VALÈNCIA. A Cierval, la patronal autonómica extinguida por la vía rápida ante la inexistencia de bienes para atender sus deudas, se le siguen abriendo frentes, incluso después de desaparecer como organización. Uno de los principales son las reclamaciones de algunos exempleados por su despido. A la petición de nulidad que presentaron cuatro trabajadoras de la organización se ha sumado también la de quien ha sido el secretario general de la organización y mano derecha de José Vicente González durante los últimos seis años, el alicantino Javier López Mora.
Según confirmaron a este periódico fuentes de la organización, López Mora ha recurrido su despido al no estar conforme con las cantidades previstas en el finiquito. Las partes están convocadas a pasar próximamente por el servicio de mediación por si es posible llegar a un acuerdo, pero la reclamación de López Mora ha molestado y sorprendido en la cúpula de la organización de la que ha formado parte los últimos seis años. Como secretario general, López Mora conocía sobradamente los problemas de liquidez que atravesaba la organización empresarial, que tras su quiebra ha dejado una deuda de un millón de euros con la Generalitat de la que ahora tendrán que hacerse cargo sus tres entidades fundadoras, CEV, CEC y Coepa.
López Mora accedió al cargo de la mano de José Vicente González poco después de las elecciones a la presidencia de Cierval de 2011. González, que hasta entonces era presidente de la patronal de la provincia de Valencia (CEV), fue elegido tras pactar con la organización empresarial de la provincia de Alicante (Coepa) para forzar el relevo de quien había sido el presidente en los doce años anteriores: Rafael Ferrando.
López Mora fue incluido el año pasado en el ERE de Coepa al estar en excedencia y trató de cobrar la indemnización del Fogasa
Fruto de ese pacto, González pasó a ocupar la presidencia de la organización autonómica y la patronal de Alicante situó como secretario general a López Mora, que hasta entonces era gerente de Coepa. López Mora tomó el testigo en Cierval de Rafael Montero, nombrado por la cuota de la castellonense CEC.
Para incorporarse al puesto, el nuevo secretario general de Cierval no dejó su puesto de trabajo en Coepa, sino que se acogió a una excedencia con reserva de plaza. Por ese motivo, cuando la organización empresarial alicantina se vio obligada el año pasado a aplicar un ERE para casi toda su plantilla en el marco del concurso de acreedores, López Mora trató de que se le incluyera en ese expediente.
A pesar de estar en excedencia, finalmente logró que se le incluyera en el despido colectivo con la misma indemnización que al resto, 24 días por año trabajado. Sin embargo, no pudo cobrar la indemnización del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) por estar percibiendo un salario como empleado de Cierval. Según el portal de transparencia de la patronal, López Mora era el único de los directivos de la organización autonómica que tenía sueldo. En 2014 fueron 67.000 euros brutos anuales.