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protesta EN LA FACULTAD DE LA UPV 

El robo de la vaca de Bellas Artes, o cómo reaccionar si no firman tu obra

Raül Granell reivindica la autoría de su escultura quitándola de la biblioteca en la que estaba

21/12/2018 - 

VALÈNCIA. “El perro dice guau, / el gato miau, / el pájaro, pio pio. / La vaca no dice nada, / la han despojado de / su autor, / su nombre, / su intención / y significado, / porque, tras tres años aquí, / no se ha reconocido a su autor, / con algo tan simple / como podría ser un cartelito”. Este poema de rima libre tiene autor: Raül Granell. Un artista desconocido porque no ha gozado de una carrera especialmente prolífica, aunque tiene su hito. Se llama Similitud, y es la escultura de una vaca sentada en una silla vestida en traje chaqueta que presidía la biblioteca de la Facultad de Bellas Artes de la Universitat Politècnica de València desde hacía tres años. Era conocida como “la vaca” y saludaba al alumnado que pasaba por las puertas automáticas del lugar “como si fuera un Ale-Hop”, según cuentan estudiantes de la facultad. 

El tiempo verbal utilizado es el pasado porque desde hace algunas semanas ya no está. La han robado y el responsable es el propio Granell. El suceso ocurrió a principios de mes y está (muy bien) grabado, registrado y subido a YouTube.


Todo forma parte de una perfomance para reivindicar la autoría del artista, ya que en los tres años en los que ha estado expuesta la obra, no ha contado con la firma del creador que se suele poner. Similitud formó parte de un concurso multidisciplinar a nivel nacional. La pieza fue seleccionada con otras 21 del resto de España y el premio era una residencia de una semana en la misma UPV para desarrollar una segunda obra que podría ser premiada en metálico. Raül Granell no ganó esta segunda fase, pero en la exposición que mostraba las obras del proyecto -según cuenta el propio artista- el entonces decano José Luis Cueto le dijo “que le había gustado mucho” la obra y le propuso exponerla a la entrada de la biblioteca, algo a lo que Granell accedió “encantado”.

La vaca se ha convertido en uno de los símbolos de la facultad desde entonces, según ha podido saber este diario y se refleja en los testimonios del vídeo colgado por el propio Granell. Sin embargo, y a diferencia del resto de esculturas que se pueden encontrar repartidas por el campus, nadie podía averiguar cómo se llamaba la obra ni quién la había hecho porque no había nada que lo señalara. Al enterarse el autor de esta situación, al año y medio de estar expuesta, habló con el aún decano José Luis Cueto para que pusieran el cartel con los datos, que le pidieron telefónicamente poco tiempo después. Sin embargo, de poco sirvió la llamada y habiendo pasado otro año y medio, la vaca seguía sin título ni autor. “¿Conoces la obra de la vaca?” “Por supuesto”, responden varias alumnas en el vídeo. “¿Y al autor?” “Ni idea”, seguían.

“La Facultad de Bellas Artes, una institución dedicada a formar a la gente en el mundo del arte, no reconoce el trabajo de un artista. Eso sí, con la misma ironía, les devuelvo el insulto en forma de performance artística”, explicaba Raül Granell encima de una silla frente a la cafetería del centro. Se trataba del preludio al robo. En realidad, y según cuenta, “ha sustituido una obra por otra”, que consiste en un cartel que informa de lo que deja en lugar de la escultura: un espacio vacío de 0x0x0cm llamado La no-vaca firmado por él mismo. De todas formas, tal y como se puede ver en el vídeo, Granell coge la escultura de más de metro y medio de altura y se la lleva sin pedir permiso.

Rumore, rumore en la facultad

Desde que Raül Granell robó su propia obra, las conversaciones en la cafetería de Bellas Artes han alimentado la anécdota y le han dado categoría de hazaña. Por otra parte, nada se sabe por parte de la Facultad, que no han contactado con él ni han reclamado la obra. A las preguntas de Cultur Plaza, desde varios departamentos de la universidad se han dado largas. “Es una pena, porque han cometido simplemente un error, pero en vez de reconocerlo, prefieren ocultar lo que ha pasado”, lamenta Granell.

Sí se sabe que no se dieron cuenta de "la nueva obra" invisible hasta varios días, y entonces retiraron el cartel. El artista lo ha vuelto a poner y a día de hoy sigue en la entrada de la biblioteca, en el lugar donde antes saludaba una vaca.

Al autor de la obra no le ha ido especialmente bien en el mundo de la escultura y hasta hace pocas semanas ha sido peón de obra. Se despidió, ahora está estudiando dirección de cine y quiere centrarse en su producción audiovisual, haciendo hincapié en el canal de YouTube donde colgó el vídeo del robo. La perfomance le ha dado la vuelta a la situación: donde antes había obra y no cartel, ahora es al contrario y ahora que su galería son las redes sociales, el contenido irá siempre ligado a su nombre o al de su colectivo, Rabo Parmesano. 

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