzado por el Instituto de Emprendimiento Avanzado (IEA) para reactivar el tejido emprendedor en tiempos de crisis. Se trata de un master cuyo enfoque, así como sus contenidos y recursos, persiguen motivar y ser útiles tanto a aquellos emprendedores que desean retomar ideas de negocio que quedaron en stand by, como para las que estaban en proceso de lanzamiento cuando sobrevino la pandemia.
“El IEA nace con el objetivo de mejorar la manera de plantear la formación empresarial de nuestro país. Con la crisis actual, el paradigma de los negocios ha dado un giro de 180º y los emprendedores y empresarios necesitan, más que nunca, la ayuda de expertos que les guíen para adaptarse a esta nueva normalidad. De estos valores nace el Fast MBA, el primer master dirigido a reactivar el tejido emprendedor en tiempos de crisis. Consiste en una forma aún más rápida y sencilla de adquirir los conocimientos clave para poder reactivar un negocio ya existente adaptándolo a las nuevas necesidades de la sociedad, o bien montar un nuevo negocio de éxito ante esta situación. Además, con el Fast MBA no sólo se proporciona una formación completa y actualizada, sino que nuestros asesores acompañan a los estudiantes durante todo el proceso de emprendimiento y les guían para poder generar modelos de negocio de éxito”, declara Juan Claudio Abelló, presidente del IEA.