VALÈNCIA. (EP) El sarcófago de Vicente Blasco Ibáñez, elaborado por el escultor Mariano Benlliure para el monumento funerario en memoria del escritor que se proyectó en el Cementerio General de València y que no se concluyó por la guerra civil y el franquismo, luce ya en el vestíbulo de este lugar, en el que "debía estar hace mucho tiempo". Así lo ha dicho este viernes el alcalde de la ciudad, Joan Ribó, en el acto en el que se ha presentado esta pieza histórica en su ubicación definitiva.
"De alguna manera, hoy, el Ayuntamiento quiere manifestar la importancia del papel de Blasco, muy tapada, disimulada y escondida en tiempos de la dictadura franquista y también después, bastante", ha afirmado el primer edil.
"Sus ideas de republicanismo y la visión laica de la sociedad no eran ideas que fueran demasiado bien en tiempos de la dictadura franquista y, a veces, en otros periodos tampoco. Es importante reivindicarlo. Es fundamental", ha añadido Ribó. Así, ha asegurado que el acto de este viernes es "un pequeño gesto para volver las cosas donde debían estar hace mucho tiempo".
Antes de llegar a este punto y desde su creación, el sarcófago ha estado en distintos lugares de la capital valenciana sin llegar hasta ahora al Cementerio General, el recinto para el que fue diseñado con el fin de culminar el mausoleo pensado para Blasco Ibáñez. No se diseñó "nunca" para albergar el cuerpo del escritor sino para ser, en homenaje a él y a su obra, un elemento destacado del lugar en el que se pensaba depositar sus restos.
En 1933, el Ayuntamiento de València encargó el arquitecto municipal Javier Goerlich un monumento funerario para el novelista en el Cementerio General con un jardín valenciano en cuyo centro se situaría la cripta y un mausoleo, coronado por un sarcófago labrado por Mariano Benlliure. El escultor puso en marcha la obra en 1935 y en apenas dos meses la terminó.
No obstante, los trabajos arquitectónicos se dilataron más y quedaron paralizados al estallar la guerra civil, para ser finalmente abandonados al llegar el franquismo. El sarcófago pasó en 1940 al Museo de Bellas Artes de la ciudad, donde permaneció hasta 1998, año en el que fue trasladado al claustro gótico del convento del Carmen. En 2017, por petición del Consorcio de Museos, retornó al San Pío V.
El pasado 6 de abril, técnicos y operarios especializados en el transporte de piezas de arte trasladaron el sepulcro --pesa 1.400 kilos-- desde un patio de luces del Museo de Bellas Artes hasta un almacén municipal, donde quedó custodiado hasta ser colocado sobre la gran pieza de mármol elaborada para depositarlo bajo techo en el vestíbulo del camposanto.
El consistorio, que ha insistido en que este fue "el lugar para el que fue diseñado", ha apuntado que se ha decidido mostrarlo a la entrada por ser un enclave "amplio y digno" que "ensalza la obra de Benlliure" y permite que la contemplen quienes visiten el lugar.
Ribó ha explicado que la presentación del sarcófago en su ubicación definitiva en el vestíbulo del Cementerio General de València se ha hecho este viernes, 23 de abril, por ser el Día del Libro. Así, ha expuesto que podría haberse hecho en otra fecha como el 14 de abril, jornada en la que se conmemora la proclamación de la Segunda República, por la condición de republicano de Blasco Ibáñez pero ha destacado que se ha elegido este viernes por su faceta de escritor.
"Hemos querido hacerlo el 23 de abril, el día de Sant Jordi y el Día del Libro. Podríamos haber elegido otro, el 14 de abril, pero hemos preferido escoger este porque Blasco es un hombre que está maravillosamente representado el Día del Libro", ha manifestado el primer edil.
Asimismo, ha resaltado que en los laterales del sarcófago hay representados personajes y alusiones a las novelas de Vicente Blasco Ibáñez, como ha detallado también el coordinador de museos del consistorio valenciano, Javier Martí, en la presentación. Ribó ha valorado el "gran papel" que hizo el escritor, "un valenciano universal", para dar a conocer su tierra y su cultura.
El sarcófago, cubierto por una sábana blanca ha sido destapado ante el alcalde, la edil de Patrimonio y Recursos Culturales, Glòria Tello, y el concejal de Cementerios, Alejandro Ramón, que han presidido el acto. Además, han asistido representantes de entidades y centros vinculados a la figura de Vicente Blasco Ibáñez y la bisnieta de Mariano Benlliure, Lucrecia Enseñat.
Junto al sarcófago se ha instalado cartelería con información y datos para dar a conocer esta pieza artística y contextualizarla. Esta obra, como ha precisado el coordinador de museos del Ayuntamiento, se concibió para ser vista en el conjunto del mausoleo y desde arriba. En la parte superior muestra una imagen esculpida de Blasco Ibáñez tendido, mientras que en la cabecera hace referencia a la editorial del escritor y a los pies tiene un escudo de la ciudad y temática agrícola, vinculada a la cultura valenciana y a sus novelas.
Vicente Blasco Ibáñez murió en Menton (Francia) el 28 de enero de 1928. Tres años después, instaurada en España la Segunda República, se formó un comité pro traslado para cumplir con el deseo del escritor de reposar a orillas del Mediterráneo. Con la conformidad del gobierno de la nación, el Ayuntamiento de València encabezó las iniciativas planteadas para el traslado de sus restos.
El 29 de octubre de 1933, a bordo del acorazado Jaime I, llegaron a esta ciudad los restos del escritor. Joan Ribó ha recordado que a aquel acto asistió el presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, y que provocó "una concentración de cerca de 300.000 personas".
"No es cualquier cosa. En una ciudad como esta, pocas veces se ha conseguido eso a lo largo de la historia. Es un indicador de la gran personalidad que supone Blasco, una figura que debemos recordar por muchos motivos" y como "fundamental" para València, ha indicado el alcalde.